MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Se vienen los Bonos de carbono azul ¿la economía del futuro?/Por Andrés Nievas

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Por Andrés Nievas.-Varios países del hemisferio norte vienen estudiando de hace varios años la capacidad de los océanos como sumideros de carbono en el marco de la lucha contra el cambio climático.

Todo indica que estos esfuerzos van camino a desarrollar el próximo Mercado de carbono, pero esta vez se trata del Carbono Azul. Pero ¿Qué es el Carbono Azul? La especialista María Jesús Muñoz,  coautora del Informe Factor CO2 define al Carbono Azul como el carbono absorbido y retenido por parte de ecosistemas marinos, especialmente las praderas oceánicas, los manglares o los marismas.

Este mercado de concretarse complementaría el Mercado de Bonos de Carbono Verde que creo el Protocolo de Kioto en 1997 que no ha cumplido con sus objetivos reales. En el mercado de carbono se comercializan los permisos de emisión de CO2 que se generan a partir de los proyectos de Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). O sea se pretende introducir la capacidad de absorción de CO2 de los océanos en el sistema financiero internacional. El primer paso hacia la creación del nuevo mercado de carbono azul se dará en noviembre de 2015 cuando se incluya los océanos en la cumbre del clima, la COP21 a llevarse a cabo en París, Francia. Previamente tendrá lugar en la ciudad de Lima, Perú la COP20 a celebrarse en diciembre de este año donde se espera que queden fijadas las bases de un nuevo acuerdo para el 2015.

Luego como consecuencia de la COP21 vendrán los MDL y los Bonos de carbono que le darán vida al Mercado de Bonos de Carbono Azul similares a los de Kioto pero para proyectos sobre los océanos y ambientes costeros.

Otro aspecto de suma importancia en el cual ya esta trabajando al UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) es la legislación que se vendrá con los Bonos de Carbono Azules. Partiendo desde lo más general primero estará el Tratado Internacional al cual deberán adherir los países que participen de la cumbre que puede ser la COP21, y ratificarlo. Luego cada país deberá sancionar sus leyes nacionales y demás complementarias.

Varios programas internacionales se crearon y están en marcha para darle forma a este nuevo sistema que controlara la economía mundial. Estos cuentan con amplio financiamiento de las principales potencias mundiales. Aquí planteamos el escenario más general como son los grandes proyectos base, entre otros, de donde luego se sustentara científicamente el futuro acuerdo climático, hasta llegar al plano nacional y local. A partir de estos grandes proyectos se empezaron a hacer en el mundo actividades, seminarios, conferencias, etc.

En Estados Unidos existe la Iniciativa Carbono Azul manejada por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) y CI (Conservación Internacional) y la asociación The Blue Carbón Project entre los mas importantes. En Europa existen los proyectos CARBOOCEAN que funciono entre 2005 y fines 2009 y CARBOCHANGUE que inició en marzo de 2011 y esta previsto que concluya en febrero de 2015. Si se mirasen algunos informes técnicos de estos proyectos aparecen como una simple cuestión científica y medioambiental sin mencionar los mercados de carbono pero esto va mucho más allá.

Hasta el momento lo que se esta haciendo en todo el mundo es en primer lugar instalando un estado de situación de los océanos y su degradación por acciones del hombre y que es lo que pasara sino se actúa. Esto es resultado de distintos estudios, mediciones e informes que miden la capacidad de captar CO2. Esto justificara futuras acciones de quienes mandan en el mundo sobre los países en vías de desarrollo.

La Iniciativa Carbono Azul es el primer programa que se centra en mitigar el cambio climático mediante tareas de conservación y la restauración global de los ecosistemas marinos y costeros. El proyecto esta liderado por la UICN, Conservación Internacional (CI) y la Comisión Oceanográfica Intergubernamental de la UNESCO, y cuenta además con la colaboración de diversos gobiernos, instituciones de investigación, organizaciones intergubernamentales y otros organismos internacionales

La asociación The Blue Carbon Proyect apunta a conservar y recuperar la vegetación costera, facilitar el desarrollo de soluciones de mercado basadas en la compensación de emisiones de carbono azul, e impulsar programas de educación ambiental para concienciar a la sociedad.

El Proyecto Integrado Carboocean (Carboocean IP) es un proyecto europeo que fue encabezado por la Universidad de Bergen, Noruega y englobo estudios de  universidades  y  entidades  científicas,  y  se planteo como  meta  realizar  una evaluación  precisa  de  las  fuentes  y  sumideros  de  carbono  en  el mar.  El  objetivo  es reducir las incertidumbres actuales que existen en la cuantificación de los flujos anuales atmósfera-océano de CO2. El PI proporcionará una descripción, comprensión orientada al proceso y predicción de las fuentes y sumideros marinos, con especial énfasis en los océanos  Atlántico  y  Austral  a  una  escala  temporal  de  -200  a  +200  años  desde  el presente.

