“Es una obra muy importante para el abastecimiento energético del país, para la cual se invertirán cerca de US$ 6.000 millones” resumió.
Gadano anticipó a Télam que Atucha III se construirá “respetando los más altos estándares de seguridad” que se utilizan para este tipo de emprendimientos.
La construcción “comenzará hacia fin de año o comienzos del 2018” dentro del objetivo integral de generación nucleoeléctrica en Argentina, donde la aparición de las energías renovables, de origen solar o eólico, también adquieren un mayor protagonismo para diversificar la matriz energética nacional.
“La idea es llegar en el año 2025 a los 2500 MW de potencia instalada”, lo cual representa un “42% más” que lo que se produce desde la energía nuclear en la actualidad, especificó.
El subsecretario de Energía Nuclear integra la comitiva oficial a China que encabeza el presidente Mauricio Macri y participará esta semana en Beijing de la firma del Contrato ´marco´ para la construcción de Atucha III y la V Central, para el cual se prevé una inversión del orden de los US$ 12.500 millones.
El crédito para la realización de las obras tendrá un plazo de “20 años, con un período de gracia de 8 años, es decir, que se empezará a pagar cuando la planta ya funcione a pleno”, aclaró Gadano.
La futura IV Central (o Atucha III) se construirá en la zona de Lima, provincia de Buenos Aires, muy cerca de la Atucha II, ofrecerá una potencia de 745 MW y funcionará a base de uranio natural y agua pesada, detalló el funcionario.
En tanto, Osvaldo Caffaro, intendente de Lima, partido de Zárate, se lamentó de las demoras en el inicio de las obras y advirtió que esa situación “atenta contra los 5.000 puestos de trabajo” que participarán directa o indirectamente en la construcción.
“Sentimos una desaceleración muy fuerte en los trabajos de la central nuclear, y creemos que frenar la obra atenta con los 5.000 puestos de trabajos que hoy contábamos”, expresó.
Caffaro consideró además que “una parte de la inversión para las obras se debería destinar a un respaldo para Zárate y Lima en salud, defensa civil y un plan para estar tranquilos ante cualquier problemática”.
Desde los sectores ambientalistas, sin embargo, se plantea una actitud de rechazo hacia el mayor desarrollo nuclear argentino.
Por su parte, Paul Horsman, especialista en Energía de Greenpeace, cuestionó la construcción de la nueva planta y se preguntó si “realmente queremos seguir invirtiendo en ese tipo de energía, cuando existen alternativas más baratas, rápidas y mucho más seguras”.
“¿Queremos tomar este costoso riesgo cuando tenemos fuentes de energía mejores, más limpias y más abundantes que son más económicas e incluso crean más puestos de trabajo?”, advirtió Horsman a Télam.
En este marco, el especialista de Greenpeace ejemplificó con la situación de EEUU en materia energética: “Allí, las industrias solar y eólica están creando empleos 12 veces más rápido que otras, e incorporando más gente que los sectores de petróleo, carbón o gas”, puntualizó.