Después de cinco años de trabajo -junto a la ayuda de Conaf, Fundación Imagen de Chile, el aporte público y privado, además del apoyo constante de embajadores y voluntarios- la fundación ha logrado plantar más de 336.098 árboles nativos en parques y reservas nacional de las regiones de Aysén y Magallanes.; sin embargo, aún queda mucho por hacer.
“Estos cinco años han sido de mucho trabajo, esfuerzo y perseverancia. Hemos reunido más 300.000 árboles nativos lo que nos llena de orgullo, pero estamos conscientes de que tenemos la misión de generar mayor conciencia en la población acerca de los efectos de la deforestación en el medio ambiente y la importancia de plantar árboles nativos para luchar contra el cambio climático” aseguró Suzanne Wylie, directora ejecutiva de Fundación Reforestemos Patagonia.
Es por esta razón, que uno de los principales objetivos que se ha puesto la fundación es la realización de planes educacionales para niños y jóvenes chilenos, quienes de esta forma puedan comprender la importancia de proteger uno de los patrimonios naturales más importantes del planeta, nuestra Patagonia.
“Queremos hacer un llamado para que todos aporten su grano de arena en la lucha contra la deforestación y el cambio climático. Es trabajo de todos proteger nuestro gran pulmón verde que es la Patagonia. En esta fecha, además, comienza la temporada de incendios forestales y tenemos que prevenirlos para evitar que grandes catástrofes afecten a nuestros bosques”, agregó Wylie.
Este año, y con un encuentro realizado en Coyhaique, la Fundación Reforestemos Patagonia y la Corporación Nacional Forestal (Conaf) firmaron un nuevo convenio específico, el cual consolida su alianza por 5 años más con el fin de continuar trabajando en conjunto por la reforestación de ecosistemas degradados de la Patagonia.
Este nuevo acuerdo contempla además trabajos de restauración de especies nativas (en zonas donde hay plantadas especies introducidas) y la posibilidad de realizar programas de ensayo e investigación en zonas acotadas, según especies y sistemas de protección; esto permitirá un mejor seguimiento de las zonas reforestadas.
Fuente: El Divisadero
