Por Alejandro Palmieri (*).-La energía nuclear es una fuente más a la hora de pensar el abastecimiento eléctrico de un país, y así lo entienden millones de personas en el mundo.
Posee como una de sus principales ventajas las casi nulas emisiones contaminantes al espacio. En el caso de Argentina reduce la dependencia energética exterior, pero además produce electricidad de forma constante con precios estables y predecibles. Lo han entendido de ese modo gobiernos de distinta orientación política que apuestan por el mantenimiento de las centrales nucleares en sus países y la construcción de nuevas plantas.
Actualmente, hay 447 reactores “en operación” en 39 países, que producen casi el 12% de la electricidad mundial. Entre esos 39 países nucleares, hay grandes estados, como Estados Unidos con 99 centrales en su territorio, Francia 58, Japón 43, China 37, Rusia 35. Pero también hay países pequeños en extensión con una importante presencia de centrales nucleares: como Bélgica (casi 7 veces más pequeña que Río Negro, pero con una población 16 veces superior) que cuenta con 7 reactores, o Suiza (5 veces menor que Río Negro, y con 11 veces más población) con 5 centrales nucleares en su territorio.
Según el Organismo Internacional de Energía Atómica de Naciones Unidas, hay también 58 unidades “en construcción” en 15 países como China, India, Rusia, Corea del Sur, Finlandia, Francia, Emiratos Árabes, Estados Unidos, entre otros.
Al mismo tiempo, 19 países están “planeando” la construcción de 141 reactores nuevos, entre los que se encuentran los 2 proyectados para Argentina (Atucha 3 y el planificado para Río Negro), además de 30 reactores nuevos en China, 17 en India, 13 en Inglaterra, 8 en Turquía, 8 en Estados Unidos y 4 en Egipto, según la International Atomic Energy Agency (IAEA), que es el Organismo Internacional de Energía Atómica.
Todos estos países, conscientes de los problemas energéticos y medioambientales, construyen nuevas plantas nucleares porque consideran que la energía nuclear es una fuente esencial para el presente y futuro de sus países, y por lo tanto han decidido dar luz verde a estos proyectos con dos objetivos básicos: frenar las emisiones contaminantes y reducir la dependencia exterior (en el caso de Argentina la generación de energía nuclear apunta entre sus objetivos a disminuir los más de 10.000 millones de dólares de gas que se deben importar cada año).
Solo el reactor Atucha II, puesto en marcha en 2014, permite sustituir la importación de 1.200 millones de metros cúbicos anuales de gas natural, y a la vez evita la emisión a la atmósfera de 3,5 millones de toneladas anuales de dióxido de carbono, según el libro Argentina País Nuclear – Logros y avances del Plan Nuclear Argentino (CNEA – 05/2015), editado durante la anterior gestión del gobierno nacional.
Es determinante la existencia de controles y los programas nucleares de los diferentes países, así como todas las instalaciones nucleares, se encuentran bajo la supervisión y control total del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) con sede en Viena (www.iaea.org).
Y también la tecnología que se va a emplear. Lo informado es que el reactor proyectado para su construcción en la costa atlántica rionegrina es del tipo APWR (Advanced Pressurized-Water Reactor), que posee la más avanzada generación en tecnología para reactores nucleares. Opera con uranio enriquecido y agua “común”.
Esta Quinta Central Nuclear argentina será de origen chino, del tipo Hualong Uno, con una vida útil de 60 años. Los diseños de centrales nucleares chinas son los más modernos de la actualidad. Es una central de nueva generación, con sistemas de seguridad que combinan los diseños clásicos con sistemas del tipo pasivo. Frente a accidentes, pueden mantenerse en forma indefinida en estado seguro sin la necesidad de energía eléctrica, lo que representa una evolución -por ejemplo-, frente a Fukuyima, donde el fallo de los generadores auxiliares por inundación de la sala de máquinas impidió continuar con la refrigeración del núcleo.
Hoy, China es el líder en tecnología nuclear: es el país que más centrales ha construido en la última década y el que mayor número de centrales tiene planeadas. China también ha demostrado su capacidad de construir centrales nucleares de última generación, terminando los proyectos dentro de los plazos y los costos previstos.
Para tomar referencia de lo avanzado y moderno de la tecnología, y tipo de reactor que se planea construir, hay que destacar que de los 447 reactores en operación (algunos operativos desde la década del ’70), 7 son del tipo APWR (los últimos y los más modernos, construidos entre 2006 y 2016), similares al proyectado para Río Negro. Y de los 58 que actualmente están en construcción en el mundo, 49 son del tipo de Agua Presurizada (es decir, el 83%); todos estos con fechas de inicio de construcción entre 2012 y 2017.
Por otra parte, de los 141 reactores proyectados, o sea que aún están en papel, 107 serán del tipo que se construirá en Río Negro (o sea, el 76% de los planeados). En este sentido hay que destacar que además de Argentina, países como Estados Unidos (4 reactores), Rusia (14), Inglaterra (9), Turquía (8), Egipto (4), entre otros están planeando construir reactores con esta misma tecnología.
Esto muestra a las claras que la tecnología y tipo de reactor a construir en nuestra provincia es de lo más avanzado y seguro del momento, y de hecho es la seleccionada por la gran mayoría de países para sus próximas centrales nucleares.
