Santa Cruz.-La problemática de los perros cimarrones o asilvestrados y sus efectos en las zonas rurales sigue en debate.
La concientización y la responsabilidad son las bases para abordar un flagelo que afecta tanto a los animales comerciales como a la fauna silvestre de la Patagonia austral.
Las jaurías de perros dañinos, consecuencia de la irresponsabilidad de sus dueños que los abandonaron a su suerte, causan serias pérdidas a los productores agropecuarios. En muchas poblaciones grandes y chicas, la proliferación de perros callejeros, deriva en grupos de animales de toda raza y condición que simplemente luego migran y recorren los campos ocupando su tiempo en depredar. Cazadores por naturaleza, aprovechan la oportunidad con animales solitarios, chicos o disminuidos que son presa fácil del acoso hasta el agotamiento y posterior muerte.
Esta realidad que se sufre a diario los productores, que cuando recorren sus campos, hallan matanza de ovejas, y en algunos casos de novillos. Pero en otros casos logran sobrevivir, pero debido a las heridas, los animales deben ser sacrificados.
Sin duda este flagelo sólo se controla con una acción conjunta de todos los actores. Como es el caso de dueños responsables, tener un cachorrito es muy lindo, pero cuando crecen deben cuidarse y no abandonarlos.
También hay que retornar a la efectiva razón de ser de las perreras municipales, con el apoyo de las entidades proteccionistas, recordando que el bienestar animal debe ser efectivo tanto para los perros como para los animales de producción, con una enérgica acción en los pueblos y suburbios.
Otro de los puntos que se remarca, es la de tener en cuenta lo que ocurre con el crecimiento de las poblaciones de pumas y zorros, en desmedro de otras especies de fauna silvestre, además del daño en especies comerciales.
Conciencia y responsabilidad
El presidente de la Federación de Instituciones Agropecuarias de Santa Cruz (FIAS), Miguel O’ Byrne, consideró que esta situación “refleja una realidad por todos conocida, que es la existencia de perros asilvestrados o cimarrones que por su estado, no pueden ser incorporados y deben ser tratados como predadores. Estos perros son los que matan otros animales (ovinos o vacunos pequeños, aves, liebres, guanacos) que debieran tener igual guarda por parte de las organizaciones de protección de animales”.
Por otro lado, precisó que “desde lo productivo, por ejemplo en tierra del fuego, hoy quedan 270.000 lanares cuando en las décadas del 70-80 había 600.000 al menos. Al irse los ovinos de la zona de bosques, ahora hay vacunos, pero muchos menos en proporción debido a los ataques de los perros cimarrones y por consiguiente se han perdido decenas de puestos de trabajo. Pero también estos depredadores, también atacan a los guanacos en los bosques, especialmente chulengos, juveniles y viejos. Además hay que remarcar que en Santa Cruz los perros asilvestrados sobresalen por su agresividad y ferocidad en las zonas de Turbio-Natales, Caleta- Fitz Roy, Truncado, Las Heras, Deseado, y Gregores, y a las demás localidades en diferente proporción”.
Asimismo, remarcó que la Policía provincial, en particular las patrullas rurales, que realmente están apoyando a los propietarios y pobladores de campo, pero que “casi siempre deben concurrir ante el hecho consumado y que en muchos casos están limitados en medios para hacer la prevención, móviles, efectivos, etc. Son piezas fundamentales tanto en este aspecto productivo como en la seguridad de los establecimientos, por ello debemos aprender a trabajar juntos, confiar y así alcanzar los resultados esperados para el bien común”.
“Llevamos años de concientización y el problema se agrava, sigamos creando conciencia, pero también asumamos responsabilidades como sociedad. Nos debemos ocupar del problema, y no eludirlo. Hay que buscar herramientas por el bien de los animales, tanto comerciales como los de nuestra fauna autóctona, como fue el caso de la masacre de casi 400 pingüinos en una reserva ecológica cercana a Puerto Deseado en noviembre de 2016”, opinó O’ Byrne.
Por último, el titular de la FIAS destacó que “de los riesgos a la salud humana no se habla lo suficiente y en la medida en que no se tomen medidas concretas y eficaces, la generación venidera de la sociedad toda no sabrá cómo solucionar este flagelo que ha sido creado por la exclusiva irresponsabilidad ciudadana”.
Perros sin control
El Centro Austral de Investigaciones Científicas y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego se comprometieron en el marco del Comité de Emergencia Agroganadero y de Alerta Sanitaria de Tierra del Fuego, a compilar un documento cuyo objetivo es difundir el estado de situación acerca de los perros sin control, así como sustentar y justificar las decisiones políticas necesarias para atacar la emergencia socio-ambiental, sanitaria y agroganadera derivada del impacto de los perros sin control presentes en los ámbitos urbanos y rurales de la Tierra del Fuego.
