Tras 16 años de preparación, el Proyecto Icarus entra este miércoles en su fase decisiva: a las 13, hora de la Argentina, dos cosmonautas rusos montarán una antena en la cubierta exterior de la Estación Espacial Internacional (EEI) en una misión que durará unas siete horas.
La antena es la pieza central del proyecto que servirá para monitorear animales en todo el mundo desde el espacio. Los investigadores equiparán animales con miniemisores y los observarán con ayuda de la ISS. Con ello esperan recabar información sobre las aves migratorias y contribuir a la protección de las especies. Además Icarus también servirá en el futuro como sistema de alerta temprana para catástrofes naturales como terremotos y erupciones volcánicas.
El proyecto se basa en informes según los cuales los animales se inquietan ante semejantes acontecimientos. Por ejemplo, las cabras se mueven de manera llamativa ante las erupciones del Etna en Italia. Los investigadores quieren aprovechar este supuesto sexto sentido.
“El sistema nos permite no sólo observar dónde está un animal sino también lo que hace en cada momento”, explicó el director del proyecto Martin Wikelski. “Podríamos emplear un sistema global de sensores inteligentes para observar el mundo”, añadió.
Tras el montaje de la antena, está prevista una fase de prueba antes de que entre en funcionamiento.
Icarus es la abreviatura de International Cooperation for Animal Research Using Space (cooperación internacional para la investigación de animales usando el espacio). En el proyecto están implicados la agencia espacial rusa Roskosmos, la Sociedad Max Planck, el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y la Universidad de Constanza en Alemania.
Fuente: DPA.