MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Preocupa el aumento de ataques de gaviotas sobre ballenas

Puerto Madryn – En el marco de una charla brindada como parte de las actividades por del Día Nacional de la Ballena, celebrado el 25 de septiembre, el director científico del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), doctor Mariano Sironi, explicó el comportamiento de los cetáceos, tanto dentro como fuera del Golfo Nuevo.

 “Una de las cosas que hacemos desde 1995 es el monitoreo de frecuencia de ataques de en el Golfo Nuevo y en el Golfo San José, para monitorear si la frecuencia de ataques aumenta, disminuye o se mantiene y poder utilizar esa información en relación con las acciones de manejo.

También trabajamos conjuntamente con otras organizaciones para llevar adelante el monitoreo sanitario de la población, junto con WCS, Fundación Patagonia Natural y las Universidades de California y de Utah”, explicó Sironi acerca del trabajo que realizan desde el ICB.

Uno de los datos más preocupantes que arroja el estudio, que se hace anualmente, es el impresionante incremento de los ataques de gaviotas sobre las ballenas: “Los ataques de gaviotas aumentan. A través del catálogo de foto identificación hemos analizado el porcentaje de ballenas con lesiones producidas por gaviotas. En 1974 apenas el 1 por ciento de las ballenas adultas tenían lesiones producidas por ataques de gaviotas, y la última vez que hicimos este análisis, en el año 2008, el 77 por ciento de las ballenas tenían lesiones de gaviotas. Entonces se han multiplicado muchísimo en las últimas cuatro décadas, tanto la frecuencia de los ataques, como el impacto sobre la población”.

Bajó la mortandad

Dentro del trabajo que lleva a cabo el Instituto de Conservación de Ballenas, el análisis de la cantidad de ballenas muertas es uno de los pilares más importantes. Con respecto a los datos que arroja este 2014, Mariano Sironi explicó: “Esta temporada llevamos contabilizadas 14 ballenas muertas, lo cual es un número bastante bajo comparado con el que veníamos registrando en temporadas anteriores”.

 Acerca de las causas de la muerte de los ejemplares, el científico dijo: “Hay hipótesis para tratar de explicar la mortandad elevada que registramos en algunos años, que incluyen la mal nutrición de las hembras y por lo tanto de las crías que mueren por no llegar a tener el estado corporal necesario para sobrevivir las primeras semanas de vida; el estrés que producen los ataques de gaviotas en los ballenatos recién nacidos puede ser causa de muerte en algunos casos.

Las biotoxinas son una posibilidad también, aunque en cierta forma estamos dejando de lado esa hipótesis porque no tenemos evidencias de que sea una causa de muerte generalizada; las enfermedades infecciosas que se transmiten de un individuo a otro; y también hay una hipótesis planteada por investigadores del Centro Nacional Patagónico relacionada con la denso dependencia, que la mortalidad puede estar afectada por una cuestión de densidad de población”.

La foto identificación

Todo lo que realiza el ICB tiene como pata fundamental la identificación de los individuos, la cual se realiza mediante un exhaustivo trabajo: “Durante la temporada alta de ballenas es cuando hacemos nuestro censo de foto identificación, todos los años hacemos un sobrevuelo del perímetro completo de Península Valdés para fotografiar cada ballena y foto identificarla.

 De esa manera mantenemos nuestro catálogo actualizado, el cual actualmente tiene tres mil individuos conocidos, algunos desde el año 71, entonces estamos hablando de animales que conocemos desde hace 45 años. Hicimos nuestro censo de foto identificación los días 12 y 13 de septiembre, sobrevolamos 757 ballenas que fotografiamos, luego esos datos son analizados en el laboratorio porque hemos tomado 7200 fotografías, así que nos lleva algunas semanas analizar todo eso”.

Cómo se identifican

A simple vista, las ballenas son todas muy parecidas, sin embargo, según relató el doctor Sironi, absolutamente todas ellas son diferentes: “Las ballenas se identifican a través de su patrón de callosidades, que funcionan básicamente como nuestras huellas dactilares. Nosotros nos miramos los dedos y si bien son muy parecidos, si te ponés a ver las rayitas son diferentes.

Lo mismo hacemos con la cabeza de una Ballena Franca, con una buena fotografía de vista dorsal del animal, se analiza el patrón de callosidad que es único en cada ballena y además se mantiene constante durante toda su vida. Ese es el principio de la foto identificación, analizar el patrón de callosidades, catalogar todas las fotografías y comparar unas con otras para saber cuándo estamos hablando de un individuo nuevo o de uno que ya conocemos”.

Un tercio en el Golfo

Cada año, la llegada de las ballenas al Golfo Nuevo es muy celebrada por todos los madrynenses. Un dato a tener en cuenta es que, en promedio, cada ejemplar visita las costas madrynenses cada tres años, ya que esta región es la elegida por la madres para tener a sus crías: “En el caso de las hembras, tienen un promedio de una cría cada tres años y vienen aquí a parir, entonces en promedio, si hablamos de las hembras adultas, se puede decir que vienen cada tres años».

«Mientras tanto, el resto de la población permanece en sitios que todavía no están del todo determinados, aunque sí hay individuos compartidos con el sur de Brasil y de Uruguay, es decir que hay animales que pueden haber tenido una cría en Península Valdés hace tres años y en 2014 pueden estar teniendo una cría en Brasil. Entonces no utilizan únicamente este sitio como un área de cría sino que también utilizan otras áreas, pero podemos decir más o menos, que en promedio viene un tercio de la población a la Península cada año”, consideró.

Aumento sostenido

Por último, el director científico del Instituto de Conservación de Ballenas, reafirmó el dato del crecimiento de la población, aunque con un detalle importante: “Desde que comenzaron los estudios en 1971, se ha mantenido en una tasa de crecimiento que rondaba el 6,8 por ciento anual hasta el año 2000.

A partir de ese año, creemos que a consecuencia de estas mortandades incrementadas, se redujo la tasa de crecimiento al 5,1 por ciento anual. Esto significa que la población sigue creciendo, pero no al ritmo de antes”. Con relación al trabajo que lleva adelante la institución que dirige, Mariano Sironi, contó que, además del proceso de identificación, el ICB “lleva adelante estrategias de conservación a nivel nacional en Argentina y a nivel internacional en Latinoamérica.

También tenemos varias iniciativas de educación, incluyendo el programa que hemos aplicado en la provincia del Chubut que se llama ´Acercando las ballenas a tu escuela´ y que lo aplicamos conjuntamente con la Dirección de Flora y Fauna de la provincia”, cerró.

FUENTE: El Diario de Madryn