MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

USHUAIA.- Se extiende entre Ushuaia y la Antártida; impulsan una ley para convertir en reserva sus 69.000 km2 de superficie; alberga una gran variedad de peces, mamíferos, aves y cetáceos

La expedición científica se realizó con un rompehielos alemán
La expedición científica se realizó con un rompehielos alemán Crédito: Gza. National Geographic

«Ninguna especie se ha extinguido», gritó el catalán Enric Sala en un salón alfombrado del rompehielos alemán en el que recorrió el Mar Argentino más austral, que separa Tierra del Fuego de la Antártida. Insinúa que no es tarde, que pese a que a los pesqueros lanzan redes que atrapan toneladas de merluza y suelen apresar por accidente otras especies, la biodiversidad aún se conserva.

Este biólogo marino lideró, entre el 12 y el 26 pasado, la exploración que la National Geographic Society, con apoyo logístico de los gobiernos nacional y fueguino, hizo 90 millas (144 km) al sudeste de Ushuaia, para registrar la variedad de peces, mamíferos marinos, aves y cetáceos de un área de 69.000 km2.. El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación quiere convertir en reserva ese área, denominada Yaganes.

Amarrado en Ushuaia, Sala especuló con un diagnóstico favorable sobre el buen grado de conservación de Yaganes. Sin embargo, en «pocos meses» deberá aportar por escrito un detalle de su relevamiento. Lo hará tras revisar «cientos de horas» de grabación captadas en esas aguas con cámaras que fueron sumergidas hasta 6000 metros de profundidad.

Esa investigación es vital para apuntalar con información científica el debate que habrá en el Congreso este año, cuando se trate el proyecto de ley con el que el ministro Sergio Bergman pretende proteger esa porción de océano -casi del tamaño de Formosa- y duplicar la superficie de la reserva marina de Burdwood, creada en 2013, al este de la Isla de los Estados y al sur de las islas Malvinas.

El trabajo de la National Geographic Society es parte del programa Pristine Seas, que desde hace una década promueve la conservación de áreas salvajes de océano. Ese apoyo internacional y la documentación que pudo reunir sobre la importancia de preservar el área es vital para el Ministerio de Ambiente y las 16 ONG que apoyan la propuesta y forman el Foro para la Conservación del Mar Patagónico, entre ellas Aves Argentinas, Fundación Vida Silvestre y FARN. Yaganes está en la Zona Económica Exclusiva, dentro de las 200 millas desde la costa, por lo que la pesca está habilitada. En ese contexto, los planes generan temor en el sector pesquero, que advierte sobre posibles efectos económicos negativos (ver aparte).

Si bien son varias las amenazas ambientales que sufre el mar en general, en Yaganes la principal es la pesca. Cuando usan cuerdas con cientos o miles de anzuelos, existe una tasa de captura incidental de un ave cada 4000 anzuelos. Los pesqueros que operan con redes de arrastre matan albatros, capturan tiburones sardineros, peces muy jóvenes u especies que no son objeto de pesca.

En su extremo norte, Yaganes está 90 millas al sudeste de Ushuaia y su extremo sur se ubica a 430 millas de la Base Esperanza. Al este, el límite es el final de la Zona Económica Exclusiva. Al oeste, se extiende hasta el inicio del mar chileno. Yaganes está en los inicios de la corriente de Malvinas, que se mueve hacia el norte y la describen como la columna vertebral del Mar Argentino. Es el área de conexión física y biológica entre el Pacífico y el Atlántico.

«Para la biodiversidad es como un supermercado de aguas frías, profundas y muy rico. Hay desoves, reproducción y alimentaciones de especies carismáticas, como pingüinos, lobos y elefantes marinos, delfines, albatros y petreles», señaló el biólogo Claudio Campagna, presidente del foro y uno de los dos científicos argentinos que participaron de la exploración.

En Yaganes se ven al menos 24 especies de aves, como petreles y albatros; hay delfines de las especies austral, cruzado, oscuro y piloto; se alimentan pingüinos magallánicos y de penacho amarillo; hay ballenas del tipo fin, jorobada, y minke; lobos marinos de uno y dos pelos; hay registros de cachalotes, y unos 8 tipos de rayas. Hay tiburones sardineros, categorizados como «vulnerables», y 5 especies de peces que son de importancia comercial, como las merluzas de cola, negra y polaca.

«Las aguas frías tienen menos variedad, pero en número muy abundante», apuntó Campagna. Ese es uno de los aspectos por lo que el sector pesquero considera «productivo» el sitio.

Para Bergman, «sin ser un paper científico, la documentación de la expedición va a disipar las dudas de la discusión previa a que el proyecto llegara al Congreso». La decisión de Bergman de crear reservas marinas está fundamentada, además, en cumplir con compromisos internacionales a los que adhirió el país, como el Convenio sobre la Biodiversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que establecen proteger el 10% de las zonas costeras y marinas antes de 2020.

Hoy, entre las 25 reservas provinciales, interjurisdiccionales y el área de Burdwood, el país llega al 2,8%. De prosperar el proyecto enviado en septiembre al Congreso, aumentaría la superficie marina protegida llevándola a 155.918 km2, alcanzando el 10% de los 1.500.000 km2 de Mar Argentino.

La propuesta oficial es que el lecho de Yaganes sea reserva estricta; que permita solo actividades científicas. «Hay corales de agua fría para preservar», explicó Javier García Espil, director nacional de Biodiversidad y Recursos Hídricos. La columna de agua tendría dos tipificaciones. La porción más grande, de 55.600 km2, la que está más al sudeste del continente, sería parque nacional, pero se autorizarían trabajos científicos, educativos y turísticos. La columna de agua más cercana a Ushuaia, de 13.400 km2, pasaría a ser reserva; su objetivo es la conservación, pero admitiendo actividades científicas, educativas y recreativas; la pesca bajo un modelo sustentable.

Ese esquema de uso debe ser elaborado por Parques Nacionales una vez aprobada la ley. «Obligatoriamente, el plan de gestión debe ser elaborado con la participación de los actores sociales, económicos y culturales. La ley va a dar una zonificación orientativa y con el plan se van a definir qué áreas estarán habilitadas a la pesca», adelantó Emiliano Ezcurra, vicepresidente de Parques Nacionales.

Desafíos y tensiones con el sector pesquero

USHUAIA.- Crear reservas marinas es uno de los desafíos del Ministerio de Ambiente de la Nación. El mayor tironeo lo tiene con el sector pesquero. De hecho, por informes de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación, las pretensiones de crear cinco reservas bajaron a una, Yaganes, y a la ampliación de Burdwood. En Yaganes se produce el 0,23% de la pesca nacional, según Parques Nacionales. «Estamos a favor de preservar áreas, pero nunca nos consultaron. En Ushuaia trabajan seis barcos y representa el 1% de los 600 pesqueros del país. La restricción sobre un sector que genera el 0,23% de la actividad puede ser significativo para Ushuaia», dijo Alan Mackern, presidente de Estremar y secretario de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina. Néstor Lagraña, presidente del puerto de Ushuaia, advirtió que por cada pesquero, «se emplean entre 80 y 90 personas por turno de seis horas; son mucho más que las 332 personas que emplean los cruceros cada temporada». «La actividad pesquera es muy importante para la provincia. Queremos hacerles entender que si se preserva ese ambiente ganamos todos porque se garantiza que el recurso siga existiendo», dijo la gobernadora Rosana Bertone.

Fuente: La Nación