MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Gracias a eBird y 1.815 voluntarios, Chile ya tiene su primer Atlas de aves nidificantes

Con un auditorio lleno en la Universidad Santo Tomás, este martes 9 de octubre se realizó el primer lanzamiento de este emblemático proyecto de la ROC. Durante los próximos meses el evento será replicado en distintas regiones del país.

“Este es un día de fiesta. Hoy día tenemos Atlas”. Con estas palabras el presidente de la ROC, Rodrigo Barros, daba inicio al primero de los lanzamientos del Atlas de las Aves Nidificantes de Chile.

Único en su tipo, este libro se constituye como la “fotografía” más actualizada que se tiene hasta ahora sobre las aves que nidifican en el país, un esfuerzo inédito que contó con la colaboración de 1.815 voluntarios que subieron en total más de 675 mil registros en un proyecto que duró cerca de siete años.

Y el resultado no deja de ser sorprendente. “Y es que todavía se sabe muy poco de las aves de Chile”, dijo Barros. En ese sentido, los lectores encontrarán en sus páginas más preguntas que respuestas, vacíos de información que desde la ROC esperan sirva para motivar a otros actores y que más personas se sumen a iniciativas como esta de ciencia ciudadana y que estén ansiosos por llenar estos vacíos. “Porque si no se conoce, poco se puede hacer para su conservación”, aclaró Barros.

Otra de las lecciones aprendidas con este proyecto tiene que ver con los cambios que ha experimentado el país en los últimos 100 años. Cambios demográficos, sociales, económicos, climáticos, entre otros, que se reflejan en el Atlas como un testimonio que, aunque valioso, no deja de ser desolador: grandes humedales que hoy están secos, vegetación que hoy ya no existe, poblaciones enteras de aves que se han reducido drásticamente.

Sin embargo, la última gran lección que rescata el equipo después de este trabajo es algo más esperanzadora. “Para avanzar, lo mínimo que se requiere en el conocimiento y la conservación efectiva de las especies, es clave el trabajo colaborativo. Este Atlas es ejemplo de ello”, concluyó Barros.

Para Carmen Espoz, Decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Santo Tomás y Directora del Centro Bahía Lomas, este evento marca un hito en lo que cree se va a transformar en un verdadero documento de consulta. “Pero lo que uno más valora es todo el trabajo que hay detrás, la cantidad de personas que colaboraron, el trabajo ad honorem que hay detrás de este libro”, agregó.

Y es que cuando la ROC comenzó a soñar con este proyecto hace 10 años atrás, sabía que la única forma de lograrlo era con el trabajo colaborativo, con lo que hoy se conoce como “ciencia ciudadana” gracias a plataformas digitales como eBird.

En esos años, la herramienta ya estaba siendo utilizada por jóvenes entusiastas apasionados por las aves, pero para realizar la tarea de un Atlas era necesario algo más: incorporar a la plataforma una lista de códigos de reproducción que permitiera registrar este tipo de información de forma inteligente que luego pudiera ser procesada.

Y así, después de mucho insistir, los desarrolladores de eBird -el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell- finalmente accedieron a las demandas de la ROC. “Estábamos limitados a la cantidad de innovaciones que podíamos desarrollar”, cuenta Christopher Wood, del Laboratorio de Ornitología de Cornell. “Pero en la ROC permanecieron impávidos. (…) Donde otros habrían visto obstáculos, la ROC sólo veía oportunidades y formas creativas de dirigir estos desafíos”, relata en el prólogo del libro.

Las palabras de Diego Luna,  Especialista en Conservación de la Red Hemisférica de Reserva para Aves Playeras (RHRAP), en tanto, estuvieron marcadas por un fuerte sentido de urgencia. “Esta es una carrera contra el tiempo. Las aves están declinando, sus hábitats están siendo amenazados. Si no tomamos una acción hoy, mañana puede ser demasiado tarde y puede que seamos testigos de la extinción de un gran número de especies”.

Por eso, junto con reconocer la importancia de este gran trabajo, destacó como desafío que esta información vaya a parar realmente en las manos de quienes toman decisiones. “Para conservar las aves y sus hábitats necesitamos contar con la mejor información disponible y en ese sentido el Atlas es una contribución sin precedentes para Chile. Estos datos son clave para la toma de decisiones, particularmente para quienes planifican los territorios y para quienes hacer evaluación de impacto ambiental de proyectos”.

Por último, Luna también hizo un llamado a tomar acción desde “cada uno de nuestros roles y disciplinas profesionales. Porque ya no basta con investigar, no basta con monitorear”, dijo. “Resulta urgente además avanzar con la conservación efectiva de sitios críticos para la nidificación a lo largo del país, con figuras de protección, con buena gobernanza,  involucramiento de comunidades y manejo”.

Fernando Medrano, coordinador del proyecto, explicó a los asistentes la novedosa metodología utilizada para llevar a cabo este Atlas, los criterios usados para el registro de los códigos de reproducción y la modelación de mapas de distribución usando variables topográficas, climáticas y biológicas.

Asimismo, destacó la participación de más de 85 ornitólogos que describieron el estado del arte de lo que se conoce hasta hoy sobre cada una de las especies contenidas en el Atlas en términos de su biología reproductiva, su estado de conservación, amenazas y distribución.

“Nuestro equipo en el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell -cuenta Christopher Wood- ahora está trabajando junto a varios grupos para llevar a cabo otros Atlas de aves nidificantes. Pero deberías saber que la base para documentar en eBird aves nidificando comenzó con un destacable grupo de Chile. Estamos honrados de ser parte de este fantástico esfuerzo”, concluye.

Ahora se espera lanzar el libro en otras 14 ciudades del país, en la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA) y próximamente también en la Feria de Aves de Sudamérica a realizarse en Punta del Este, Uruguay, en octubre de 2019.

Este proyecto fue acogido a la ley de donaciones culturales, y financiado por Freeport McMoran, Reali Chile, Albatross Birding, Far South Expeditions, Gestión Ambiental Consultores (GAC), Cienciambiental y RHRAP.

Fuente: https://www.redobservadores.cl/?p=2666