El financiamiento fue aprobado durante la reunión del directorio del FVC realizada en su sede en Songdo, Corea, y será canalizado a través del BID -entidad acreditada ante el Fondo para actuar como intermediaria-, informó el Ministerio de Producción de la Nación en un comunicado.
La línea será fortalecida con un aporte realizado por el BICE de u$s 60 millones y se espera que adicionalmente las PyMEs y los inversores privados movilicen recursos por aproximadamente u$s 70 millones.
Además, el préstamo contempla u$s 3 millones más para cooperación técnica no reembolsable que serán destinados a investigación y formación técnica.
El objetivo del proyecto es promover la eficiencia en la producción y el uso de energía renovable en la Argentina, con miras a contribuir a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y al desarrollo de un entorno financiero más propicio a la inversión en energía sostenible en el largo plazo.
“Estos fondos nos permiten impulsar un área estratégica para el desarrollo económico del país fomentando la inversión privada en proyectos verdes”, señaló Pablo Garcia, presidente del BICE.
La iniciativa coincide con el objetivo del Gobierno argentino de aumentar la participación de energías renovables en el consumo de energía eléctrica a un 20% en 2025 y reducir 10,2% el consumo total final energético total para 2030.
También, está alineado con la meta de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero 18% para 2030.
El préstamo se gestionará a través del BICE en forma directa a las empresas o mediante su canal de segundo piso.
Los beneficiarios serán pequeñas y medianas empresas; consumidores energéticos que invierten en tecnologías elegibles (como biomasa, biogás y eficiencia energética); agentes del mercado del sector; e instituciones financieras locales.
El Fondo Verde para el Clima fue adoptado como mecanismo financiero de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Unfccc, por sus siglas en inglés) a fines de 2011.
Su objetivo es contribuir de manera ambiciosa a la consecución de los objetivos de mitigación y adaptación al cambio climático de la comunidad internacional y ser el principal mecanismo de financiamiento multilateral para apoyar las acciones climáticas en los países en desarrollo.