MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Avanza la Comisión Nacional de Energía Atómica  

Buenos Aires – El gobierno del ex presidente Néstor Kirchner volvió a otorgarle centralidad a la tecnología nuclear como componente estratégico de la reindustrialización del país. En 2006 puso en marcha el Plan Nuclear Argentino. El país se perfila como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores de generación eléctrica de media y baja potencia.

El desarrollo de la energía nuclear en nuestro país tiene sus orígenes en el peronismo. Hace ya más de 60 años se creaba la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), una entidad dedicada al estudio científico, desarrollo y aplicación de la energía nuclear con fines pacíficos. El gobierno de Juan Domingo Perón invirtió en el sector nuclear y puso en el horizonte la búsqueda de la autonomía tecnológica.

A partir de allí se inició un largo camino. Se consolidaron las actividades para la construcción y operación de reactores de investigación y sus combustibles, la producción de radioisótopos y el empleo de las radiaciones para diagnóstico y tratamiento médico. Así se llegó a producir, con solo dos centrales (Atucha I y Embalse) el 8% de la energía eléctrica del país.

La CNEA tuvo que resistir a los avatares de las políticas neoliberales en los años noventa, ya que sufrió durante el menemismo la reducción de su presupuesto, los retiros voluntarios y el desaliento al desarrollo de la industria nuclear. Pero en el año 2006 el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner volvió a otorgarle centralidad para el desarrollo y la reindustrialización del país al área nuclear y lanzó el Plan Nuclear Argentino.

Este fue un momento refundacional en la historia de la CNEA. Se estableció un programa para la consolidación de la energía nuclear no sólo como fuente de generación eléctrica sino también para la ampliación del desarrollo de las aplicaciones de la tecnología nuclear en la salud pública (medicina nuclear y radioterapia), el agro y la industria.

Con este nuevo impulso del gobierno nacional se reactivó la finalización de obras civiles y montajes electromecánicos de la Central Nuclear «Presidente Néstor C. Kirchner» (Atucha II), que estuvo paralizada entre 1994-2006, y es la tercera planta de generación nucleoeléctrica del país. En febrero de este año logró producir a su máxima potencia con una generación de 745 megavatios (MV).

Otros proyectos que se destacan son la extensión de vida de la Central Nuclear Embalse para que pueda operar por 30 años adicionales y el CAREM 25 (Central Argentina de Elementos Modulares) proyecto iniciado en el año 2014 para la construcción de la primera central nuclear de potencia (25 MW), desarrollada íntegramente en Argentina. Se espera que al menos el 70% de sus insumos, componentes y servicios vinculados sea provisto por empresas nacionales. Con ello el país se perfilaría como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores de generación eléctrica de media y baja potencia.

También son muy importantes los avances respecto al enriquecimiento de uranio con fines pacíficos. El Complejo Tecnológico Pilcaniyeu es una planta piloto que ya trabajó en la década del ochenta, fue prácticamente desmantelada en los años ’90 y por decisión política se puso en marcha nuevamente en la década última. Desde 2007 Pilcaniyeu recibió inversiones por cerca de 120 millones de pesos y fue reinaugurada en 2010. Poseer esta tecnología permite que nuestro país pueda proveer –en forma independiente y soberana– combustible nuclear tanto para abastecer a reactores argentinos como para exportar al mundo.

Es oportuno destacar que actualmente nuestro país está ubicado entre los nueve de mayor desarrollo nuclear y que es líder en América Latina, ya que produce, se autoabastece y exporta en el mercado de la energía nuclear.

En este marco y con la perspectiva de los desafíos en materia de energía nuclear para los próximos años, el gobierno Cristina Fernández de Kirchner puso en marcha un proyecto para la construcción de una cuarta central nuclear, denominada «Proyecto Nacional».

Para ello se firmó un acuerdo de cooperación con el gobierno de la República Popular China con el objetivo de contribuir al desarrollo de un reactor de tubos de presión y agua pesada de 800 MW, que supera la potencia del resto de las centrales nucleares argentinas. El plazo de construcción se estima en ocho años. También se espera la construcción de una quinta central, de unos 1000 MW, aunque recién está en la etapa de desarrollo.

La Argentina es uno de los pocos países que ha alcanzado un considerable avance la industria nuclear en los últimos años. Sin duda, la CNEA ha sido clave para el desarrollo científico y tecnológico en el área.

FUENTE: Tiempo Argentino