Respecto a la localización de las centrales nucleares en el mundo es importante “desmitificar” su peligrosidad y cercanía con las ciudades. Por una cuestión de operatividad, la mayoría de las centrales están cerca de centros urbanos, pero hay algunos casos interesantes para mencionar y tomar en cuenta:
– En nuestro propio país existen hoy 3 reactores en actividad: Embalse Río Tercero (Córdoba), operando desde 1983, que se encuentra a 90 kms de Córdoba Capital (1.400.000 habitantes), y a 20 o 30 kilómetros de lugares netamente turísticos como Santa Rosa de Calamuchita o Villa General Belgrano.
– La central de Atucha (con 2 reactores en operación y un tercero planeado) está en la localidad bonaerense de Lima, a 20 kilómetros de Zárate, a 90 de la Capital Federal y a 75 kilómetros del Gran Buenos Aires (donde viven más de 13 millones de personas).
– En Brasil su Central Nuclear (con 2 reactores de gran potencia y un tercero en construcción desde 2010) está ubicada en Angra Dos Reis, una zona internacionalmente conocida por su belleza natural, sus más de 2000 playas, 365 islas, y aguas cristalinas. Se construyó próxima a una ciudad de 170.000 habitantes. Esta central nuclear se halla además a 98 kilómetros de Río de Janeiro (12 millones de habitantes), a 38 kilómetros de la playa Lopes Mendes (catalogada por sitios turísticos como una de las 10 playas más lindas del mundo), y a 20 kilómetros de “Ilha Grande” (Isla Grande: donde pasan y paran casi todos los cruceros de lujo que recorren las costas Sudamericanas).
En otras partes del mundo hay también sobrados ejemplos de relación y cercanía entre las centrales nucleares y algunas de las ciudades más pobladas o visitadas del mundo:
– Suiza es un país 5 veces más chico en superficie que Río Negro y tiene 8,1 millones de habitantes (11 veces más que nuestra provincia), y existen 5 reactores nucleares operando. De ese total, hay 2 de ellos (en actividad desde 1969 y 1971, respectivamente) que están ubicados a 42 kilómetros de su capital, la ciudad de Zúrich, reconocida como una de las más lindas y limpias de Europa, con sus 400.000 habitantes.
– En Estados Unidos casi todas las centrales nucleares se encuentran muy cercanas a las grandes ciudades. Por ejemplo, la “Central Turkey Point” (con 2 reactores de agua presurizada –como la proyectada para nuestra provincia) está en operación desde 1973 y hay otras 2 del mismo tipo en construcción. Está a 36 kilómetros de Miami (conglomerado urbano de más de 5 millones de habitantes, y centro turístico mundialmente conocido). Seguramente, éste ha sido un destino visitado por algún rionegrino (mezclado entre los 12 millones de turistas anuales que recibe la ciudad) que sin duda nunca supo o notó que a pocos kilómetros de su lugar de vacaciones había 2 reactores nucleares de gran potencia. Además, a poco más de 30 kilómetros de ahí esta uno de los Parques Nacionales más grandes de Estados Unidos (Everglades).
– Otros 2 reactores de agua presurizada operan desde 1976 en la “Central Indian Point”, a 40 kms de la ciudad de New York (de 8,5 millones de habitantes), conocida mundialmente y visitada por más de 50 millones de turistas cada año.
– En Inglaterra, por su parte, una de las muchas centrales nucleares (“Dungeness”) tiene 2 reactores operativos desde 1985 y está a menos de 90 kilómetros de Londres (donde viven 9 millones de habitantes).
Hay muchísimos ejemplos de la proximidad de grandes centrales nucleares a sitios sumamente poblados, a algunas de las ciudades más importantes del planeta, y otras están a distancias ínfimas de los destinos turísticos naturales más reconocidos internacionalmente. Y esa convivencia tiene un paralelismo en nuestro país, porque no hay registros públicos de vecinos de Córdoba capital o de la ciudad de Buenos Aires “aterrorizados” por vivir a 90 kilómetros de reactores nucleares. No hemos leído a los ciudadanos de Miami (ni a sus millones de visitantes turísticos) preocupados por tener 2 reactores (y muy pronto 4) a casi 30 kilómetros de sus casas u hoteles.
La ciudad de Zúrich -por ejemplo-, es desde hace muchos años reconocida como una de las ciudades más lindas y limpias de Europa, a pesar de tener 2 reactores nucleares, hace casi 50 años a 40 kilómetros de distancia. Las playas e islas de Angra Dos Reis siguen siendo conocidas como algunas de las más lindas del mundo, aún con 2 (y pronto 3) reactores de gran potencia a poco más de 15 kilómetros.
Sin duda es necesario que la población cuente con información sobre la significancia y el modo en que opera una planta nuclear, sobre todo en sus aspectos técnicos, ambientales y de seguridad. Para eso existen numerosos expertos (y nuestra provincia tiene sobrados profesionales que pueden hablar del tema). Lo que sí es claro, que algunos actores sociales, religiosos, y sobre todo políticos, están actuando de manera sumamente oportunista e irresponsable, sembrando un temor (y terror) sin mayor fundamento y sin analizar la realidad de cientos de millones de personas en el mundo, que cada día (desde hace casi 50 años) viven su vida con normalidad, conviviendo con casi 450 plantas nucleares. Lo preocupante entonces es cierta opinión basada más en el preconcepto, o en el fervor político, que en la realidad, el estudio y el conocimiento.
(*) Legislador, Presidente del Bloque de Juntos Somos Río Negro (JSRN)
Fuente:
Área de Comunicación y Prensa
Bloque de Legisladores
Juntos Somos Río Negro