Un documental con imágenes que recogen la vulnerabilidad del ecosistema del océano Antártico son la base para pedir la declaración de un santuario en esta zona del planeta, acción que ha sido presentada hoy en Berlín por la organización ecologista Greenpeace y el actor español Javier Bardem.
La organización ecologista junto a Bardem han presentado los primeros resultados de las expediciones submarinas realizadas durante siete días a la zona.
Documental para pedir la creación de un santuario en el Mar de Weddell
“En tres semanas cumplo 49, tengo dos hijos, no podemos dejar que muera este maravilloso mundo que tenemos, el único que tenemos”, manifestó en una rueda de prensa el oscarizado Bardem, quien viajó en el legendario buque Arctic Sunrise deGreenpece a la Antártida y se sumergió en las aguas del océano en un submarino.
Un documental con las imágenes grabadas durante ese viaje de siete días y las inmersiones realizadas forma parte de la campaña internacional de Greenpeace, que aportará todos los datos recogidos a la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, en inglés).
Este organismo, en el que participan 24 países y la UE, debe decidir en octubre sobre la creación de un santuario en el Mar de Weddell, iniciativa europea impulsada por Alemania que supondría la preservación de 1,8 millones de kilómetros cuadrados, la mayor área protegida del mundo.
Campaña de alerta del cambio climático, polución y sobrepesca
“Si no empezamos a proteger ahora los océanos, comenzando por el Antártico, en un futuro próximo el planeta sufrirá de forma tremenda”, destacó Bardem, que pone rostro y voz a una campaña que alerta del impacto del cambio climático, la polución y la sobrepesca y, en el caso del Antártico, de amenazas concretas como la extracción de kril, un crustáceo clave en la cadena alimenticia de los ecosistemas locales.
En esta causa global, el actor reconoció que “no ayuda” el rechazo del presidente estadounidense, Donald Trump, al Acuerdo de París y el “reality show” que protagoniza en la Casa Blanca, pero quiso ver el lado positivo.
Como alguien “sabiamente” le dijo hace poco, apuntó, “el hecho de que esté en contra suma a más gente a la causa. Si ves que hace algo, haz lo contrario y estarás haciendo lo correcto”.
Responsabilidad colectiva
La microbióloga marina y activista de Greenpeace Sandra Schöttner recordó que casi la mitad del planeta está cubierto por océanos de jurisdicción internacional, por lo que la responsabilidad de protegerlos es colectiva.
Al frente de la campaña científica en el Antártico se encuentra Susanne Lockhardt, miembro de la Academia de las Ciencias de California, quien resumió el trabajo realizado con el submarino para grabar imágenes de vídeo de alta resolución inéditas de los fondos marinos y tomar muestras gracias a un brazo robótico que serán analizadas en los próximos meses.
Bardem no olvida todo lo que vomitó en el viaje, pero no se arrepiente ni un momento de la “increíble” experiencia en la que vio de cerca los inmensos “palacios de hielo” que forman los icebergs en el Antártico, focas, pingüinos, ballenas y una naturaleza “salvaje” e “intocable”.
Él estaba allí, rodeado de científicos, para “ver con los ojos de un ciudadano normal” esa realidad que se quiere proteger y contribuir a crear una conciencia internacional, explicó el actor, quien elogió el trabajo “heroico” de los miembros de Greenpeace.
Declaración de un santuario en el océano Antártico
La ONG ha recogido más de un millón de firmas en un mes para presionar a los gobiernos, en cuyas manos está la declaración del santuario antártico.
“Esas firmas estarán sobre los hombros de los políticos cuando tomen una decisión”, aseguró Bardem, consciente, como Greenpeace, de la necesidad de hacer frente a intereses económicos, sobre todo de la industria pesquera.
Junto a la propuesta para crear el santuario en el mar de Weddell, sobre la mesa hay una iniciativa de Argentina y Chile, miembros de la CCAMLR, para establecer un área marina protegida en la península antártica
Greenpeace elogió la colaboración de ambos países, un ejemplo, en opinión de la ONG, de que los intereses comerciales no implican bloquear las iniciativas de protección medioambiental del planeta.
Fuente: EFEverde