MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

“La reserva de energía eólica de la Patagonia es una de las mejores del mundo”

Madryn – Es un tema que me fascina”. Es lo primero que dice Luis Rotaeche al referirse a la publicación de su reciente libro “Energías renovables en Argentina”. Economista dedicado a la planificación, evaluación y el financiamiento de sectores económicos y proyectos, destaca el potencial en energías renovables que tiene la Argentina, “uno de los mayores del mundo”, pero lamenta que “se haya hecho tan poco”.

Rotaeche, exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entiende que “es insólito que teniendo en el país recursos gigantescos de energías renovables no convencionales, como ser eólica, solar, pequeña hidroelectricidad, marítima, geotermia, biomasa, biogás y algas, se importe en forma creciente varios tipos de energía”.

“Las energías renovables son mágicas, ya que no solo sus reservas no disminuyen con su uso, por ello es que son renovables, sino por el contrario su potencial aumenta con el consumo, gracias al conocimiento, la experiencia y al adelanto tecnológico que se adquiere al desarrollarlas en el país”, cuenta a El Diario.

Recalca que “las energías renovables representan la mayor alternativa que tiene la humanidad para mitigar el calentamiento global, ya que reemplazan a las energías fósiles, que son el mayor contaminante”. “Son, además, de gran utilidad para la independencia energética de los países o su abastecimiento”, agrega Rotaeche, que en Argentina se desempeñó como Subsecretario de Planificación en el Ministerio de Infraestructura e Interventor del Ente Nacional de Bienes Ferroviarios (ENABIEF), que hoy lleva el nombre de Agencia de Administración de Bienes del Estado.

—Usted habla de un recurso gigantesco, pero al mismo tiempo de una “situación insólita” que acontece en el país.

—Mujica dijo que la Argentina era víctima de su propia riqueza. Es inimaginable la riqueza que tiene el país en energía eólica, solar y marítima. La energía marítima aún no está desarrollada en gran magnitud a nivel mundial. Los países de la región tienen un recurso eólico potencial sumado equivalente a un 60 por ciento del que hay en el país. Es una locura que no se haga nada.

—¿Qué porcentaje en la matriz eléctrica ocupan las energías renovables?

—Prácticamente nada. De la capacidad eléctrica total instalada en el país, que es del orden de los 25.000 a 30.000 MW, menos de 300 MW es de energías renovables (eólica en casi su totalidad).

—¿A qué se lo atribuye?

—Se tienen recursos impresionantes en energías renovables como no renovables. Sin embargo, se importan varios tipos de energía. En el país se hicieron esfuerzos muy grandes para conseguir y lograr en otras épocas el autoabastecimiento de energía. El autoabastecimiento no se consigue de la noche a la mañana y es producto de un trabajo de varios gobiernos. En Argentina se tenía un valor neto de energía favorable que era de aproximadamente 6.000 millones de dólares en la balanza comercial, pero en cambio hoy en día hay un saldo negativo de cerca de 6.000 millones de dólares. Se cambió el sentido de la balanza comercial. La variación ha sido de alrededor de 12 millones. Es una locura.

—¿Qué falta?

—Las energías renovables son de enorme importancia para cualquier país, pero su desarrollo en la Argentina hoy no es un beneficio para el sector privado, que básicamente pretende tener previsibilidad y rentabilidad. Si en el país no se otorgan esas condiciones, no hay inversiones. Falta financiamiento, un marco regulatorio adecuado e instituciones que manejen la política pública. Todas las energías requieren de capital intensivo y, sobre todo en las renovables, la totalidad de los costos se concentran en la inversión, es decir, antes de iniciar la producción. En las renovables todo está volcado en el capital que se necesita inicialmente para hacer las obras y, además, se trata de proyectos de larga duración, ya que por ejemplo la vida útil de un parque eólico es de aproximadamente 25 años. Se necesita de dinero y financiamiento para la actividad.

—¿Qué valor podrían ocupar en la matriz eléctrica?

