Viedma.-Un nuevo incidente en la extracción de hidrocarburos en el Valle vuelve a encender las luces de alerta sobre una pregunta que preocupa: ¿pueden “convivir” la actividad petrolera y la producción agrícola?
El evento que ocurrió días atrás en la zona de chacras de Allen, muestra la realidad que viven de manera cotidiana los productores de la zona: los productores encontraron el camino clausurado para llegar a sus plantaciones. A esto se suma que, según se dio a conocer a través de los medios de comunicación, hay inquietud entre los chacareros por la presencia de caños al descubierto en las parcelas agrícolas, situación que aumenta los riesgos potenciales de contaminación.
Lamentablemente, la rotura del caño colector de la empresa Ysur (concesionaria del área EFO y subsidiaria de YPF) es un hecho más de los que ocurren periódicamente.
Desde el inicio de nuestra gestión planteamos nuestra preocupación por la falta de políticas destinadas a utilizar los recursos naturales en función de un desarrollo económico planificado en armonía con el medio ambiente. La posible contaminación de las aguas que observamos en las distintas regiones del territorio nos llevó a realizar diversas actuaciones y a presentarnos como querellantes en la causa penal iniciada por la contaminación del río Negro.
Para garantizar la supuesta “coexistencia” entre la actividad extractiva, la producción agrícologanadera y las poblaciones, los accidentes no deben ocurrir. Pero hay sobrados ejemplos que indican que ocurren y son más usuales de lo esperado.
La utilización planificada de los recursos hídricos y del suelo, es un pilar para la calidad de vida de la población actual y de las próximas generaciones. A esta altura, nos preguntamos cuál es el compromiso asumido por el sector político con respecto al uso de los recursos para garantizar un futuro sustentable.
Durante la presentación del informe in voce expresamos enfáticamente que, además de la contaminación con desechos orgánicos que ya tienen nuestras aguas, nos preocupa la potencial contaminación producida por la industria petrolera, que es mucho más grave y difícil de remediar. En este sentido, creemos que es muy riesgoso avanzar sin una planificación técnica responsable con una mirada a largo plazo.
Como ya hemos señalado en distintas oportunidades, la explotación de hidrocarburos es planteada desde las esferas de conducción política como una oportunidad “única” por los beneficios que daría a miles neuquinos y rionegrinos a través del famoso “derrame económico”.
En este sentido, observamos con preocupación que no se habla del “otro derrame”, ese que está afectando directamente a los cursos de agua y riego, al suelo y el subsuelo de los espacios donde se realiza esta actividad extractiva.
Nadina Díaz
Defensora del Pueblo de Río Negro
Fuente: ADN