BARILOCHGE.- Bajo una interesante frase: “El camino de la mejora continúa”, cerró días atrás una exposición del abogado Fernando López Peña, quien impulsó un proyecto de Ley en el Congreso de la Nación para proponer empresas de triple impacto (económico, social y ambiental). “Estoy convencido que Bariloche tiene que hacer punta en la Patagonia”, dijo en el auditorio de OSDE.
En resumen se explicó que el proyecto propone la creación de una nueva forma jurídica, las Sociedades de Interés y Beneficio Colectivo con el fin de proteger a los administradores de las sociedades comerciales que tengan especial consideración en el interés social y ambiental.
López Peña señaló que es conveniente establecer condiciones que permitan que las empresas generen un impacto social positivo y ambiental, promover el desarrollo de un ecosistema de compañías sustentables que tengan entre sus fines el cuidado y preservación del ambiente, así como el diseño de soluciones de mercado para problemas sociales que las políticas públicas y el mercado tradicional no han podido resolver.
El Cordillerano publicó que según la normativa presentada en el Congreso de la Nación, aquellas empresas que deseen transformarse en sociedades de Interés y Beneficio Colectivo deberán incluir en su contrato social “el impacto social, ambiental, positivo y verificable que se obligan a generar, especificado en forma precisa y determinada”. Luego se propone una exigencia del 75% de los socios con derecho a voto para toda modificación del objeto y fines sociales.
En uno de los foros económicos que se desarrollaron en Davos (Suiza) se conversó sobre el crecimiento y la importancia a nivel mundial de las Empresas B. En debate internacional se indicó que Empresas B se trata de emprendimientos comerciales, con fines de lucro, que además buscan impactar positivamente en la sociedad y en el medio ambiente. Este “triple impacto” está especificado en el carácter de las Empresas B desde su gestación o reformulación estatutaria: son emprendimientos que tienen como propósito obtener ganancias (lucrar con su actividad), realizar un aporte concreto a la sociedad en la que se desenvuelven y realizar su tarea desde un fuerte compromiso ambiental.
En Davos un ejecutivo chileno contó su experiencia, desde su empresa llamada Triciclos. Al respecto dijo que el trabajo se centra en el reciclado de los residuos urbanos, principalmente el plástico. Triciclos va más allá de disponer los ya conocidos containers para recibir distintos tipos de basura; en cada uno de esos puntos de reciclado, ubicados en grandes supermercados y cadenas para el hogar, se ubica un empleado de Triciclos, generalmente un excartonero, que asesora sobre lo que puede reciclarse o no y acerca de la existencia de productos similares con un packaging reciclable. Es decir, realiza una labor educativa que se convierte en algo más importante que el mero hecho de recibir basura reciclable.
La cuestión es que el movimiento de Empresas B crece a pasos agigantados en todo el mundo. Incluso alguna de las corporaciones más grandes del planeta está evaluando seriamente adecuarse, interna y externamente, a las exigencias que plantea convertirse en una organización de este tipo. (contactosistemab.org/argentina)
“Políticos B”
A nivel mundial existen más de 2000 empresas en 50 países y desde San Carlos de Bariloche se pretende impulsar el sistema para toda la Patagonia, ya que el abordaje de problemas socio ambientales es el trabajo que se debe encarar a futuro. Además de las entidades empresarias “sería bueno que haya ‘Políticos B’ que trabajen con absoluta transparencia”, se indicó.