PUERTO MADRYN.- El Centro de Estudios Históricos y Sociales de Puerto Madryn (CEHYS), presidido por Sandra Regues y que busca preservar el patrimonio histórico de la ciudad, cuestionó días atrás la “desmedida privatización del espacio público y la afectación al medio ambiente”, a raíz de las distintas obras que se llevan a cabo en algunos puntos del ejido urbano.
En este sentido, afirmaron que “deben preservarse los médanos costeros” y advirtieron “con preocupación, el notable incremento de construcciones en el espacio público de la playa de Puerto Madryn para ser utilizados con fines comerciales privados; este tipo de construcciones resulta ilegal, carecen impúdicamente de los debidos carteles de obra, y afectan notablemente a nuestro medio ambiente costero”, manifestaron.
Por otro lado, alertaron que “nuestra playa está siendo sometida a un crecimiento indiscriminado de construcciones que no guarda relación entre la demanda turística y la capacidad de carga del sistema natural costero”.
Contaminación visual
Sobre esto último, agregaron desde el CEHYS que “tampoco se compadece con nuestra historia que, con el Balneario Argentino de Tomás Curti, inaugurado en el año 1915, fue ejemplo de una construcción con materiales amigables con el ambiente que permitía el flujo natural de la arena y a la vez brindaba servicios con calidad y distinción que nos colocó, hace más de 100 años, a la vanguardia entre las playas patagónicas”.
Las actuales construcciones, “con alguna excepción, carecen de controles y de estética afectando también el derecho de todos los vecinos a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado, afectado además con una grave contaminación visual y el derecho de circular libremente por los espacios públicos pues también se han colocado cercos alambrados en la playa de nuestra ciudad”, mencionaron; esto último ha sido, a su vez, un cuestionamiento frecuente por parte de vecinos, que resaltaron la cantidad no menor de excepciones otorgadas a distintas empresas desarrolladoras para la construcción de imponentes edificios, sin que, en muchos casos, exista la factibilidad de servicios para abastecer el constante crecimiento urbanístico de este tipo de construcciones.
“Avance” sobre el espacio público
Además, desde el Centro plantearon que “creemos que nuestra ciudad debe brindar servicios al turista y a los vecinos con calidad y eficiencia y para ello es necesario que los paradores costeros tengan la infraestructura de servicios adecuada, sin embargo con esa excusa no se puede justificar el constante avance sobre un espacio público sin respetar los pliegos de bases y condiciones con los cuales se hicieron las licitaciones de los paradores costeros, las ordenanzas vigentes y en particular la Carta Orgánica que ordena una planificación urbana con acciones tendientes a preservar el Golfo Nuevo, sus ecosistemas costeros, playas y cadenas medanosas”.
En este contexto, recordaron “la obra de Tomás Curti, visionario vecino de nuestra ciudad, la cual nos debe servir de ejemplo de lo que se debe hacer y lo que no en nuestras playas”.
Finalmente, indicaron que “en su oportunidad, la Organización Mundial del Turismo realizó una investigación sobre dos playas de Argentina sometidas a un crecimiento indiscriminado: Villa Gesell y Puerto Madryn; una logró revertir a tiempo el daño causado demoliendo todas las concesiones de cemento en la playa para reemplazarlas por otras que sean compatibles con el medioambiente costero, mientras que acá, en Puerto Madryn, por el contrario, se sigue permitiendo cementar la costa arenosa con construcciones, afectando aspectos naturales de la franja costera y poniendo en riesgo el patrimonio natural, principal atractivo de nuestra zona”.