MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

MOCO DE ROCA: Bariloche promueve cuidar las cuencas no contaminadas

San Carlos de Bariloche – «A semejanza de lo que pasa con la separación y clasificación de la basura y la prevención de los incendios forestales, para que el alga didymo no se propague aún más, debemos tener la colaboración de toda la comunidad», afirmó Leandro Mario Buria, biólogo de la Delegación Regional Patagonia de Parques Nacionales, quien trabaja para intentar contener la plaga.

Buria integra la comisión técnica que monitorea el fenómeno heredado del hemisferio norte y se mostró poco optimista sobre los resultados que se puedan lograr en lo inmediato. «En estos cuatro años el alga se instaló en toda la zona andina, desde Neuquén a Tierra del Fuego», sostuvo. Recordó que es un fenómeno que «hoy no se puede erradicar, por lo cual, lo único que se puede hacer es limitar su dispersión».

Para ello, desde el Estado se han encarado algunas acciones, pero la realidad indica que si la comunidad no colabora de poco sirven las recomendaciones. Se ha creado una comisión técnica integrada por expertos de las provincias patagónicas que recibe asistencia de la secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Redactaron un documento para que los gobiernos (nacional, provincial y municipal realicen acciones concretas de prevención), se delimitaron las «cuencas defendibles», con «medidas de prevención y barreras de seguridad», planes de monitoreo en lagos y ríos, pero son apenas paliativos ante un fenómeno difícil de controlar.

En la zona de Bariloche la barrera más visible está instalada en Villa Mascardi, en el ingreso al camino hacia Tronador y Cascada Los Alerces, donde embarcaciones y equipos son desinfectados. No obstante, nada impide que un pescador transporte su equipo en el baúl del auto y si no es detectado puede pasar contaminado.

El alga se adhiere a las embarcaciones, botas, trajes de neoprene y elementos de pesca que fueron sumergidos en sus aguas. Si estos son guardados en ambientes húmedos, sin haber sido limpiados, el microorganismo puede sobrevivir unos dos meses y al ser introducido en otras aguas, reproducirse. Así, pescadores, kayakistas y otros deportistas los trasladan de un sitio a otro, hasta sin darse cuenta.

De esta manera, podría haber llegado el alga al hemisferio sur, en primer lugar a Nueva Zelandia, en el 2004, y luego al río Espolón, en Chile, en mayo del 2010, un sitio muy utilizado por los kayakistas, pescadores y descensos de rafting, donde ese verano tuvo lugar un evento deportivo con gran convocatoria internacional.

En el lago Nahuel Huapi el alga puede verse en toda su costa frente a la ciudad, desde Bahía Serena al río Limay. Es un alga que crece en ambientes flojos de nutrientes, por ello se desarrolla más en primavera, con aguas más frías y ambiente más hostil. No es por cierto la única alga que crece en las costas, donde hay muchísimas más algas que hace 40 años, en especial en la época del verano, con calor, donde todas las autóctonas se desarrollan favorecidas por las aguas servidas, pluviales y suciedad que a diario escurre hacia el lago.

En la práctica, la expansión del alga didymo es comparable a la que realizó la chaqueta amarilla, una plaga inexistente hace diez años. En la práctica, es imposible de delimitar, pues también puede ser transportada por una gaviota que se posa sobre las aguas con algas y luego vuela y se posa en otro río o lago.

Se reproduce sin control, como lo hacen las plantas de rosa mosqueta, los pinos y otras especies introducidas. Buria dijo que el principal control local se da en el ingreso al Villa Mascardi, donde hay un puesto estable para limpiar embarcaciones y equipos de pesca. También se trabaja en algunos campings que tienen bajadas a lagos y ríos y en algunos balnearios, pero en todos los casos es apenas figurativo.

Uno de los pocos lugares donde se toman medidas de prevención son el Club Náutico Bariloche, donde las embarcaciones son limpiadas. No obstante, los centenares de kayaks, canoas y botes que se usan, así como los equipos de kitesurf, windsurf, pesca y la ropa o calzado que hayan estado en contacto con el agua de lagos, lagunas, ríos y arroyos, generalmente no son limpiados después de su uso.

FUENTE: rionegro.com.ar