MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Te explicamos cómo minimizar la huella ecológica en tu hogar

Leo las noticias y no puedo evitar llevarme las manos a la cabeza. El planeta se está apagando, y nosotros somos los únicos capaces de hacer algo al respecto.

Te explicamos cómo minimizar la huella ecológica en tu hogar

Según las Naciones Unidas, se prevé que la temperatura de La Tierra alcance para 2030 el temido nivel de 1,5 grados (por encima de los niveles preindustriales).

Alcanzar esa cifra no solo provocaría el deshielo total de la Antártida, sino que también provocaría graves consecuencias sobre el resto del mundo: subidas del nivel del mar, intensas sequías, países en riesgo de desaparición…

Te explicamos cómo minimizar la huella ecológica en tu hogar

Y es que ya lo advirtió Joyce Msuya, Directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente: «Nuestro planeta ha alcanzado sus límites, y tenemos que actuar ahora».

Todo esto me ha hecho meditar muy profundamente sobre nuestro impacto sobre el medio, y me he propuesto tratar de reducir mi huella ecológica todo lo posible.

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Hoy comparto con vosotros las acciones que yo aplico en mi rutina diaria para tratar de reducir el impacto ambiental.

Creo que si todos incorporásemos estas acciones en nuestro día a día, podríamos generar un impacto muy positivo sobre el medio. ¿Os animáis a probar?

Reducir el uso de plásticos

Gestos tan simples como sustituir las botellas de plástico por otras de acero inoxidable, o utilizar cepillos de dientes biodegradables en vez de cepillos de plástico, pueden marcar la diferencia. Y es que ha quedado demostrado que los plásticos ejercen un gran daño sobre el planeta.

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Según la ONU, «Ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, amenazando la vida marina». Tal es así que, según las estadísticas, si seguimos consumiendo al ritmo al que lo estamos haciendo, se prevé que para 2050 haya más plásticos que peces en el mar.

Otra de las cosas que podemos tratar de hacer es ir al supermercado con nuestras propias bolsas de tela reutilizables y comprar productos a granel siempre que sea posible.

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Y de la misma manera que es importante tratar de eliminar de nuestra rutina diaria los plásticos de usar y tirar, debemos dar una segunda vida al resto. En definitiva: reducir, reusar y reciclar.

 

Comer sano

La alimentación es otro de los grandes problemas ambientales a los que nos enfrentamos en la actualidad. Ya no solo por el coste que supone producir, envasar y distribuir la comida, sino por las toneladas que se desperdician día a día.

Una de las soluciones pasa por tratar de fomentar la economía local y disminuir el consumo de carne. Y es que, según un artículo publicado por las Naciones Unidas,  «elaborar una sola hamburguesa de tercera requiere alrededor de 1 695 litros de agua».

Alejarse de los productos procesados también ayudaría, dado que el aceite de palma -principal causante de la deforestación-, está en la gran mayoría de estos productos.

Ahorro de energía eléctrica: gestos que reducen el consumo

A veces malgastamos más energía de la que necesitamos, y no porque queramos, sino porque no nos damos cuenta. El problema está en que el hecho de no darnos cuenta puede suponer un derroche de energía totalmente evitable.

Por ejemplo, ¿tenéis secadora en casa? Si es posible, evitad usarla y optar por dejar que la ropa se seque al sol.

De la misma manera, cuando vayáis a poner la lavadora, tratad de llenarla al máximo posible y de lavar en frío, ya que la mayor parte de la energía que consume este aparato eléctrico lo hace al calentar el agua.

Revisad también las bombillas (unas de bajo consumo pueden suponer un ahorro muy grande) y evitad tener portátiles, móviles o cualquier otro aparato electrónico enchufado a la corriente.

Se dice que aunque no estén conectados, algunos de ellos pueden seguir consumiendo hasta un 10 % de la electricidad de tu hogar.

Como último consejo, a la hora de cocinar probad a apagar la vitro unos minutos antes de que la comida esté lista. El motivo es muy simple: el calor residual se encargará de terminar de cocinar la comida.

Tal y como podéis comprobar, son pequeñas acciones de ahorro energético de las que quizá muchos no nos habíamos dado cuenta hasta ahora, pero que aplicadas en el día a día, podrían contribuir a reducir la huella ecológica en gran medida.

Fuente: La Energía de Luzía