MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Aplican en el país un nuevo método para enriquecer uranio

San Carlos de Bariloche.-Además de retomar la metodología tradicional en Pilcaniyeu

La Argentina, que desde 1983 controla el proceso por difusión gaseosa, acaba de desarrollar otra vía de enriquecimiento uranífero más moderna, basada en tecnología láser, que se emplea en Estados Unidos y Europa. El adelanto está a cargo de un equipo de científicos del Instituto Balseiro del Centro Atómico Bariloche.

En las últimas semanas tomó carácter público la reactivación de la planta de enriquecimiento de uranio de Pilcaniyeu, en Río Negro, que funciona con el tradicional sistema de difusión gaseosa, el cual ya prácticamente no se utiliza a escala global. A esa noticia ya puede sumarse otra aún más trascendente: científicos del Instituto Balseiro del Centro Atómico Bariloche (CAB) lograron aplicar un método más novedoso para enriquecer el recurso.
La innovación se enmarca en el proyecto del Laboratorio Argentino para Separación Isotópica para Enriquecimiento por Láser (LASIER), que –como su nombre lo indica– procura la separación isotópica mediante el método “Silver”, que contempla el uso de láser en vapor atómico de uranio.
Aunque se encuentra en una etapa inicial de pruebas, la investigación ya arrojó resultados exitosos, con un nivel de enriquecimiento de entre un 2% y un 4% en pequeñas cantidades de uranio 235, según lo confirmó a este medio un referente de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). “Hemos dado un paso clave para seguir posicionando a la Argentina entre los líderes del sector nuclear a nivel mundial. El anuncio seguramente se oficializará en las próximas semanas”, adelantó en estricto off the record.
En cuanto a la reactivación de Pilcaniyeu, obra que fue supervisada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), debe destacarse que el complejo ya volvió a enriquecer levemente (al 0,8%) algunas decenas de kilos de hexafloruro de uranio (UF6) –las cuales serán usadas en los reactores locales–, lo que ubica al país entre los 11 que dominan el proceso en todo el planeta.
Ubicada en el paraje rionegrino de Pichi Leufú, a 60 kilómetros de la ciudad de San Carlos de Bariloche y a poco más de 20 kilómetros de la localidad de Pilcaniyeu, la planta homónima permanecía paralizada desde la década de los 90. Su relanzamiento –que constituye un nuevo eslabón en la cadena de hitos del “Plan Nuclear Argentino” impulsado por el Gobierno nacional desde 2006– no puede dar lugar a reclamos de otros países, debido a que su capacidad de enriquecimiento uranífero es de menos de un 20%, por lo que el recurso no puede ser empleado con fines bélicos.

Movimientos corporativos

Otro anuncio que reafirmó en el plano internacional la capacidad argentina para desarrollar tecnología de punta en el segmento atómico se vincula con la flamante creación de una empresa nucleoeléctrica conformada por la firma rionegrina Invap y la estatal Saudí Taqnia.
Bautizada “Invania”, la nueva compañía tiene como meta “desarrollar tecnología, en especial nuclear, para el plan que lleva adelante Arabia Saudita, a partir de la experiencia acumulada por la Argentina, que ya cuenta con tres centrales en funcionamiento que abastecen el 10% de la demanda energética”, según informó el Ministerio de Planificación que conduce Julio De Vido.
Por otro lado, desde el año pasado se conocen los planes de reestructuración que tiene en carpeta la operadora Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA). Si bien se desconocen los pormenores, la idea es dividir la firma en dos. “Aún tenemos que definir muchos detalles, pero la intención es que una unidad de negocios siga gestionando las tres centrales que tenemos a nuestro cargo, mientras que la otra se dedique a diseñar nuevos proyectos orientados a atender al mercado internacional”, reveló un ejecutivo.
Según sus palabras, NA-SA posee un gran reconocimiento mundial gracias a su trayectoria operativa y a su capacidad para producir el radioisótopo Cobalto-60, de extendido uso en el campo medicinal y en la industria. “La industria nuclear se está reactivando en todo el mundo, por lo que estamos ante una excelente oportunidad para exportar nuestra experiencia y conocimiento en esta clase de tecnologías”, completó.

Año nuclear

Si bien la temporada 2015 amaneció con novedades auspiciosas para el segmento nucleoeléctrico argentino, será difícil igualar lo acontecido en 2014. En los primeros meses del año pasado, el país fue elegido para presidir el “Grupo de Países Proveedores Nucleares”, entidad que reúne a los 48 mercados más avanzados en materia de aplicaciones nucleares en todo el planeta.
Acto seguido, la CNEA anunció el inicio de la construcción estructural de la obra civil de la Central Argentina de Elementos Modulares (CAREM-25), el primer reactor de potencia que será diseñado y construido íntegramente a nivel local. Adicionalmente, a través de una licitación que fue lanzada por el OIEA, la Argentina fue seleccionada para proveer de combustible un reactor de investigación situado en Perú. La propuesta ganadora, elevada por el Invap y la CNEA, incluyó la fabricación de 22 elementos de combustión y siete de control que serán destinados al reactor RP-10, dotado de una potencia cercana a los 10 megawatts (Mw).
Para completar el panorama, además de los avances en las obras para extender por 30 años la vida útil de la central Embalse, se puso en funcionamiento Atucha II (ahora llamada Néstor Kirchner), que comenzó a inyectar energía a la red eléctrica sobre el cierre de la temporada. Y el Gobierno selló importantes acuerdos de cooperación con dos potencias como China y Rusia, quienes participarán activamente de la construcción de las dos plantas nucleoeléctricas proyectadas para el futuro. ℗

Fuente: Revista Petroquímica