MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

La atracción de inversores desató la guerra del agua en Neuquén

Neuquén.-Neuquén tildó de «inviable» un proyecto del gobierno bonaerense.

Ana Laura Calducci

calduccia@lmneuquen.com.ar

La campaña electoral avivó la batalla por el agua, que se venía librando sin demasiado ruido entre la provincia de Buenos Aires y las patagónicas Neuquén y Río Negro. Los bonaerenses reclaman un cupo mayor del vital recurso para regar sus cultivos al sur de Bahía Blanca e incluso piensan en hacer un “trasvase” del río Negro al Colorado. Ayer, el subsecretario de Recursos Hídricos neuquino, Horacio Carvalho, salió a aclarar que el proyecto es inviable en el actual contexto de sequía, y la prioridad son las inversiones locales.

 

Carvalho indicó que nuestra provincia tiene proyectos pendientes de hace años para sumar unas 20 mil hectáreas bajo riego, donde ya hay inversores interesados. Agregó que, por eso, la prioridad debe ser usar el agua “dentro de la cuenca del Limay, Neuquén y Negro y no afuera”.

Recordó que, cuando los bonaerenses hablan del trasvase al Colorado, “estamos hablando de regar con agua de una cuenca a otra”, en un contexto donde, “por la naturaleza o el cambio climático, hace siete años que venimos con sequía”.

El reclamo de Buenos Aires se presentó en abril en la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), que maneja los ríos Neuquén, Limay y Negro. Tras varias reuniones, el organismo resolvió contratar un estudio integral para determinar, con valores actualizados, qué cupo de agua le corresponde a cada provincia. Ese análisis se haría por licitación, con fondos nacionales, y demoraría por lo menos dos años.

Como el río Colorado está a mayor altura que el Negro, el desvío debe hacerse pendiente arriba, con algún tipo de bombeo. Días atrás, técnicos de Buenos Aires señalaron que la pretensión “de máxima” es irrigar 1,1 millones de hectáreas.

Carvalho señaló que la cuenca tiene potencial para regar más de un millón de hectáreas, pero hoy está lejos de ese tope. “El Limay no llega a 300 metros cúbicos por segundo en la zona de la Confluencia y el río Neuquén a 70; estamos con un caudal sumamente bajo comparado con otros años, y Buenos Aires pretende quedarse con un cupo de 201”, observó.

Contó que Neuquén tiene proyectos de riego pendientes en Mari Menuco (donde quedó hecha la captación y parte de un canal), Arroyito y Picún Leufú. Con el cambio de gobierno nacional, inició gestiones para financiar esos desarrollos con un programa denominado Asociación Público-Privada (APP).

“Seguramente la provincia de Buenos Aires también estará con este programa APP y no quiero pensar mal y que quieran derivar a los inversores para allá cuando varios están interesados en venir a Neuquén; ojalá no sea ese el objetivo”, acotó.

Remarcó: “El bombeo que requiere ese trasvase sería una obra millonaria, mientras acá tenemos los vínculos, las compuertas y el primer tramo del canal de material listos”. Añadió que en esas condiciones, sumadas a una sequía prolongada, “lo que se reclama no es posible y hay que estudiarlo mucho”.

La presentación de Buenos Aires forma parte de un reclamo histórico, reavivado por la gobernadora María Eugenia Vidal. Entre los posibles puntos para el trasvase, se mencionó Chelforó, lo que permitiría irrigar los partidos de Villarino y Patagones e incluso tierras cercanas a Bahía Blanca.

Cada vez hay menos caudales

Mientras Buenos Aires tira de la cuerda para quedarse con un cupo mayor de agua para riego, los productores locales miran con preocupación el bajo caudal de los ríos Neuquén y Limay, que avizora otro verano complicado.

Sobre el río Neuquén, a la altura del dique Ballester, se deriva el agua para riego para el canal principal de la provincia de Río Negro. También se capta líquido para el sistema de irrigación de Centenario y Vista Alegre. Hoy, el nivel está tan bajo que lo que va para los cultivos es más de lo que queda en el cauce principal.

En el Limay, el bajo caudal también es notorio. Jorge Fernández, de la Cámara de Fruticultores de Plottier y Senillosa, comentó: “No estamos en una situación en la que falte agua para la producción existente en la zona, pero nos preocupa lo que está pasando con el bajo nivel de El Chocón”.

Comentó que sobre el Limay “tenemos más margen que Centenario porque se perdieron muchas tierras que hoy son barrios privados y, de 120 productores que éramos hasta hace poco, hoy quedamos 20”.

Neuquén perdió la primera pulseada con Buenos Aires

La disputa por el agua de los ríos Neuquén, Limay y Negro tuvo su primer capítulo el 4 de abril de este año, en una reunión de la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC), donde Buenos Aires presentó una nota en la que sostenía la “urgente necesidad” de asegurarse el riego de unas 600 mil hectáreas con proyectos productivos.

El 23 de mayo, el representante de Neuquén en la AIC, Elías Sapag, elevó un informe al gobernador Omar Gutiérrez, al que tuvo acceso LM Neuquén, en el que advertía sobre la avanzada bonaerense.

Sapag informó que acordaron consultar a los gobiernos de cada provincia y, pese a ello, se convocó a otra reunión el 16 de mayo, donde asistió el subsecretario de Agricultura bonaerense, Miguel Tezanos Pinto. El funcionario propuso un “plan director” para actualizar los cupos de agua por provincia y, aunque Neuquén votó en contra, igual se aprobó.

“Este estudio lo financiaría la Nación, siendo la AIC quien debe realizar las licitaciones”, indicó Sapag y remarcó que buscan usar el agua de la cuenca para un “trasvase del río Negro al río Colorado y riego en el sur de Buenos Aires”.

Señaló que votó en contra porque la ley rionegrina N° 1906 prohíbe el trasvase a otra cuenca y “se pretende distribuir el agua de la cuenca para que cada jurisdicción la tenga como elemento cautivo y de uso inmobiliario”.

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