“Por año, ingresan en Argentina unos 30.000 turistas cuyo único interés es la observación de aves. Nuestro país cuenta con 16 especies endémicas, es decir, variedades que sólo habitan en el territorio, que son un llamado para los aficionados extranjeros. Los clásicos destinos son las Cataratas del Iguazú, la región del NOA y la Patagonia -comentó Juan María Raggio, presidente de la ONG Aves Argentinas-. Por esta razón, la meta es generar circuitos específicos que permitan expandir las propuestas, conectar los recorridos y aumentar las cifras del turismo naturista”.
La voz oficial
Si de diversidad se trata, Tucumán resulta una propuesta atractiva: en el territorio conviven un 60% de las 1.000 especies autóctonas del país. “Estamos comenzando a incursionar en el avistaje debido al potencial de la zona. Nuestros recursos naturales son un gran aliado; dependiendo de la región hay alrededor de 140 especies distintas”, explicó Mariano Hevia, director de desarrollo del Ente Tucumán Turismo.
Entre las aves más buscadas figuran el águila poma, el pato de torrente, el mirlo acuático, la ratona ceja blanca, el celestino, el zorzal y el espinero andino.
Según Raggio, el avistaje de aves tiene la ventaja de poder ser promocionado desde varias aristas y apuntar a diversos grupos que son seducidos por los coloridos plumajes y por el canto de las aves. “Hay personas que ingresan al avistaje con el mero objetivo de sacar fotografías, y otras que buscan un espacio de recreación familiar o individual al aire libre”, resaltó.
“Los recorridos varían según las necesidades de los turistas. Hay lugares donde pueden apreciarse diferentes especies en una sola excursión; otras caminatas que son exclusivas para observar la fauna endémica”, agregó Marcos Valdez, jefe de planificación turística.
No obstante, para convertir el avistaje en una atracción turística con todas las letras, todavía queda un largo camino. “El orniturismo es una opción interesante para Tucumán, pero se necesita crear circuitos específicos y, en algunos casos, invertir en infraestructuras como pequeños refugios, miradores y senderos”, apuntó Hevia.
Por ahora, el Ente trabaja a futuro para fortalecer el turismo de avistaje. “Aún no hay guías específicos, pero la actividad supone una gran oportunidad comercial y laboral para las agencias de viajes y para ornitólogos locales. Las agencias se inscriben como prestadoras del servicio y contratan a los técnicos para que den las explicaciones en los recorridos”, indicó Valdez.
Puntos de avistaje
Una de las ventajas del aviturismo es que puede realizarse todo el año. “Hay guías específicas sobre los ejemplares y la temporada en que pueden ser vistos. Hay aves que migran, pero pueden apreciarse diferentes especies tanto en verano como en invierno”, destacó Hevia.
Algunos de los parajes sugeridos son la quebrada de Los Sosa, Abra del Infiernillo (Tafí del Valle), el circuito de Las Yungas, el cerro San Javier y las zonas con humedales, como el dique Escaba, espacio que dispone de un centro de interpretación. El dique La Angostura (El Mollar) y la reserva natural Parque Sierra de San Javier cuentan con plataformas en las que se especifica qué especies habitan esos espejos de agua.
Fuente: https://www.lagaceta.com.ar/nota/765623/me-gusta/disfrutar-belleza-nuestras-aves-puede-ser-gran-negocio-turistico.html