CARBOCHANGUE es un proyecto internacional también coordinado por la Universidad de Bergen, Noruega donde 29 socios de 15 países unieron sus esfuerzos para investigar la absorción de carbono en el océano.

Y plantean un estado de situación de los océanos, su deterioro, etc para justificar acciones que van a imponer a todo el mundo en el futuro.

El Documento Carbono Azul El Rol de Océanos saludables en la compensación de carbono”, del año 2009 la ONU alerta sobre la importancia de los mares en el control del carbono atmosférico y propone la creación de un fondo de “Carbono Azul” para invertir en mantenimiento y restauración de ecosistemas marinos.

Según el informe, los océanos capturan hoy una cantidad de carbono igual a la mitad de las emisiones anuales del sector del transporte mundial, y las almacenan en manglares, marismas saladas y hierbas marinas. La vegetación de los mares representa solo un 0,05% de la biomasa vegetal en tierra, pero almacenan anualmente una cantidad comparable de carbono, lo cual demuestra su intensidad y eficacia. Mientras que el carbono capturado y almacenado en tierra puede permanecer “encerrado” por décadas o siglos, el almacenado en océanos perdura por milenios.

La restauración de los sistemas marinos acompañada por una reducción de la deforestación de bosques nativos, asegura el estudio, que podría lograr un 25% de la reducción de emisiones requeridas para evitar un cambio climático de consecuencias peligrosas.

Actualmente la humanidad no esta cuidando estos sistemas que cubren menos del 1% del lecho marino, los esta dañando de forma acelerada. Desde la década del 40 se perdieron más del 30% de los manglares, cerca del 25% de las marismas saladas y más del 30% de las praderas de hierbas marinas. En la actualidad se pierden de 2 a 7% de estos depósitos de carbono al año y si no se toman medidas se podrían perder la mayoría de ellos en dos décadas.

El informe asegura que si tenemos en cuenta que la restauración de estos sistemas podría compensar semejante porcentaje de emisiones y a un costo mucho menor que algunas de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono que se están desarrollando en el mundo, discutir la creación de un fondo de Carbono Azul en Copenhague es crucial. Estamos en el 2014 y recién se va a discutir el próximo año en París en la COP21.

Hasta aquí todo parece normal y amigable con el medio ambiente, ¿Quién se va  a oponer a la restauración de los océanos y ecosistemas costeros para hacerle frente a las consecuencias del cambio climático? Nadie. Sin embargo los bonos de carbono azul tienen otra cara que permanece oculta. Este nuevo sistema una vez que se institucionalice en la ONU permitirá el avance, aún más, del hemisferio norte sobre el sur para controlar nuestros recursos naturales. En nombre de restaurarnos los ecosistemas costeros vendrán, por las buenas, ONG ambientalistas, empresas o personas físicas extranjeras a invertir en proyectos de restauración y conservación de la misma forma que lo han hecho con los bonos verdes. En ese marco se instalaran y ejercerán un control territorial en nuestros ecosistemas costeros y allí emitirán un bono de carbono azul que se podrá comercializar en el mercado y empresas extranjeras podrán comprarlo y así seguir contaminando en otra parte del mundo. De esa manera aumentara la dependencia financiera y tecnológica. El ecosistema dañado no captura tantas emisiones de CO2 como si lo haría si estuviera sano. Entonces el bono que se emite equivale a las emisiones que secuestra el ecosistema con buena salud y esa misma cantidad luego las emitirá una empresa en un país que haya asumido compromisos en el nuevo acuerdo internacional. Con los bonos azules más los bonos verdes se controlara la economía mundial. Se controlara el crecimiento de todas las industrias, se medirá por el CO2 que emitan sus chimeneas.

Tenemos dos herramientas legales que debemos aprovechar y manejar desde el estado en las provincias argentinas con costa marítima para restaurar ecosistemas y no dejarlo librado a la ecología global. Estamos hablando de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y la Red de Sitios Ramsar. Las Áreas Naturales Protegidas deben ser manejadas por el estado, al menos en sus partes más importantes como lo es el financiamiento, infraestructuras y lo fundamental la educación ambiental. Los Guardias Ambientales que son el nexo con los visitantes deben tener una formación pero desde un pensamiento nacional y no de la ecología global.

Podemos retroceder algunos años hasta el encuentro en Kioto y ver como nacieron los MDL y los Bonos verdes y si realmente funcionan. El encuentro de Kioto parte de suponer que el hombre es el responsable del calentamiento global. A partir de este encuentro se institucionaliza en la ONU el control del desarrollo industrial de todos los países que adhirieron al protocolo utilizando como excusa el cambio climático producido por actividades humanas. Ósea Estados Unidos pasa a controlar el desarrollo industrial de todo el mundo.

