Aguada Guzman, Rio Negro, 10 de junio de 2025.¿Puede una charla transformar el acceso al agua en una comunidad entera? En Aguada Guzmán, la respuesta llegó junto al programa Somos Agua, una iniciativa estratégica que busca garantizar agua potable y hábitos saludables en lugares donde este recurso vital es escaso y altamente mineralizado. Esta historia revela cómo cada gota cuenta y cómo saberes técnicos y comunitarios se entrelazan para proteger la vida rural.
¿Qué es “Somos Agua” y por qué llegó a Aguada Guzmán?
El programa Somos Agua, impulsado por Aguas Rionegrinas, nació con el objetivo de concientizar y educar en el uso seguro del agua potable. Su llegada a Aguada Guzmán, paraje enclavado en la Región Sur de Río Negro, no fue casual: allí el acceso al agua depende de una única perforación subterránea que arroja agua con alto contenido en minerales, lo que la hace peligrosa para el consumo directo. La jornada incluyó una charla en la Escuela Primaria Nº 194, abierta a docentes, estudiantes, vecinos y personal de la Comisión de Fomento, estableciendo un canal directo para promover conciencia y prácticas de higiene y conservación del recurso.
Aguada Guzmán no cuenta con fuentes de agua superficiales. Toda el agua proviene de un pozo que extrae líquido subterráneo con altos niveles minerales, especialmente hierro y manganeso, lo que lo hace no apto para el consumo sin tratamiento. Esto representa una amenaza constante a la salud, especialmente para niños y personas mayores. “Somos Agua” busca cerrar esa brecha sanitaria con información precisa, pautas sobre hervido y un uso responsable en el hogar.
Ósmosis inversa: clave para asegurar agua potable
Para solucionar la falta de agua segura, la comunidad de Aguada Guzmán cuenta con una planta de ósmosis inversa, construida junto a la sede de la Comisión de Foment. Este sistema permite eliminar minerales y patógenos, asegurando agua potable. Durante la visita, se inspecionaron equipos, se explicaron protocolos de mantenimiento y se resolvieron dudas técnicas sobre el mecanismo y su operatividad.
Charlas educativas y materiales para todos
Las acciones no fueron meramente técnicas. “Somos Agua” distribuyó folletos informativos, mostró prácticas higiénicas básicas (como hervido y almacenamiento seguro del agua) y escuchó a los vecinos. Un diálogo cercano, respetuoso de saberes locales y con lenguaje adaptado a la realidad rural, fue fundamental para fortalecer la confianza comunitaria y promover cambios de hábitos sostenibles.
“La propuesta busca poner en valor el acceso al agua potable, segura y de calidad, especialmente en territorios donde el recurso es escaso y requiere un tratamiento especial para su potabilización.”
Aguada Guzmán, como otros parajes de la zona, demostró interés genuino y participación activa. La presencia de autoridades locales —Escuela, Comisión de Fomento y vecinos— permitió que la propuesta de “Somos Agua” fuera bien recibida y evaluada como relevante y oportuna. Esto refleja que los cambios en salud pública dependen tanto de la información técnica como del involucramiento comunitario real.
Más allá de potabilizarla, el programa promueve una cultura del agua segura. Esta abarca prácticas como no beber directamente del grifo sin tratamiento, hervir agua para consumo humano, limpiar recipientes y reducir el desperdicio. La actividad educativa vinculó la higiene con el bienestar, recordando que el acceso equitativo al agua potable es un derecho y una responsabilidad compartida.
Tecnología y técnicas al servicio de la comunidad
La visita incluyó una instancia técnica diseñada para explicar el funcionamiento real de la planta de ósmosis inversa. Se capacitaron operadores locales en la limpieza periódica, detección de fallas y registro de parámetros como presión y calidad del agua. Estas habilidades técnicas son esenciales para que el dispositivo cumpla su función durante mucho tiempo.
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Acceso al agua potable es condición esencial para prevenir enfermedades de origen hídrico. En comunidades rurales como Aguada Guzmán, la incorporación de “Somos Agua” representa un avance en salud pública y equidad territorial, reduciendo brechas entre zonas urbanas y rurales. El programa actúa como una herramienta para mejorar indicadores de salud y promover un entorno más justo.
“El equipo de ‘Somos Agua’ sostiene la importancia de acompañar a las comunidades rurales en el acceso equitativo al agua potable, promoviendo hábitos saludables y fortaleciendo la conciencia ambiental.”
Una estrategia replicable en la Región Sur
El éxito de la intervención en Aguada Guzmán marca un precedente para otros parajes rurales. Comunidades como El Cuy y Colán Conhué cuentan con plantas similares de ósmosis inversa y también necesitan acompañamiento técnico y educativo. “Somos Agua” puede escalar como programa modelo para garantizar acceso seguro a nivel provincial.
La participación articulada entre Aguas Rionegrinas, la escuela, la Comisión de Fomento y los propios vecinos fortalece la gobernanza. Esta cooperación asegura no solo instalaciones técnicas, sino también continuidad en el uso responsable del agua y mantenimiento de las plantas, apuntalando la sostenibilidad a largo plazo.
El rol del Estado en acceso seguro al agua
“Somos Agua” es una muestra del rol fundamental del Estado en asegurar los derechos más básicos, como el acceso al agua potable. Al garantizar no solo infraestructura, sino también estrategias de acompañamiento comunitario, el gobierno fortalece su autoridad y confianza, alineándose con normas nacionales sobre servicios esenciales en zonas rurales.
Para consolidar el impacto, es recomendable:
Realizar visitas periódicas de seguimiento técnico al paraje.
Establecer una guardia comunitaria de operarios capacitados.
Incorporar un plan de monitoreo de calidad con acceso público a los datos.
Realizar campañas de sensibilización complementarias en otras zonas rurales.
Estos pasos permiten escalar el programa, fortalecer su confianza y convertirlo en una política pública sostenible.
La visita de “Somos Agua” a Aguada Guzmán es una muestra de que la combinación de tecnología, educación comunitaria y compromiso estatal puede transformar realidades. Este programa es una invitación a replicar un modelo integrador en toda la Región Sur, garantizando que cada familia rural tenga acceso a agua potable, segura y digna.
