MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Viedma (Noticiasnet.com.ar). La iniciativa del concejal justicialista Luis Nievas para plantear en el ámbito del Concejo Deliberante el debate por el proyecto sojero en el Idevi tuvo el jueves su primer paso, con la asistencia de funcionarios del ministerio de Producción.

La voz cantante la llevó el subsecretario Humberto Iglesias, que intentó despejar dudas de los ediles. Sin embargo, las explicaciones del funcionario no fueron sobre el hueso de la cuestión. Más bien le bajó el tono a la chance de producir soja en 200 mil hectáreas, explicó que el objetivo es desarrollar los valles templados y se plantó bastante lejos de una defensa férrea del cultivo sojero.

Iglesias trató de evitar hablar en particular, señalando que la política es desarrollar los valles con producción intensiva. Habló poco del proyecto chino y aseguró a los concejales que “hubo un error de comunicación que nunca se pudo subsanar”.

Así, el funcionario puso paños fríos al descontento generalizado y a las fuertes dudas que se advierten cuando el fantasma sojero sobrevuela el imaginario colectivo.

La soja deja de ser lo más trascendental del debate, pero arroja a la opinión pública una muy interesante discusión sobre producción, ausente en la capital provincial salvo por esfuerzos casi individuales, que tienen en la muy buena idea de la Expo Idevi su mayor vidriera pública.

De aquí es más es esperable que las gestiones municipales que sucedan a la actual, que ya se encuentra en su etapa final, tengan una firme decisión de desarrollar ese valle irrigado que sería envidia de cualquier país o región que no sea favorecida por un recurso como el Negro, ese río fabuloso, solidario y desprendido que vuelca toda su benevolencia a las manos de hombres que lo están aprovechando bastante mal.

A siete años de gestión Ferreira, el Idevi sigue más o menos como en 2003, como en 1999 o como en 1995. Una mina de oro que no logra el despegue, y un dato asombroso: el 80 por ciento de las verduras que se consumen en Río Negro provienen de otras provincias. Algo se está haciendo definitivamente mal.

Como cierre de la reunión de Iglesias con los concejales, una frase inquietante, que invita a pensar en que el glifosato y la soja no son los únicos males que existen por delante: “No hay forma de controlar el uso de agroquímicos”, dijo. Esa afirmación pública es suficiente para justificar los temores de la población.

Las charlas sobre soja en el CD seguirán. Ojalá que con participación de los vecinos y presencia del Ejecutivo.