Modificando algunas prácticas actuales es posible mejorar la productividad de muchos sistemas agrícolas y de producción de alimentos.
Este principio se concentra en el motor de la transformación. En el futuro, se necesitarán nuevos aumentos de productividad para garantizar un suministro suficiente de alimentos y otros productos agrícolas y, al mismo tiempo, se deberá limitar la expansión de la tierra agrícola y contener su avance hacia los ecosistemas naturales. Sin embargo, si bien en el pasado la eficacia se ha expresado generalmente en términos de rendimiento (kilogramo por hectárea de producción), ahora el aumento de la productividad futura deberá tener en cuenta otras dimensiones. Los sistemas de producción inteligentes de agua y energía serán cada vez más importantes a medida que la escasez de agua aumente y que la agricultura tenga que buscar formas de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto repercutirá en la utilización de fertilizantes y otros insumos agrícolas.
Fuente: FAO