Los países de la UE se despidieron de las lámparas halógenas, una tecnología de iluminación que ya no cumple los requisitos de eficiencia energética establecidos. Desde ayer, sólo se venderán los stocks almacenados hasta el viernes, pero no se podrá comercializar dentro de las fronteras europeas nuevas lamparitas de este tipo.
Los productores y los consumidores explican que las alternativas del presente y del futuro son las lámparas led y las fluorescentes, que producen más luz con menos gasto de energía. La decisión se enmarca en la estrategia europea de reducción de las emisiones de CO2, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
La UE puso en marcha en 2009 un calendario de prohibiciones de productos energéticos considerados ineficientes, para conseguir menos efectos dañinos para el medioambiente. Progresivamente, fueron así retiradas del mercado distintas fuentes de iluminación por incumplir unos requisitos mínimos de rendimiento cada vez más exigentes. En el caso de las lámparas, este parámetro se refiere a la cantidad de luz producida por cantidad de energía consumida (calculada en vatios).
“En iluminación, cada tecnología tiene unos límites de rendimiento, llega hasta donde llega. Hay un momento en el que ya no puede avanzar más y hay que cambiar. Por eso desaparecen las lámparas que tienen un rendimiento por debajo de cierto valor”, explica Aitor Domínguez, del IDAE.
–> Dos alternativas más sustentables
Por un lado, existe la tecnología de la fluorescencia, que consiste en llenar con un gas (por ejemplo, el neón) un tubo de vacío, donde pasa una corriente eléctrica para que se cree un arco eléctrico y se encienda así la lámpara. Tienen un precio parecido a las halógenas, pero un rendimiento mejor. Por el otro lado, la cada vez más presente tecnología led (basada en componentes electrónicos) es la nueva gran apuesta a futuro del sector de la iluminación.