—En líneas generales se habla de que la participación de la energía eólica y solar pueden ser de hasta un 10 por ciento del sistema sin mayores inconvenientes y que más allá, hasta un 20 por ciento, se requiere de adaptaciones importantes que, por ahora, solo Dinamarca lo ha logrado y superado, lo cual es un ejemplo relativo ya que está integrada a los sistemas hidráulicos de países vecinos. Dinamarca, Alemania y España se acercan a esa cifra del 20 por ciento. En Alemania se pretende que para 2050 entre el 60 y 90 por ciento de la matriz eléctrica sea producto de energías renovables. En Argentina se deberían instalar de forma privada 4.000 MW de energía eólica. La Secretaría de Energía tiene proyectos registrados, con nombre y apellido, ubicación y estudios realizados, que se acercan a esa cifra. En Brasil la energía solar, por ejemplo, se aprovecha para el calentamiento de agua, sistemas de calefacción y de aire acondicionado y en la Isla de Chiloé (Chile) se terminó la construcción de un proyecto de energía eólica en poco más de 12 meses, lo cual es extraordinario. Ante la crisis energética del país, las energías renovables son una solución. No pueden ser ignoradas por el próximo gobierno.

—¿Qué rol ocupa la Patagonia?

—La reserva de energía eólica de la Patagonia posiblemente sea la mejor del mundo, por su calidad y constancia del viento. La cuestión es cómo explotar los recursos de la región. Es un tema preocupante. En una conferencia, el ingeniero Florencio Gamallo escuchó decir a Carl-Jochen Winter, reconocido especialista a nivel mundial en hidrógeno, que el recurso eólico de la Patagonia era infinito. Hay que aprovechar ese potencial partir del hidrógeno.

—¿En qué consiste?

—El tema del hidrógeno, con los avances previstos en la tecnología y utilizado como vector energético, puede suponerse que jugará un rol central en la energía del futuro. Representa una oportunidad extraordinaria para que el país pueda exportarlo, ya que puede extraerse, en forma limpia, por hidrólisis del agua con electricidad (electrólisis) generado con los vastos recursos de las energías renovables, en particular de la eólica, cuyo potencial es muchas veces mayor que todo lo que se podría consumir en el país. Así lo observó en 1998 Erico Spinadel, un pionero de la energía eólica en el país, junto a otros autores, en su famosa exposición sobre exportación de energía eólica en forma de hidrógeno. Las principales automotrices han experimentado con pilas de hidrógeno. El ingeniero Gamallo destacó que en Berlín funciona desde los años noventa una línea de ómnibus cuyos motores convencionales se alimentan con hidrógeno.

—¿La mayoría de la energía eólica instalada está en Chubut?

—De los 218 MW que hay en Argentina, prácticamente 100 MW deben estar en Chubut. Esa provincia tiene un potencial enorme.

—Uno de los principales problemas, según recalca en su libro, es la intermitencia de algunas energías renovables.

—La energía eólica y solar presentan una intermitencia o variabilidad. Por eso se habla de un 20 por ciento como una cifra óptima de participación de esas energías en el sistema. La intermitencia no está presente en biomasa, que incluye desechos agrícolas, industriales y urbanos. En Argentina hay que llegar a ese 20 por ciento. En el país se pueden producir turbinas eólicas. En ese sentido, la actividad se adapta mejor a la industria nacional que las energías térmicas.

—¿Qué papel ocupa la industria nacional?

—Hay dos fábricas de turbinas eólicas de 2 MW en el país. Además, en el INVAP se está trabajando en un prototipo de 1,5 o 2 MW. Hay, además, varias fábricas de equipos más pequeños en Argentina. Hablo de turbinas porque su producción es lo más complejo, pero los restantes elementos, como por ejemplo las torres, son de industria nacional.

—¿Qué propone en cuanto a la financiación?

—Hay que darle previsibilidad y rentabilidad al sector privado con el fin de generar las condiciones para pueda financiar los proyectos. El sector público no tiene dinero y el próximo gobierno va a tener un problema de déficit fiscal enorme. Propongo la creación de un fondo de garantía para que avale algunos de los pagos que deban recibir los proyectos de energías renovables a desarrollar en el país. Y que estos avales tengan la contragarantía a convenir de organismos internacionales, Banco Mundial, BID, CAF u otros. Aunque también cabría analizar la posibilidad de obtener contragarantías de empresas internacionales o de organismos públicos o semipúblicos de algunos países, especializados en el tema. Entiendo que sería difícil que el capital argentino pueda financiar los proyectos.

—¿Tiene expectativas?

—Sí. Hay que articular un grupo de profesionales para diseñar un nuevo sistema de política pública con el fin de desarrollar las energías renovables, mediante un plan que a corto plazo haga posible la instalación privada de 4.000 MW de energía eólica y, eventualmente, de solar y biomasa en los próximos cinco años. Hay, además, que implementar una estrategia que permita un desarrollo muy amplio de las energías renovables en el mediano y largo plazo. Será el desafío del próximo gobierno.

FUENTE: Sitio digital eldiariodemadryn.com (Por Mauro Fernándes)