MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

El Guadal: Río Negro consolida un modelo ejemplar de manejo del Bosque Nativo en la Región Sur

El Guadal: Río Negro consolida un modelo ejemplar de manejo del Bosque Nativo en la Región Sur

Un ejemplo inspirador de desarrollo sustentable en Patagonia

Comallo, Rio Negro, 9 de junio de 2025.En el corazón de la Región Sur de Río Negro, una experiencia pionera está tomando fuerza y posicionando a la provincia en la vanguardia del manejo integral del bosque nativo. El paraje El Guadal, ubicado en cercanías de Comallo, se ha convertido en un laboratorio a cielo abierto donde la conservación ambiental, el desarrollo comunitario y la producción sostenible se conjugan en un modelo digno de replicarse en otras regiones del país. Pero… ¿qué hace tan especial a este lugar perdido entre las mesetas patagónicas? El bosque lo cuenta, pero la comunidad lo potencia.

El Guadal forma parte de la ecorregión del Monte, una zona de gran valor ambiental donde el bosque nativo no solo es hábitat de biodiversidad única, sino también sostén económico y cultural de las comunidades locales. En este contexto, el proyecto de manejo integral que se desarrolla allí tiene como objetivo conservar la estructura y funcionalidad del ecosistema, al tiempo que mejora la calidad de vida de las familias que lo habitan.

Leer más: ¡La Patagonia en peligro! Solo un cerco protege este bosque nativo único en Río Negro

Gracias al impulso de la Dirección de Bosques del Ministerio de Producción y Agroindustria de Río Negro, junto al financiamiento del Fondo Nacional para el Enriquecimiento y la Conservación de los Bosques Nativos, la iniciativa avanza con un fuerte componente participativo y técnico. Este modelo se basa en principios de agroecología, restauración de áreas degradadas, uso racional de los recursos forestales y fortalecimiento de las organizaciones locales.

Una de las claves del éxito de esta experiencia es la implementación de un Plan de Manejo Integral, diseñado con el acompañamiento técnico del programa de la Ley Nacional N° 26.331. Este plan contempla prácticas productivas sustentables como la recolección de frutos nativos, el uso responsable de la leña, el pastoreo planificado, la conservación del suelo y la protección de especies clave como el molle, el maitén y el piquillín.

Además, se promueve el rescate del conocimiento ancestral mapuche-tehuelche sobre el uso del bosque, integrando la sabiduría comunitaria con criterios técnicos y científicos. Esto fortalece no solo la gobernanza del territorio, sino también el sentido de pertenencia y el empoderamiento de quienes viven y trabajan en El Guadal.

Detrás de este modelo hay una red de actores comprometidos. Diez familias locales participan activamente del proyecto, junto a técnicos del gobierno provincial, referentes territoriales, organizaciones de base y profesionales forestales. Esta articulación ha sido clave para diseñar estrategias consensuadas de restauración, vigilancia y uso múltiple del bosque nativo, minimizando conflictos y potenciando sinergias.

Por ejemplo, el Plan de Manejo incluye zonas de conservación estricta, áreas de aprovechamiento controlado y espacios para la regeneración natural del bosque. Además, se han desarrollado capacitaciones en poda, técnicas silvícolas, monitoreo de biodiversidad y producción de plantas nativas en viveros.

A solo dos años de su implementación, los resultados son tangibles: regeneración natural en sectores degradados, aumento de la cobertura vegetal, disminución de incendios forestales y mejora de la economía familiar a través del uso sostenible de los productos del bosque. La leña, que antes se extraía sin control, hoy se corta bajo pautas de manejo técnico, con trazabilidad y registro.

Asimismo, se ha comenzado a elaborar artesanías con especies nativas, a incorporar plantas del bosque en huertas comunitarias, y a realizar intercambios de semillas con otras comunidades rurales. Todo esto contribuye a diversificar la matriz productiva y a frenar el éxodo rural, fortaleciendo el arraigo de las familias en su territorio.

La educación como herramienta de transformación

Uno de los ejes más innovadores del modelo de El Guadal es la integración de la educación ambiental. A través de talleres, recorridas de campo y actividades en las escuelas rurales, se trabaja con niños y jóvenes para que conozcan, valoren y cuiden su entorno natural. Esta estrategia de sensibilización tiene un gran impacto en la conservación del bosque nativo a mediano y largo plazo.

Además, se promueve la documentación de saberes locales y la creación de material didáctico adaptado al contexto rural. La escuela se transforma así en un nodo de conocimiento y acción ambiental, conectando generaciones con el bosque y sus múltiples valores.

Tecnología aplicada al cuidado del bosque

Otro aspecto destacado del proyecto es la incorporación de herramientas tecnológicas al monitoreo del bosque nativo. Con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y otras instituciones, se han desarrollado mapas de cobertura vegetal, diagnósticos participativos, sensores para medir humedad del suelo y drones para detectar zonas en riesgo de degradación.

Esta combinación de tradición y tecnología permite tomar decisiones basadas en evidencia, aumentar la eficiencia en la gestión del recurso forestal y prevenir impactos negativos, como la erosión o la sobreexplotación.

Un modelo replicable para otras comunidades

El caso de El Guadal está siendo seguido de cerca por otras provincias patagónicas, como Chubut y Neuquén, e incluso por universidades y organismos internacionales interesados en modelos de desarrollo territorial sustentable. Se lo presenta como ejemplo de implementación efectiva de la Ley de Bosques y como experiencia de gobernanza local en paisajes de bajo impacto poblacional.

La replicabilidad del modelo se basa en su diseño participativo, en su adaptación al contexto ecológico y social, y en su enfoque integral que combina conservación, producción, cultura y educación.

Desde el gobierno de Río Negro, se enmarca este modelo dentro de una estrategia provincial más amplia de gestión sostenible de los recursos naturales. En un contexto de cambio climático, desertificación y pérdida de biodiversidad, fortalecer los bosques nativos no es solo una opción ambiental, sino una necesidad económica y social.

La participación de actores institucionales como el Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA), el Ministerio de Ambiente nacional y la cooperación internacional abre oportunidades para escalar el modelo a otros parajes de la Región Sur, como Cañadón Chileno, Pilquiniyeu del Limay o Mamuel Choique.

¿Qué sigue para El Guadal?

El desafío ahora es consolidar los logros alcanzados y asegurar su sostenibilidad en el tiempo. Para ello, es clave continuar con el financiamiento, fortalecer las capacidades locales, mejorar la infraestructura y visibilizar la experiencia en espacios académicos, científicos y mediáticos.

También se plantea como meta la certificación de buenas prácticas forestales, la incorporación de mujeres rurales al liderazgo del proyecto, y la articulación con universidades para generar más conocimiento aplicado.

El Guadal demuestra que es posible construir otro modelo de relación con el bosque nativo: uno que no lo vea solo como un recurso para explotar, sino como un bien común para cuidar, disfrutar y transmitir. En una Patagonia muchas veces olvidada, este rincón de Río Negro brilla como ejemplo de innovación social, ambiental y productiva. Y lo mejor es que apenas estamos viendo el comienzo de su historia.

También te puede interesar:

Scroll al inicio