MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Puerto Pirámides (Diario Jornada). Chubut es el único lugar en el mundo en donde se puede realizar el avistaje de ballenas con una embarcación de este tipo. Una experiencia única para un espectáculo impactante a bordo del Yellow Submarine.

avistaje de faunaLos primeros y excepcionales avistajes generaron opiniones cargadas de emoción de los pasajeros que daban cuenta de la grata experiencia en la que estaban embarcados.

Alrededor del mediodía y bajo una intensa niebla y llovizna, el grupo de periodistas, fotógrafos y camarógrafos de medios de prensa regionales llegamos a Puerto Pirámides, para hacer la primera experiencia a bordo del Yellow Submarine. Al escuchar el nombre, lo primero que se viene a la mente es la canción de The Beatles y la gráfica del disco homónimo del emblemático grupo musical. Y sin dudas, el parentesco en la estructura explica la relación.

A las 13.30 Luis reunió a todos los pasajeros que abordarían la nave para la fabulosa experiencia. Luego de las instrucciones del experimentado guía turístico y fotógrafo, la tripulación y el pasaje caminaron hasta el semisumergible. El ingreso del barco al agua ya es un gran momento. Luego comienza a crecer la ansiedad porque, desde la costa, se pueden ver las ballenas saltando y mostrando su voluminoso cuerpo.

Por un instante, imaginariamente, escuchamos en nuestras cabezas la canción: “Todos nuestros amigos están a bordo, ¡A toda máquina hacia delante, Mr Barkley, a toda máquina!. – A la orden, Capitán!. Cada uno de nosotros tiene lo que necesita. Un cielo azul y un mar verde en nuestro submarino amarillo.

“Tengan paciencia. Tenemos que saber esperar hasta que los ejemplares más amigables se acerquen a yellow submarine”. Con esas palabras, Luis se encarga de apaciguar las expectativas de la experiencia que crecen y crecen con cada pulso y cada respiración. Una vez que el barco comienza a detenerse cerca del lugar donde están las ballenas, no mucho después, el primer ejemplar aparece desde debajo de la embarcación y la exclamación es general: “¡oooohh!”.

La mitad de los pasajeros miran desde afuera del barco, mientras que los demás lo hacen desde las ventanas para asistir al magnífico y esperado suceso. Luis se encarga de relatar, cada aparición de un ejemplar al que han apodado “Perita” y el que les ha brindado la enorme satisfacción de que el avistaje sea una experiencia fastuosa para el ojo humano. “Perita” pasa una vez, luego lo hace otro ejemplar, y luego otro.

Si uno se sustrae de la situación por un momento, y observa los hechos desde un tercer ángulo, por un instante podría pensar e imaginar, que “Perita” y sus parientes o amigos están en su avistaje propio. Sólo que ellos hacen avistajes de homo sapiens.

Luego de los primeros y excepcionales avistajes, se escucharon las opiniones cargadas de emoción de los pasajeros que daban cuenta de la grata experiencia en la que estaban embarcados.

“Por más video que haya en internet, ver esto acá es inigualable”, decía una señora. Más tarde otra que bajaba de cubierta decía encantada. “¿Podés creer?. (La ballena) me escupió en la cara. Así de cerca estaba”.

Mientras esperábamos por una última oportunidad de avistajes, la tripulación mantenía ocupado el interés de los pasajeros contando historias sobre la ballena franca austral. Aseguran que es un animal sensible e inteligente, apacible y amistoso. Contaron las características y costumbres sexuales de las ballenas con detalles que invitaban a la risa cómplice de chicas y muchachos a bordo.

Cuando el capitán dio por finalizado el viaje, el Yellow Submarine giró y se puso en marcha hacia la costa, todavía restaba ver el espectáculo que ofrecen a la distancia. Saltos, colas, frente y soplidos en un final de show.

