MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

La responsabilidad de la recomposición de los ecosistemas y el espacio de “aire” que trajo el Covid-19 a las rutas podrían potenciar la posibilidad de hacer de esta una actividad recurrente en el Parque Patagonia.

Las extensas rutas que atraviesan la Patagonia dibujan un espacio, para muchos, cargado de misterios. Lo que se encuentra camino adentro, tras kilómetros de ripio, en climas inhóspitos, puede convertirse en la aventura más sorprendente.

La flora y la fauna de una de las regiones más grande del país; un espacio que desconoce fronteras y cuenta con nombre propio en el escenario internacional, se prepara para la post pandemia y las posibilidades turísticas que puede ofrecer a un mercado interno con ansias de volver a recorrer las rutas.

En Chile, la estrella de este escenario de propuestas es el avistaje de Pumas, una actividad que toma cada vez más fuerza en los distintos puntos de la región.

José Vargas Muñoz es hijo de uno de los guardaparques más antiguos que tiene Torres del Paine, apenas unos kilómetros del otro lado de la frontera. Ve pumas desde chico, pero formalmente hace 12 años que se dedica al avistamiento de fauna en el Parque Nacional Torres del Paine. “Prácticamente me crié en el Parque desde niño. He sido testigo de muchos acontecimientos que suceden en la naturaleza y eso me llevó a trabajar con ella hoy” confiesa. Sus inicios fueron trabajando en conservación y luego decidió seguir los pasos de su padre volviéndose guardaparque.

Y agrega que la situación en Patagonia con el Puma fue mayormente de conflicto ganadero” algo que provocó la necesidad de “hacer cargo de eso generando conciencia a través del turismo”. “El rol del puma es prácticamente vital en el ecosistema de Patagonia (me atrevo a decir que a nivel Chile también) es el que abre la cadena alimenticia cuando caza y para el medio ambiente presente es un soporte para muchas especies” asegura Bargas. Y es que su presencia determina el buen estado y funcionamiento del ecosistema patagónico, al regular el número de herbívoros y carnívoros medianos, con un impacto positivo sobre la flora y fauna de la región. Para el guardaparque y guía turístico “cuando el Puma no está, faltan muchas otras especies de flora y fauna».

«Es muy fácil de ver acá en muchas estancias que continúan cazándolo, falta de guanacos, zorros y carroñeros la diferencia es enorme. Por ende, más que a través de estudios nos hemos dado cuenta por experiencia propia lo vital que es un puma en el ecosistema”. El avistaje como opción turística no solo promueve el valor turístico que tiene la fauna patagónica, sino también protege la especie dándole un capital superior. “Está muy presente y cada año es aún más, hasta hace unos 7 años éramos los únicos en hacerlo” recuerda José quien opina que la actividad “eventualmente, necesitará una regulación por parte de la CONAF (La Corporación Nacional Forestal, administradora de la política forestal de Chile); y el ministerio ya que mucha gente está arriesgándose a hacer este tipo de turismo lo cual puede terminar siendo perjudicial para el puma”.

“Nosotros tratamos de que esto sea sustentable y no colapse por eso queremos que esto continúe” remarca y aclara que “hoy en un mundo lleno de redes sociales e internet toda la gente está viniendo a ver pumas. El tipo de público que viene a eso es cada vez más variado y conlleva a distintas maneras de ejecutarlo”. Para Bargas “el Parque quiere generar un nuevo plan de manejo que incluya el avistamiento de pumas y algún tipo de regulación” que todavía no logra concretarse en Torres del Paine. En Argentina el Parque Patagonia planea convertirse en la opción local para el avistaje de este felino, y se está trabajando para ello.

Rewilding Argentina es una de las entidades que se está ocupando desde hace un tiempo en recuperar el esplendor y buen funcionamiento del ecosistema del Parque. Uno de sus objetivos es recomponer los ambientes y la fauna nativa, abundante, cumpliendo con sus interacciones y roles ecológicos; y promover experiencias en la naturaleza a través del senderismo activo y el avistamiento de grandes mamíferos.  Los tiempos del covid-19 produjeron una suerte de ventaja en este escenario. La posibilidad de reducir el tránsito de personas durante la cuarentena obligatoria permitió a la naturaleza recomponerse en varios aspectos.

El desafío para los operadores turísticos es sin dudas es aprovechar ese espacio y concretar la oferta, clave para la reactivación turística del lugar. El turismo sustentable en Parque Patagonia tiene como premisa hacer uso sustentable de los recursos naturales que ofrece mientras se recomponen los ecosistemas avasallados por el hombre durante décadas. El avistaje de Pumas parece ser una realidad posible y la oferta turística patagónica podría ampliarse a otros horizontes. Dependerá, entre otras cosas, de qué tan preparados los encuentre a los operadores del sector el nuevo esquema de trabajo que presente la post pandemia.

Fuente: El Observador del Sur

Mapa del Parque Nacional Patagonia: lado chileno y argentino

 

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