MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

En defensa de los últimos alerces de la costa del río Azul

Hay un “verde sur” que solo aparece en la profundidad de los bosques nativos, así como el turquesa que caracteriza los ambientes acuáticos propios de la cordillera más cercanos a la selva valdiviana.

El río y los alerces. El daño ambiental es evidente.

En tiempos de pandemia, y ante la imposibilidad de cruzar hacia la provincia del Chubut, se cuentan por cientos los vecinos de El Bolsón que cada fin de semana buscan la sombra o refrescarse en las riberas del río Azul, un poco más allá de Loma del Medio.

Pero no todos tienen la conciencia ambiental de cuidar su entorno natural. Principalmente, a partir de las últimas jornadas de calor, se observa todo tipo de vandalismo y excesos en el lugar: desde árboles nativos dañados, basura por doquier y una pasarela en pésimo estado hasta gente bañándose desnuda, ruido de motos y cuatriciclos y “ningún tipo de control en las inmediaciones”, según refirieron testigos este domingo.

“Ocurrió lo previsible desde hace meses, estamos en un punto que no tiene mayor capacidad de carga humana”, reflejó ayer Oscar Peretti, un reconocido vecino preocupado “por la preservación de esta reserva natural”. Al respecto, señaló la presencia en el sector de “no más de 4 o 5 alerces”, mientras se tomó el trabajo de fotografiar uno de los árboles seriamente afectado con pintura azul con el nombre “Hugo”.

“La imagen lo dice todo, se trata de un energúmeno que dañó para siempre ni más ni menos que a un alerce, un árbol muy preciado que crece a lo sumo un milímetro por año. La planta está arruinada para siempre, pero habrá muchas más si no se toman medidas inmediatas de prevención, con campañas serias de concientización”, reflejó tras su visita al lugar conocido como “El Paraíso”.

A su criterio, el vandalismo es coincidente con “la desmesurada e injustificada promoción. Hoy -y mucho más rápido de lo que pensaba-, ya tenemos las consecuencias a la vista: tengo muchas fotos que muestran claramente la irresponsabilidad y el nulo compromiso de quienes manejan los bosques y el turismo de nuestro pueblo y nuestra provincia”. Cabe aclarar que la competencia allí es del Estado rionegrino.

Sumó su inquietud sobre el Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido, “por el descontrol del camino a El Cajón del Azul, donde los cuatriciclos van y vienen haciendo ruido y perdiendo aceite, por solo nombrar dos cosas”.

A su criterio, “arrancamos mal, el primer día de calor -donde la gente podía salir a recrearse un poco-, y la sensación fue deprimente: cientos de personas circulando por un sendero en la costa del río y amontonándose en las pequeñísimas playas que hay, o haciendo cola para pasar por una pasarela que en cualquier momento se transforma en tragedia porque está por caerse”, según graficó.

Peretti agregó “como dato de color” el “lamentable espectáculo que tuvimos que ver, ya que íbamos con menores, al pasar al lado de gente bañándose en pelotas -literalmente en pelotas-, hombres y mujeres, y no era un solo grupo, eran varios a lo largo de todo el camino. Será la onda que se viene o yo me estoy poniendo muy viejo”, ironizó.

“Obviamente –avanzó- otro tema ‘menor’ son los percusionistas, que seguramente aman y defienden a la naturaleza, pero se les escapó el detalle de que el sonido del río y de los pajaritos suenan mejor sin música de fondo”.

Estimó como “una utopía pensar en encontrarte con un guardia ambiental que ordene un poco la cosa, ya que brillan por su ausencia. Lógicamente, no es su responsabilidad y es evidente que a los funcionarios aún no les cayó la ficha de que están para cuidar el medioambiente y que con su presencia nada de lo que estoy narrando habría ocurrido. Parece ser que los culpables de la mugre son los turistas y como todavía no llegan aún no es momento de enviar a alguien para que cuide el lugar”, concluyó.

Plan de manejo

En coincidencia, “Cacho” Peretti presentó un plan de manejo para el Área Natural Protegida Río Azul Lago Escondido, porque “todos tenemos la responsabilidad de controlar a la gran cantidad de personas que año a año llegan para vivir la experiencia de caminar por la montaña”.

Según estadísticas oficiales, la red de refugios ubicada al oeste del río Azul es visitada anualmente por unos 40 mil excursionistas de todo el mundo.

No obstante, “si queremos vivir del turismo, la única manera de proyectar la actividad en el tiempo es cuidando y preservando nuestro principal recurso, la naturaleza”, indicó.

Para ello, “habrá que tener en cuenta un sistema no solo de información antes de que el pasajero tome la decisión de venir, sino que además debemos enfocarlo con un mensaje que sea interpretado como una acción dirigida a brindar un mejor servicio”.

“Esa persona –acotó- tendrá la seguridad de que podrá disfrutar de un lugar cuidado y verdaderamente natural, con ríos limpios, bosques verdes (no quemados) y el silencio que será consecuencia justamente del bajo número de personas transitando por la zona. En pocas palabras, El Bolsón, le dará garantías al pasajero de que se encontrará con lo que está buscando”.

Fuente: https://www.diariojornada.com.ar/287028/sociedad/en_defensa_de_los_ultimos_alerces_de_la_costa_del_rio_azul/