Chubut.-Se trata del Pu Lof en Resistencia, que ocupa terrenos en la estancia que Benetton adquirió en Chubut, en 1991, a capitales ingleses; aseguran que ese territorio pertenece a sus antepasados

LA NACION
LELEQUE, Chubut.- «Nosotros no queremos integrarnos, queremos liberarnos; terminar con la opresión, la humillación, el hostigamiento y la explotación que padecemos desde hace más de 130 años. Crecimos escuchando de nuestros abuelos esas historias de marginación, despojo y discriminación, que también sufrieron sus padres y nuestros ancestros».
Cona -así propone ser llamado, ya que tiene el rostro cubierto para no ser identificado-, recorre con paso ágil una parte del «territorio ancestral recuperado» en la estancia que Benetton adquirió en 1991 y que antes perteneció a capitales ingleses. Ahora fue rebautizada como Pu Lof en Resistencia, ya que todo ese territorio, asegura, pertenece al pueblo mapuche .

Allí vivían sus ancestros, dice, y afirma que esas tierras fueron entregadas a consorcios ingleses como parte de pago del Estado argentino por haber financiado la Campaña del Desierto.
«A diferencia de nuestros padres, que agotaron todo camino de diálogo sin ningún resultado, nosotros decidimos liberarnos. Pasar a la acción. No sabemos si llegaremos a ver una nación mapuche, pero le debemos esa lucha a nuestros hijos y a las futuras generaciones», explica ahora Nahuel, apodo ficticio para otro de los jóvenes mapuches que aceptó dialogar con LA NACION.

Dispuestos a dar la vida
Aseguran que por ese combate de largo aliento están dispuestos a dar la vida y que no es cierto que han recibido entrenamiento de las FARC o ayuda logística de los kurdos. «Si así fuera, tendríamos aquí un arsenal y no piedras para defendernos de las balas de 9 mm con las que nos ataca la gendarmería «, dice Cona.

En el grupo de encapuchados, que ahora suman cinco, hay también cuatro mujeres, una rosarina con un bebe de dos meses en brazos, bien abrigado, y un ex fotógrafo porteño que apoya la causa de recuperación de tierras. Los hombres con el rostro cubierto hablan mapudungún, «el habla de la tierra», la lengua mapuche, y niegan su pertenencia a las huestes del grupo Resistencia Ancestral Mapuche (RAM). Aunque dejan claro que apoyan su existencia. Y la justifican «porque nuestros reclamos jamás han sido escuchados».

«Que quede claro. No recibimos financiación de ningún grupo extranjero. La ONG inglesa, Mapuche Internartional Link, sólo nos ha asesorado en algunas cuestiones legales, como nos asesoran o apoyan la causa muchísimas otras organizaciones. Que se entienda bien: este es un movimiento mapuche, integrado por mapuches y nadie más», concluye Cona.

Fuente: La Nación