MONITOREO Y ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN GEOPOLÍTICA EN EL MUNDO Y SU IMPLICANCIA EN LA PATAGONIA

FABRICARAN ESTACIONES DE MONITOREO DE INUNDACIONES Y SEQUIAS: Un pampeano en un ambicioso proyecto

Santa Rosa.-Es Raúl Rivas, un egresado de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNLPam. El proyecto comprende una inversión pública y privada superior a los $43 millones que conjugará tecnología convencional y satelital.
En el mes de febrero, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica adjudicó un subsidio de 24.865.444 pesos para financiar la fabricación de estaciones de monitoreo de inundaciones y sequías a partir de la incorporación de tecnología de última generación como antenas satelitales, celular satelital, internet, celular convencional, entre otras. Junto con el aporte privado, el proyecto contempla una inversión superior a los 43 millones de pesos. Raúl Rivas, un geólogo egresado de la Universidad Nacional de La Pampa, es uno de los responsables del proyecto.
La iniciativa fue aprobada en el marco del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec) de la Agencia y tiene como objeto favorecer el desarrollo y la implementación de sistemas automáticos de alerta de inundaciones y sequías en el área sur de la cuenca del río Salado, provincia de Buenos Aires. El consorcio público y privado que llevará adelante el proyecto está integrado por la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC), la Autoridad del Agua y la empresa Redimec SRL. Según el contrato, las instituciones aportarán 18.278.026 pesos como contraparte, por lo que la inversión total del proyecto ascenderá a 43.173.470 pesos.

Sensor.
El jueves por la tarde, Rivas habló con el envío radial “El Faro, un programa de ciencia”. Allí contó que la experiencia comenzó a tomar forma en el año 2011, con el lanzamiento al espacio del satélite argentino SAC-D. Este satélite lleva a bordo el instrumento Aquarius, un equipo de sofisticada tecnología construido por la NASA para monitorear la salinidad de los océanos. No es el único sensor a bordo que porta el satélite nacional. Hay varios más, uno de ellos llamado Nirst (New InfraRed Sensor Technology), una “Cámara Infrarroja de Nueva Tecnología” diseñada por la Agencia Espacial Canadiense y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) para monitorear eventos de altas temperaturas en función de la radiación que emite la superficie terrestre. Aunque el Nirst fue pensado para el seguimiento de incendios y volcanes, los científicos argentinos vieron la posibilidad de utilizar esa información para conocer el estado de humedad de los suelos.
El año pasado, cuando la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica lanzó una convocatoria para financiar proyectos para prevenir sequías e inundaciones, el grupo de trabajo en que está Rivas se asoció con la Autoridad del Agua de la provincia de Buenos Aires y con una pequeña empresa de electrónica para aviones radicada en Tandil, y presentaron un proyecto para construir una red de estaciones de monitoreo automático e instantáneo del estado de los suelos.
El Instituto de Hidrología de Llanuras, comentó Rivas, tiene muchos años de trabajo en redes de alerta de inundaciones, un hecho que facilitó su asociación con empresas locales y con el órgano estatal que maneja las cuestiones hídricas.

Temperatura.
La clave del proyecto es la “temperatura radiativa” de la superficie terrestre, un parámetro natural que cuando se conoce en detalle puede aportar información valiosa. Por ejemplo, el grado de humedad que tienen los suelos, ya que la cantidad de agua en un suelo influye directamente en su temperatura y ésta en la radiación que emite, que es al fin y al cambio la variable que miden los sensores abordo de los satélites.
“Todo cuerpo en condiciones naturales emite energía en función de la temperatura en que se encuentra”, recordó Rivas durante la entrevista. “Algunos sensores abordo de los satélites trabajan en la parte del espectro electromagnético que se llama ‘infrarrojo térmico’ y nos permite que la información que llega en forma energía podamos transformarla en la temperatura que tiene la superficie”. Esa temperatura “es indicadora, a veces, de las condiciones del suelo, por ejemplo si está más seco o más húmedo”, indicó.
El proyecto contempla la construcción y montaje de una red de estaciones de monitoreo de variables ambientales merced a un sistema distribuido en una superficie de 40.000 kilómetros cuadrados en la cuenca baja del río Salado, un área muy susceptible a inundaciones repentinas. “Sería una red de redes, un conjunto de estaciones distribuidas en el espacio que van a controlar por ejemplo en un arroyo o un cauce, la altura del agua en ese cauce sobre todo en proximidades de algunas ciudades donde pudiera llegar a provocar inundaciones, o el nivel freático de un pozo para saber cómo está el acuífero”.
Junto con ese conjunto de estaciones que tomará los datos en tiempo real, habrá una segunda línea de estaciones, que transmitirá los datos en tiempo diferido, enlazadas a una oficina central en la sede de la autoridad del agua y en los municipios de la zona. En este caso, serán los satélites los que una o dos veces por día descargarán en las estaciones centrales la información recopilada en las estaciones automáticas.

Decisiones.
La zona donde se desarrollará la red concentra el 30 por ciento del Producto Bruto Geográfico de la provincia de Buenos Aires. Las inundaciones que la afectan en forma periódica generan impactos económicos muy altos, del orden de 200 a 300 millones de dólares. Lo mismo ocurre con los ciclos de sequías, que suelen tener una incidencia aún mayor.
“Una red de estas características permitirá tomar decisiones rápidas y efectivas, que es la clave para atenuar esos impactos, tanto desde lo social, la salud y lo productivo”, destacó Rivas. “Estamos pensando en una red no solo en los 3 años que dice el convenio sino con un horizonte de 10 años y más también, con una activa participación de los partidos de la cuenca, que se sientan parte activa de ella”.
“Calculamos que en diciembre vamos a estar trasmitiendo los primeros datos con un prototipo, todo depende de cómo vayamos avanzando con las cuestiones básicas. Y si no es en diciembre, será en febrero”, se esperanzó.

 

Fuente: Diario La Arena

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