Más de siete millones de personas mueren cada año en el mundo por la mala calidad del aire y más de tres millones son muertes prematuras por la contaminación, ya que más del 80 % de las ciudades superan los límites de calidad del aire establecidos por la Organización Mundial de las Salud (OMS).
En el marco de la celebración hoy del Día Internacional de la Calidad del Aire, según datos de la OMS, además nueve de cada diez personas en el mundo respiran aire contaminado, lo que significa que afecta al 92 % de la población mundial.
El mayor desafío para la salud
En los últimos seis años los niveles de contaminación se han mantenido “estables, con pequeñas mejoras en países de Europa y las Américas”, según la directora de Salud Púbica y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, sin embargo, “la contaminación ambiental “es el mayor desafío para la salud pública”.
Actualmente más de 7.300 millones de personas viven en la Tierra, y en 2016, el 54,3 por ciento lo hacía en ciudades, según datos del Banco Mundial, cifra que según ONU Habit se prevé llegue al 65 % en 2030.
La presión sobre las ciudades es cada vez mayor y, entre otros aspectos, el transporte es uno de los más contaminantes por las emisiones a la atmósfera, provocando que más del 80 % de las ciudades superen los límites de calidad del aire recomendados por la OMS.
“Son los niños los que más sufren las consecuencias de la contaminación del aire”, señala en entrevista a Efe el pediatra del Hospital Clínico de Valladolid, Joaquín Villagómez Hidalgo.
La contaminación producida por los vehículos “contribuyen en los niños más pequeños a empeorar los cuadros de bronquitis y los de asma en los más mayores, además de bronco espasmos y crisis respiratorias frecuentes”, según Villagómez Hidalgo.
“Muchas de esas afecciones son víricas, pero la contaminación atmosférica empeora los cuadros médicos” por la exposición al smog, señala el médico del Clínico de Valladolid, y añade que en los adultos esa “exposición continuada contribuye al desarrollo de enfermedades como cáncer de pulmón y neumopatías”.
El ozono en tierra
Recuerda que el gas ozono en la atmósfera “protege de los rayos ultravioleta, pero a nivel de tierra, cuando se inhala por las emisiones de los vehículos, es un contaminante para las vías respiratorias”.
De acuerdo con la OMS, la neumonía es una de las principales afecciones causantes de la muerte en menores de cinco años, ya que la polución de partículas finas penetra profundamente en los pulmones y en el sistema cardiovascular, y causa, además, ataques al corazón, obstrucciones pulmonares e infecciones respiratorias o derrames cerebrales.
Según una investigación del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Erasmus Medical Center de Rotterdam (Holanda), publicada en marzo pasado por la revista “Biological Psiychiatry”, señala que la contaminación atmosférica en las embarazadas -incluso considerando los parámetros seguros- origina alteraciones en el cerebro del feto.
Además, produce una menor capacidad cognitiva en niños y niñas, que muestran dificultades para controlar su comportamiento impulsivo.
Medidas para controlar la contaminación
Muchas ciudades en el mundo han decidido poner límite a algunas emisiones más contaminantes a la atmósfera, y entre otras medidas, prohibir la circulación de vehículos en sus centros urbanos cuando los índices de contaminación superan los considerados normales, sobre todo de los vehículos más contaminantes, esencialmente los diésel y muy antiguos.
Así Madrid, París, Pekín, México se han sumado a las restricciones de tráfico por altos índices de contaminación, que incluyen en algunos casos varias localidades del extrarradio, como en el caso de la capital francesa.
Es necesario fomentar otros hábitos de consumo y “la cultura de la austeridad para encontrar un equilibrio” con la naturaleza, señala el Secretario General de WWF España, Juan Carlos del Olmo.
Fuente: EFEverde