“Venimos con demora… es que la gestión anterior le temió al cambio climático”, comentó a Clarín Carlos Gentile, secretario de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.
El miedo fue a las implicancias comerciales: “Demos un ejemplo: negociar las emisiones del sector agropecuario redunda en que si exportás un grano de arroz, tenés que pagar impuesto al carbono. Entonces tus productos pasan a tener un castigo comercial. Es lógico que se haya tenido cuidado en este tema. Pero se pasaban de cuidadosos, creo. Me parece bien poner el foco en los intereses nacionales, pero este es un problema mundial y no hay tener una posición reactiva”.
Argentina emite el 0,88% de los gases de efecto invernadero(GEI) globales. El 43% de esos gases viene de la actividad energética; el 28%, de la agricultura y la ganadería; y el 21%, de los cambios en el uso del suelo.
Una iniciativa interesante de esta gestión fue transversalizar el tema gestando un Gabinete Nacional de Cambio Climático, con representación de 17 de los 21 ministerios. En el Acuerdo de París de 2016, Argentina presentó su intención de bajar las emisiones de GEI un 18% para 2030, algo que comentó Gentile: “Va a suceder… bueno, es mi opinión subjetiva”.
En Marrakech, Marruecos, agentes de seguridad custodiaban el salón de la COP 22, la cumbre del cambio climático que organizó la ONU en 2016 (Reuters/Youssef Boudlal)
Si bien muchos cuestionan que haya una agenda de acciones de mitigación (para bajar las emisiones) y de adaptación (a los cambios ya consumados), Argentina, en esa misma reunión, redobló la apuesta y anunció que si recibiera suficiente financiamiento externo podría bajar sus emisiones un 19% extra: o sea, un 37% en total.
“El Fondo Verde para el Clima ya aprobó proyectos para Argentina por US$ 298 millones. Más que nada para energías renovables”, dijeron en el Ministerio de Ambiente.
Por ahora, la fase es inicial. Gentile pronosticó que “a fines de 2019 estarían definidas todas las estrategias a seguir, incluso las de adaptación al cambio climático”.