MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

Tierra del Fuego despidió a los Mirage, un ícono de la guerra del Malvinas

RIO GRANDE.-Los aviones Mirage de la Fuerza Aérea dejaron su estela sobre el cielo fueguino por última vez. La despedida de los Mirage, un ícono de la guerra de Malvinas, es parte del plan anual de ejercitaciones, con el Ejercicio “Ariete”

que ayer pasó por Ushuaia y Río Grande. Cientos de personas se congregaron para verlos sobre la costa.

Los aviones Mirage de la Fuerza Aerea volaron ayer por por última vez sobre el suelo fueguino en operaciones. La despedida de los Mirage, un ícono de la guerra de Malvinas, comenzó el lunes y culmina hoy, como parte del plan anual de ejercitaciones, con el Ejercicio “Ariete”.

Sobre la costa de Río Grande, ayer en horas del mediodía cientos de personas se reunieron para verlos pasar por última vez durante unos quince minutos en los cuales sobrevolaron el Mar Argentino.

Con 43 años de servicio, más de 131 mil horas de vuelo y una actuación destacada en la guerra de Malvinas, que contribuyó a cimentar el prestigio de la Fuerza Aerea Argentina y sus pilotos, el sistema Mirage será definitivamente “desprogramado” en noviembre.

Hasta Tierra del Fuego para participar del último ejercicio partió días atrás un escuadrón de “no más de cinco aeronaves aún en condiciones de volar” -según fuentes militares, que no dieron el número exacto- procedentes desde su asiento natural, la VI Brigada Aérea de Tandil.

La anunciada despedida de los Mirage, a los que se estiró la vida útil hasta el extremo, se da sin que se haya definido su reemplazo. La última opción que se barajó fue la compra de aviones caza chinos FC-1, pero terminó siendo descartada.

Con la salida de servicio de los Mirage, que son aviones supersónicos, la Argentina pierde la capacidad de interceptación, advierten los expertos. El 27 de noviembre se haría en Tandil la ceremonia solemne de despedida. Por unos días, todavía dejarán su estela en los cielos patagónicos.

Fuente: El Sureño