El objetivo principal de Kioto fue reducir las emisiones de GEI en un 5,2% como promedio por debajo de los niveles 1990. Estos niveles debieron alcanzarse en el primer período de compromiso, establecido entre 2008 y 2012.

Se creo para lograr dichos objetivos el comercio de emisiones.  De aquí derivan dos mecanismos: los a) Mecanismos para el Desarrollo Limpio (MDL) y los b) Bonos de carbono o CER (Reducción de Emisiones Certificadas)

¿Qué esconde el comercio de emisiones?

  1. Impedir el uso soberano de recursos no renovables que emiten GEIs.
  2. Consolidar la dependencia financiera y tecnológica con países del mundo desarrollado.
  3. Constituye una forma de bloqueo al desarrollo de tecnologías de origen nacional en el área de tecnologías renovables para adaptación al cambio climático. Donde sabemos que Argentina posee amplia experiencia y puede exportarla.
  4. Financiar con la capacidad de nuestros sumideros de carbono la continuidad de la contaminación de empresas del primer mundo.
  5. No resuelve el problema de la reducción de las emisiones de GEIs.
  6. Se convierte en un negocio millonario.

El mercado de carbono verde ya fracasó. Las emisiones de GEI en el período 1990-2007 se han incrementado en los países desarrollados en un 11,2%.

En 2008 se otorgaron permisos de emisión de GEI por una cantidad 4 veces superior a las emisiones de 1990.

Este sistema esta diseñado en su conjunto para que no nos desarrollemos como países soberanos.

El discurso oficial de estos mecanismos dice que fueron inventados para reducir las emisiones pero la realidad y los hechos dicen todo lo contrario. Este sistema en realidad fue inventado para revivir el sistema financiero internacional. En el año 2008 las transacciones totales de bonos de carbono llegaron a 126.346 millones de dólares, de los cuales el 73% correspondió a permisos de emisión. El dinero empezaba a moverse entre los bancos. Y  allí aparece el negocio de las consultoras y las ONG que supuestamente certifican la reducción de emisiones. Ese dinero que se genera por los proyectos de MDL hay que aprovecharlo porque es imposible frenar ese sistema.

Si observamos la mayoría de los estudios realizados en los dos proyectos macro pareciera que estos dejan entrever que se trata solo de una cuestión meramente científica de mediciones de co2 para luchar contra el cambio climático y de restaurar ecosistemas costeros. A simple vista parece que se trata solo de realizar estudios científicos para de co2 y crear un fondo de carbono azul para restaurar los ecosistemas marinos del planeta. Esto no es así ya que quienes financian estos proyectos son quienes mandan en el mundo y detrás de esto esta la Unión Europea en su conjunto que ha destinado muchos millones de dólares, esta la ONU, la UICN y la CI. Detrás de estos hay una estrategia política por sobre la científica. Esto tiene que ver más bien con la economía mundial.

Con estos sistemas funcionando pareciera que la economía del mundo en el futuro no se medirá ni por el patrón oro ni por el dólar, se medirá por el CO2 que emiten los países.

Los países que tengan bajas emisiones de GEI y tengan un amplio margen para emitir CO2 serán los ricos del mundo. Tendrán un superávit. Podrán vender la capacidad de sus sumideros de carbono azul. Por ello es que los Bonos de Carbono Verdes sirven para que una empresa que no puede cumplir con los objetivos de reducir sus emisiones de GEIs puede adquirir un Bono de Carbono Verde y pueda seguir emitiendo CO2, o sea contaminando, y no deba cerrar sus chimeneas. Por ello es que cuando mencionamos el mercado de carbono es que hablamos de economía pura. Luego se vendrán los Bonos de Carbono Azules que servirán para lo mismo complementándose a aquel sistema. Algunas ONG ambientalistas ya han planteado la creación del impuesto al co2. Antes solíamos decir que respirábamos porque el aire era gratis, ya no lo será mas en el futuro.

Si esto se concreta, la provincia de Rio Negro y el país no puede quedarse afuera de la discusión por la riqueza que tenemos de sumideros de carbono  en nuestro mar interior en el Golfo San Matías  y en todo el mar Argentino hasta la milla 200.

Implementar los mecanismo de bonos de carbono y los Mecanismos de Desarrollo Limpio tal cual lo plantea el Protocolo de Kioto significa financiar con la capacidad de nuestros bosques, como sumideros de carbono, la continuación de la contaminación por parte del primer mundo. Lo mismo ocurrirá con los océanos cuando se cree el nuevo Kioto que introduzca los océanos.

Siendo la capacidad de sumidero de carbono correspondiente a las 200 millas marinas creemos que nuestro país debería de manera inmediata tener una política acorde a esa realidad e iniciar los estudios científicos correspondientes a través de nuestras universidades y no esperar que nos lo impongan otros.

 

Andrés Vicente Nievas

Técnico Superior en Manejo Ambiental