Luego del saludo a la tripulación por la excepcional tarea durante el avistaje, conocimos a Héctor (Tiño) Resnik, dueño de la compañía Southern Spirit Cruises que junto a su socia Julitte Decré, una francesa radicada en Argentina fueron las personas detrás de la idea y la financiación para ver realizada la fantástica creación del Yellow Submarine.

La nave fue construida en el astillero naval Federico Contessi, de Mar del Plata. Tiene 17,20 metros de eslora y 50 toneladas. La embarcación tiene capacidad para 50 pasajeros incluyendo la tripulación pero en Southern Spirit prefieren que viajen sólo 40 pasajeros.

“Yo trabajaba acá (en Puerto Pirámides) en el avistaje de ballenas hace 25 años. En aquellos años yo era capitán de una de las embarcaciones y estaba permitido bucear con ballenas. Por entonces era un programa de fin de semana que hacía uno, cada vez que venía un amigo. Ya por entonces pensaba en lo fantástico que sería que la gente pudiera ver lo que nosotros veíamos. Porque era así, era fantástico”, cuenta Tiño Resnik a los periodistas invitados en esta ocaisón. “Con los años pude ver estas embarcaciones que se utilizan en otras partes del mundo para ver arrecifes y podría mirar hacia el fondo marino. Fue entonces que pensé en construir un semisumergible especial para el avistaje de ballenas. Todo funciona bien, desde la parte operativa hasta la maniobra en el mar. Pensamos que nos llevaría más tiempo imponer el servicio pero la demanda ha sido continua desde el 19 de julio y desde entonces el barco estuvo siempre completo”, completó diciendo el propietario de Southern Spirit.

Tras la charla, Tiño Resnik nos interroga. ¿La pasaron bien?. Un sí general, le pinta una sonrisa en el rostro y nosotros emprendimos el regreso. Durante las nueve horas que estuvimos en Puerto Pirámides, no salió el sol, se puso frío y llovió por momentos, pero eso no opacó ni impidió que viviéramos la fabulosa experiencia del avistaje de ballenas en doble función a bordo del Yellow submarine.

El lugar de la experiencia

En el extremo noreste de la provincia del Chubut, Patagonia, Argentina, se encuentra la Península Valdés (42° 05’ y 42° 53’ LS 63° 35’ y 65° 04’ LW). Este notable accidente geográfico semejante a una isla de unos 3.600 km2, está unido al continente por una estrecha franja de tierra denominada Istmo Carlos Ameghino, el que separa las aguas de los dos golfos que limitan la península.

Es un Área Natural Protegida a la que todos los años y en distintos momentos llegan ballenas francas, lobos y elefantes marinos, pingüinos, orcas, delfines, aves marinas y en la que habitan guanacos, choiques, maras, zorros y otras especies terrestres. Por su significancia global en la conservación de los mamíferos marinos fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la Unesco en 1999.

Puerto Pirámide

Al sur de la Península Valdés está su único núcleo poblacional, Puerto Pirámides. Esta pequeña aldea turística, construida sobre la costa del Golfo Nuevo, es el único lugar habilitado para realizar el avistaje embarcado de ballenas. Los esperamos en nuestra Central de Embarques de Av. de las Ballenas y 1ra Bajada al mar, Puerto Pirámides. Península Valdés propone actividades para todas las edades que posibilitan disfrutarla en familia, siendo también ideal para viajeros osados en busca de aventura.

“Evocando imágenes del pasado, veo que las llanuras de la Patagonia pasan frecuentemente ante mis ojos; sin embargo, todos dicen que son las más pobres e inútiles… ¿Por qué entonces- y el caso no me ha sucedido sólo a mí- estos áridos desiertos se han posesionado de tal modo de mi mente?… Sin embargo, en medio de estas soledades, sin que exista cerca ningún objeto atrayente, se experimenta una indefinida pero poderosa sensación de placer”. Charles Darwin, “Viaje de un naturalista alrededor del mundo”, 1839.