La iniciativa había generado el absoluto rechazo de parte de organizaciones ambientalistas, como así también objeciones técnicas por parte de la Universidad de Tierra del Fuego y de profesionales del CADIC.
A fines del mes pasado se organizó en Río Grande una mesa técnica para analizar la propuesta, de la que participaron la secretaria de Producción y Ambiente del municipio riograndense, Sonia Castiglione; la presidenta de la Comisión de Turismo, Ecología y Medioambiente del Concejo Deliberante de aquella ciudad; concejal Laura Colazo; autoridades del Gobierno provincial y representantes de distintas asociaciones vinculadas a la Reserva Costa Atlántica y a la conservación ambiental.
Durante el encuentro, en el que se repasaron los distintos informes técnicos realizados por profesionales desde la década del ‘80 hasta la fecha y en los cuales se advierte el acelerado proceso de erosión de la costa producido por la extracción de áridos de la playa, la concejal Colazo “se comprometió a interceder ante la gobernadora, desde el punto de vista político, mientras que desde la mesa trabajamos sobre las mejoras alternativas del punto de vista técnico”, precisó Mauro Pérez Toscani, y que a partir de ese compromiso “el poder Ejecutivo decidió solicitar el retiro del proyecto de la Legislatura, para llegar a un consenso y generar una alternativa superadora”, ya que dijo que “somos conscientes de que debemos preservar nuestras reservas naturales dentro de un esquema de desarrollo sostenible”.
El funcionario señaló que ante la necesidad de contar con áridos para poder afrontar el plan de obras públicas se está analizando la posibilidad de extraer áridos en la zona de paleo-playa y paleo-acantilado. Señaló que como como esos depósitos se encuentran en “predios privados, se invitará a los dueños de la tierra y se van a generar herramientas legislativas y técnicas para trabajar con ellos”.