Sanb Carlos de Bariloche.-No sólo se puede disfrutar de excepcionales paisajes en el Parque Nacional Nahuel Huapi. En este destino turístico de la Patagonia siempre existen propuestas para todo tipo de visitante tanto en invierno como en verano, donde es posible realizar paseos y actividades deportivas por bosques, lagos y montañas. Entre las opciones para elegir qué hacer se presentan: paseos lacustres, campamentos, rafting, kayak, esquí escalada y trekking.
Al pie de los 3.554 metros del cerro Tronador se extienden las 709.886 hectáreas del Parque Nacional Nahuel Haupi. La región ofrece caminatas, escaladas, pesca, navegación, trekking, ciclismo y fotografía, entre muchas otras actividades que se recomienda realizar en verano, fines de primavera y principios del otoño.
El Parque Nacional Nahuel Huapi fue la primera área protegida del país, creada en el año 1934 a partir de la donación de 3 leguas cuadradas de tierras que realizó Francisco Pascasio Moreno en 1903 con el objetivo de conservar -según expresó- “las bellezas naturales de la Patagonia”.
Los mapuches dieron le dieron el nombre Nahuel Huapi, que significa “isla del tigre” y que hace referencia a la isla Victoria, la más grande del lago. Se presume que este nombre alude al tótem de una familia puelche que pobló la zona o quizás a la comparación de aquellos indígenas con los tigres por su audacia y valentía. Más allá de las leyendas e historias que inspiró el Nahuel Huapi, lo cierto es que a su alrededor se asentaron diferentes grupos étnicos: los tehuelches, los puelches y los araucanos.
Con una riqueza cultural inmensa, el parque se encuentra al sudoeste de la provincia de Neuquén y del noroeste de la provincia de Río Negro. Cabe destacar que tanto en temporada alta (noviembre-abril) como en baja (mayo-octubre), la entrada general tiene un costo de $80. Para residentes locales el valor es de $35, mientras que para los residentes provinciales y estudiantes universitarios el costo de la entrada es de $20. Hay eximición para jubilados, pensionados, menores de 16 años, discapacitados y residentes de San Carlos de Bariloche, Villa La Angostura, Villa Traful, Villa Mascardi.
Este parque hospeda en sus bosques, estepas y altos patagónicos, a más de un millar de especies botánicas superiores y a 334 especies de animales vertebrados, algunos en peligro de extinción, como el huemul, la paloma araucana y el huillín.
El Lago Nahuel Huapi, con sus 560 kilómetros cuadrados de superficie y una profundidad de 400 metros, es uno de los centros de atracción por el que surcan embarcaciones, mientras que en sus orillas se alternan playas, balnearios y embarcaderos.
Gracias a sus cerros y sus lagos, sus arroyos y picadas, y también a su excelente infraestructura para el montañismo y la vida al aire libre, con senderos demarcados y refugios de montaña, el Parque Nacional Nahuel Huapi resulta el lugar ideal para practicar no sólo trekking, sino también escalada, mountain bike, esquí, kayak, rafting, buceo, cabalgatas, parapente y todos los deportes en la naturaleza. Existe una amplia variedad de lugares, y actividades para realizar allí.
CERRO TRONADOR – VENTISQUERO NEGRO
El cerro Tronador, de 3.478 metros, es la cumbre más alta del Parque Nacional Nahuel Huapi. Allí hay diez glaciares en constante movimiento; el cerro debe su nombre a los constantes derrumbes y el estruendo de sus bloques de hielo. El Ventisquero Negro es un lugar privilegiado para observar esta actividad.
Desde Bariloche, se llega al Tronador a través de la ruta que conduce al Lago Mascardi, tras la bifurcación que lleva al cerro o al Lago Roca y Cascada Los Alerces. Apenas 77 kilómetros separan al cerro de la ciudad. Desde Pampa Linda, el valle de acceso al cerro, se accede sin dificultad al Ventisquero Negro por el camino principal, tras recorrer ocho kilómetros a pie o en bicicleta. Este glaciar se puede caminar sobre él con ayuda de grampones; no es necesario tener experiencia previa si se va con un guía autorizado.
También es posible llegar a través de un trekking que comienza con el famoso sendero al Saltillo de las Nalcas, una formación de dos saltos de agua ubicada muy cerca de Pampa Linda. Otra opción es visitar el refugio Otto Meiling.
CERRO CATEDRAL
Está ubicado a 22 kilómetros de Bariloche y es accesible aun con transporte público urbano. Allí se ofrece enormes posibilidades a los amantes de los deportes y el aire libre. Durante la larga temporada de nieve, que puede durar incluso desde mayo hasta octubre, el Catedral ofrece el centro de esquí más importante de Sudamérica, con 50 pistas y 27 medios de elevación. También se practica snowboard y free-ride. Como complemento final, el centro de esquí ofrece máquinas para fabricar nieve si el clima no la ofreciera.
KAYAK, RAFTING
Y BUCEO
El río Manso une los lagos Mascardi, Los Moscos, Hess, Roca, Steffen y Martin a lo largo de 100 kilómetros. Por sus características y la increíble belleza de su entorno natural, resulta ideal para practicar kayak, rafting y hasta canyoning, en grado IV. Los principiantes pueden comenzar por el Manso Inferior, de grados II y III. Turbulentos rápidos, cascadas y piletones aseguran la adrenalina.
Por otra parte, la enorme cantidad de espejos de agua, junto a los que es posible acampar, es uno de los atractivos principales del Parque Nacional Nahuel Huapi. Y las excursiones lacustres son un clásico. Las más conocidas son las que van a la Isla Victoria, al bosque de Arrayanes y a Puerto Blest.
Aunque las aguas son muy frías durante todo el año, es posible practicar buceo en casi todos los lagos. La experiencia depara sorpresas inolvidables, como moverse entre cardúmenes de truchas o conocer bosques sumergidos.
Por último, los amantes de la soledad pueden visitar los lagos Guillelmo y Steffen, muy retirados de los circuitos turísticos clásicos.
VALLE ENCANTADO
A 67 kilómetros al noreste de Bariloche se encuentra Confluencia, el lugar donde se encuentran los ríos Limay y Traful. El lugar se ve como un gran lago, a causa de las aguas del embalse de la represa de Alicurá. El atractivo está en las curiosas formaciones de origen volcánico que le dan su nombre. Los picos de piedra asemejan castillos y catedrales góticas. La gran variabilidad en la dureza de sus rocas, provocó que la lluvia y el viento las fueran desgastando de manera despareja, tallando las llamativas figuras que dan el nombre a la zona. Las formaciones más conocidas son “El dedo de Dios” y “El centinela del valle”.
Este lugar resulta ideal además para avistar al majestuoso cóndor patagónico, también llamado “el espíritu de los Andes”.
Fuente: El Patagonico