El documento en cuestión reúne la visión que sobre este problema tienen actores sociales relevantes. Revisa aquello que acerca de los impactos de los perros sin control en la salud humana, la biodiversidad y la producción animal, identifica interrogantes cuya resolución nos ayudaría a atacar el problema, analiza las acciones en marcha por parte de diversos actores y propone algunos cambios en el modo de llevar adelante esas acciones.
El Consejo Provincial de Medio Ambiente emitió en octubre de 2014 un dictamen mediante el cual se declara la emergencia socio-ambiental en Tierra del Fuego debido a la problemática generada por los perros sueltos y asilvestrados, dándoles además el carácter de “especie exótica invasora”.
En el extenso documento con participación de doce instituciones fue co-editado por el Dr. Adrián Schiavini, investigador CADIC-CONICET, se señala que el perro doméstico es parte de las comunidades urbanas y rurales. Sin embargo, en cualquier lugar del mundo los perros sueltos y abandonados que no cuentan con la alimentación, refugio y cuidados de salud necesarios generan impactos en la sociedad afectando la salud pública, al medio ambiente y a las actividades productivas. En las áreas rurales el problema se agrava con la conversión de los perros sueltos en perros asilvestrados, perros que no dependen del hombre para su sustento, refugio y reproducción.
La sociedad es responsable de las condiciones de bienestar animal en la que viven tanto los perros callejeros o asilvestrados como la fauna nativa y el ganado afectado por ellos. Hasta ahora el problema no se ha abordado desde una perspectiva integral, y en un escenario de expansión y agravamiento, en la actualidad existe una sensación de aparente resignación a convivir con el problema. La experiencia internacional indica que se requiere un enfoque integral de parte de todos los actores de la sociedad para lograr los necesarios cambios de comportamiento que tiendan hacia la tenencia responsable.
La fuente principal de reclutamiento de los perros sueltos en las calles de las ciudades proviene de los hogares mismos, debido a la tenencia irresponsable por parte del hombre. Además, esos perros constituyen una fuente de reclutamiento de individuos para los perros asilvestrados. Por ello, la estrategia a largo plazo para reducir el problema consiste en fomentar la tenencia responsable. Sin embargo, en el ámbito rural se requieren otras acciones específicas a fin de reducir inmediatamente la presión del perro asilvestrado sobre el ambiente y la producción.
Debate en Chile
El jefe del departamento de Vida Silvestre del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile, Rafael Asenjo, manifestó que “según las estimaciones, por lejos, el perro representa una mayor amenaza por sobre los carnívoros silvestres. La línea del gobierno ha ido por la tenencia responsable de animales, su marcado, esterilización y respecto a las jaurías no se ha tenido un buen abordaje, hay que entender que el conflicto no se va a acabar nunca, por lo tanto la línea respecto a esto va por el tema de la mitigación”.
Por parte, la presidenta de la Asociación de Ganaderos de Magallanes, Grani Martic, expresó que “el mundo ganadero está enfrentando a lo que es el mundo de la fauna silvestre y la no silvestre como es el caso de los perros asilvestrados. Estos temas políticamente no son agradables, es muy sensible tomarlos porque espantan votos, tomando en cuenta lo que pasó hace dos años con el reglamento de caza de perros salvajes. Esperamos que el Estado se preocupe del tema y no pase lo de Argentina, que nos cuentan sobre ataques a personas, incluso en Porvenir, ¿Por qué tenemos que esperar a que pase algo así para que el Estado mire el tema con otros ojos?”.
Desde Argentina, Martín Funes, integrante de la Wildlife Conservation Society (WCS) y encargado de proyectos binacionales relaciones con la coexistencia de la fauna silvestre y la ganadería, comentó que “el perro es un tema creciente en la Patagonia chileno-argentina, a diferencia de otros carnívoros nativos. El perro tiene un vínculo con el ser humano, un animal doméstico y de compañía, que hace que cuando se quieren tomar medidas de manejo para mitigar el conflicto, muchos sectores de la sociedad saltan y el poder político muchas veces se ve condicionado por estas voces”.
Sobre soluciones, el funcionario manifestó que “hay que brindar herramientas, porque muchas veces el control letal de estos animales es la única solución que existe, estos animales son nativos, no son un elemento de la biodiversidad, a diferencia de las poblaciones de pumas o zorros. Es un problema que genera al ecosistema, a la ganadería y también a la salud humana por el contagio de hidatidosis que ha aumentado en los últimos años”.
Fuente: https://www.tiemposur.com.ar/nota/144504-los-perros-asilvestrados-siguen-depredando-los-campos-de-la-region