COMODORO RIVADAVIA – En el área conocida como la “Bajada de los Palitos”, en Playa Belvedere, se desarrollará un proyecto “inspirado en una forma de vida sin precedentes en la región, orientado al consumo responsable, a la generación de energías limpias y al uso de la tecnología para vivir preservando los recursos para las futuras generaciones”, según resaltan sus impulsores.

El equipo liderado por la arquitecta Ana Rascovsky, codirectora junto a la arquitecta Irene Joselevich del estudio Planta, nacida en Buenos Aires y premiada en distintos países del mundo por su enfoque integrador entre arquitectura y naturaleza, supo comprender el espíritu de un proyecto urbanístico que excedía el ‘emprendimiento inmobiliario’ para proponerse como una experiencia de vida innovadora y sustentable.

Así, el equipo de Planta diseñó el Proyecto Refugio de Lobos sobre los pilares de la sociabilidad, la accesibilidad y la ecología. “El trabajo de nuestro estudio es sustentable. Es una característica que reside en cada uno de nuestros proyectos. Algunos con una impronta más ecológica, otros en relación con lo social, o con lo económico. Es nuestra manera de concebir la arquitectura”, asegura la especialista, formada en capital federal y especializada en Francia y Holanda. Según la Comisión Mundial de Ambiente y Desarrollo, se considera ‘sustentable’ el desarrollo que satisface las necesidades del presente, sin comprometer la capacidad para que las futuras generaciones puedan satisfacer sus propias necesidades. En esa línea está pensado Refugio de Lobos, el proyecto urbanístico de Playa Belvedere que nace en la década del 90’ en la mente creativa del visionario Dr. Padrós y sus socios, propietarios de las tierras.

Según detallan sus impulsores, la sustentabilidad tiene tres pilares: el social, que se refiere a un modelo de crecimiento económico sin exclusión; el económico, que se refiere a que es modelo sea equitativo; y el ambiental, que tiene que ver con el resguardo de los recursos naturales. A partir de este enfoque, “la urbanización busca crear lugares comunes de encuentro, en diferentes escalas y programas, tanto para los integrantes del barrio, como para la comunidad en general. Se plantan servicios e infraestructura con acceso público para que el barrio también preste un servicio a la comunidad”, explica Rascovsky, quien profundizó sobre las particularidades de nuestra región al compartir reuniones de trabajo con uno de los equipos de agrimensores e ingeniería local de más trayectoria.

En cuanto a los aspectos ambientales, Refugio de Lobos está concebido considerando el cuidado de los recursos naturales, el reciclaje de residuos, el fomento de las energías renovables, el tratamiento de aguas residuales y la preservación de la flora local dentro del paisajismo del barrio, como acción de recomposición ambiental. “Se realizaron todos los estudios para restablecer la duna, que es un aspecto fundamental para el funcionamiento del ecosistema físico de la zona. El barrio plantea una mínima huella ecológica: se incentiva a que las casas se construyan sobre pilotes, y hasta  las calles del barrio serán construidas con el reutilizaje del material de conchilla absorbente existente en el sitio”, detalla la arquitecta.

A su vez, el diseño del espacio fomenta un lugar donde el auto tenga el mínimo uso necesario en cada área del barrio, dejando espacio para la circulación en bicicleta y peatonal. Esto generar una menor contaminación, tanto ambiental como sonora, y favorece un estilo de vida saludable.

Proponemos una arquitectura sustentable, donde se preserve la energía pasiva, se respete el terreno y la vegetación existente. Y una arquitectura poco ostentosa, de gran calidad, adaptable al clima de la zona, en relación a la historia del lugar”, describe la creadora del think tank de arquitectura e investigación urbana Supersudaca.

CAMBIOS URGENTES

Refugio de Lobos busca magnificar las cualidades del terreno y el entorno: enmarcar las vistas, la relación directa con la playa, y aprovechar las diferencias de terreno para generar paisaje con el terreno existente. En cuanto a la vegetación, plantea la preservación de la vegetación autóctona como paisaje local, integrándola al diseño, con la sola incorporación del álamo como barrera cortavientos. A su vez, en una iniciativa innovadora, se reconstruirá la duna, hoy degradada por el impacto de la actividad humana.

Explican los desarrolladores que existen dos formas de restablecer la protección costera hoy inexistente: una es a través de un sistema artificial, similar a lo que se hizo en la vecina ciudad de Rada Tilly, mediante un muro de contención (con un mecanismo de absorción de la energía de las olas) y una urbanización, inmediatamente luego de este muro. La otra es un sistema de dunas naturales, por el cual se inclinó la sociedad que impulsa el proyecto, como método de aporte ecológico. Este sistema, explican, necesita de un cierto espesor para trabajar porque su funcionamiento es dinámico: se regenera por acción del viento y del mar. Esto implica dejar libre una superficie que oscila entre los 30 y los 50 metros de ancho, que puede ser mayor cuando se agregue el relleno inicial, para la formación de la playa seca que se ira distribuyendo, con las mareas, a lo largo de la playa. Este sector de duna de aproximadamente 5 hectáreas se preservará libre de presencia humana, para su preservación y debida retribución a la ecología del lugar.

Frente a la realidad de nuestra ciudad, donde el crecimiento urbanístico es constante y los emprendimientos mayormente cortoplacistas, Proyecto Refugio de Lobos pretende aportar a la mejora de la calidad de vida de la comunidad, demostrando que una forma sustentable de habitar la ciudad es posible: “Los lugares comunes se construirán mediante tecnología bioclimática, utilizarán paneles para generar y consumir energía solar y estudiamos napas de agua subterránea, para prescindir todo lo posible de los servicios convencionales. Además, instalaremos biodigestores para reutilizar los residuos orgánicos. Apuntamos a que todas las viviendas del Proyecto sigan la misma línea”, concluye el equipo de profesionales de la sociedad Refugio de los Lobos.

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