Caminar hoy por los senderos del ex Zoo porteño es como pasear por un remanso: tranquilidad, silencio, quietud. Aún pese a algunos bocinazos que se cuelan entre los árboles. Ya no hay puestos de bebidas y comidas, ni stands de venta de nada. Sólo se ve a un puñado de personas, entre técnicos y personal de mantenimiento. Hay también un grupo de chicos de escuelas especiales haciendo tareas en la huerta. Por estos días, el foco de atención está puesto en el entrenamiento y el traslado de animales: todavía quedan 865, y la mayoría serán trasladados a santuarios. Mientras tanto continúa la obra en el ingreso principal de lo que será el futuro Ecoparque, en donde se lleva a cabo una de las etapas de renovación que debería estar concluida para mediados de 2019.
Uno de los osos que será trasladado a un santuario en Colorado, EE.UU. Foto: Alfredo Martinez
Los más atareados son Atze y Barolina, dos osos pardos de 24 años que fueron donados por la alcaldía de Berlín, Alemania. Los entrenan casi todos los días, ingresando y saliendo de las cajas de transporte, porque en cuanto las condiciones lo indiquen serán derivados a The Wild Animal Sanctuary, en Keenesburg, EE.UU., un sitio que cuenta con 720 hectáreas de praderas.
“Puede haber días en que no quieren participar del entrenamiento, pero lo mas común es que lo hagan porque es un desafío cognitivo. Necesitamos que tomen confianza y que entren a las cajas por sus propios medios. Que sepan que van a poder salir de ellas”, explica Florencia Presa, encargada de comportamiento animal del Ecoparque. A Barolina le dan pedacitos de manzana como premio; y a veces miel, que, por supuesto, es su alimento preferido.
Como pasaron toda su vida en cautiverio, los entrenadores les organizan desafíos, como esconder carne, pescado, huevo duro, pasas de uva o verduras en cajas para estimular que las busquen. “Pinchamos las frutas en ramas o las colocamos en tubos de cartón. También los estimulamos a través de los sentidos, colocamos esencias aromáticas y miel en los troncos”, explican los entrenadores.
Chipy, el ocelote que fue rescatado de una familia que lo tenía de mascota, seguirá en el Ecoparque pero en un recinto mucho más grande que el actual. Foto: Alfredo Martinez
La caja en la que serán trasladados tiene medidas que cumplen normas internacionales sobre este tipo de traslados. Tendrán que tomar al menos dos vuelos y será casi un día de viaje. Otros tres osos serán trasladados a Perú.
Las personas que trabajan en el Ecoparque son técnicos, biólogos, veterinarios y hasta kinesiólogos. Foto: Alfredo Martinez
Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público no pudieron confirmar aún cuando se llevará a cabo el traslado. En cambio estiman que Mara, la elefanta asiática, podrá viajar al Mato Grosso, en Brasil, entre fines de 2018 y principios del 2019. Su destino será Elephant Voices, un santuario con casi 1.200 hectáreas, ubicado en la localidad de Chapada dos Guimaraes. Tendrá que viajar por ruta durante 72 horas: “Mara fue rescatada de un circo. Antes, para subir y bajar de una caja le pegaban latigazos. Hay que lograr que entre y salga, pero con un entrenamiento en el que ella decida, y la tarea es darle confianza para que lo haga. Tiene que perder el stress de permanecer adentro de una caja”, explicó Gonzalo Pascual, subsecretario del Ecoparque.
Otra que será trasladada es Indra, una mona carayá de seis años. Viajará hasta la Reserva Experimental Horco Molle, en Tucumán. Pasó muchos años en un recinto pequeño, y ahora se encuentra en uno más grande y alto. Como a los osos, le colocan los alimentos en paquetes de tela para que pueda desgarrarla, o la esconden para que desarrolle el olfato y la encuentre por sus propios medios.
En el Ecoparque quedarán unos 300 animales, sobre todo los autóctonos o los que no pueden ser trasladados. Foto: Alfredo Martinez
Al igual que las jirafas, que no serán trasladadas porque no pueden recostarse, el ocelote es otro de los animales que permanecerá en el Ecoparque. Chipy fue rescatado de una casa, una familia lo tenía como mascota. Ahora tiene 13 años y pesa 9 kilos. Con Chipy el principal objetivo fue mejorar el ambiente que habitaba. Antes estaba en una jaula de 4 metros por 2 y no más de 2 metros de alto. Ahora pasó a un recinto con cinco veces más superficie: “Come carne dos veces por semana, presas enteras también dos veces, una vez por semana alimento balanceado, otra vez vísceras y un día realiza ayuno”, explicaron los cuidadores. Está rodeados de vegetación, pasarelas con rascadores en altura y un pequeño espejo de agua.
Las etapas de renovación del Ecoparque deberían estar concluidas para mediados de 2019. Foto: Alfredo Martinez
“Casi la mitad de las personas que trabajan en el Ecoparque son técnicos, biólogos, veterinarios y hasta kinesiólogos. Están afectados al bienestar animal. Por otro parte, una vez que termine la obra de infraestructura total en el lugar, casi el 40% de los caminos actuales se habrán transformado en superficie absorbente y habrá un 25% más de espacios verdes“, aseguró a Clarín el ministro de Ambiente y Espacio Público, Eduardo Macchivelli. El ex Zoológico tiene relevados 81 edificios, 40 con protección patrimonial.
Recorrida por el Ecoparque. Foto: Alfredo Martinez
Si bien la Ciudad se trazó un plan de obras y derivaciones, esta claro que los tiempos dependerán de como se adapten los animales a los entrenamientos. “E influye además un papeleo muy detallado sobre todos los movimientos que se realizan. Una investigación determinó que pueden ser hasta 190 pasos o trámites los que se llevan a cabo para cumplir con el protocolo de traslado”, explicaron en el Ecoparque. En 2016 había 1314 animales y la idea es llegar al final del proyecto, que podría ser en 2023, con 300.
El ex Zoológico tiene relevados 81 edificios, 40 con protección patrimonial. Foto: Alfredo Martinez
Las obras en marcha
La Ciudad trabaja en una primera etapa de la obra en el Ecoparque, del lado del ingreso por Plaza Italia.
Para 2021 debería inaugurarse el otro extremo del Ecoparque. Foto: Alfredo Martinez
Este área será destinada a la eco-región Buenos Aires Silvestre (pampas). Y algunos recintos serán concesionados, como por ejemplo la Lorera, que continuará siendo explotada por la Universidad Nacional de Tres de Febrero, con muestras e intervenciones.
En tanto, en la Felinera habrá un museo. En el Acuario se montaría una muestra relacionada con el agua, consumo sustentable, protección del medio ambiente, etc. En el Reptilario podrá funcionar un espacio gastronómico, y la idea es que también haya un parque de agua para los chicos. Y continuarán las muestras rotativas de personalidades relacionadas con la protección animal, como Jacques Cousteau o Charles Darwin.
La Ciudad trabaja en una primera etapa de la obra en el Ecoparque, del lado del ingreso por Plaza Italia. Foto: Alfredo Martinez
Para 2021 debería inaugurarse el otro extremo del Ecoparque, el que da sobre Libertador, con la eco-región “De Los Andes a la Patagonia”.