Un equipo de científicos del Instituto Internacional para el Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA, por sus siglas del inglés) descubrió que la humanidad está más cerca de superar el presupuesto de emisiones de dióxido de carbono previsto en el acuerdo de París. Y este proceso puede acelerarse.
El presupuesto de emisiones de dióxido de carbono (CO2) se refiere al nivel de emisión que no amenaza con provocar el calentamiento global. Es una parte integral del acuerdo de París, firmado en 2015.
Este presupuesto actualmente está valorado en unas 550 gigatoneladas de CO2 y está previsto que con el ritmo de emisiones actual se agote en seis años.Sin embargo, un estudio reciente alerta de que estas estimaciones, ya poco prometedoras, pueden verse afectadas por el rápido derretimiento del permahielo.
El permahielo, o permafrost, es una parte del terreno que permanece congelada durante al menos un año durante dos años consecutivos. Al estar congelada durante prolongados períodos de tiempo, acumula enormes cantidades de dióxido de carbono y otros nutrientes de origen orgánico. Así, se convierte en un gran depósito de esta sustancia, que a menudo no figura en las estimaciones del ritmo del calentamiento global.
La capa superior del permahielo, también llamado activo, suele derretirse periódicamente en verano, pero en los últimos años la ‘profundidad’ de este derretimiento se ha expandido debido al aumento de las temperaturas. Significa que ahora hay una mayor cantidad de permafrost propensa a derretirse, liberando su CO2 en la atmósfera.”Esta emisión de carbono de la materia orgánica congelada, causada por el alza de las temperaturas, sin duda disminuirá el presupuesto del CO2 que podemos emitir si queremos mantenernos por debajo de un cierto límite del calentamiento global”, explicó el principal autor del estudio, Thomas Gasser.
Gasser agrega que la liberación de CO2 del permafrost, estimada entre 30 y 100 gigatoneladas, “es un proceso irreversible en el marco de varios siglos”, así que puede representar un desafío para el modelo usado para el acuerdo de París, ideado como una aproximación lineal.
Así, el acuerdo de París admite que se exceda la temperatura media establecida, siempre que esta esté por debajo de los 2°C, y sus partes firmantes planean aplicar esfuerzos para reducir este límite hasta los 1,5°C.
Pero esto es una estrategia arriesgada, advierte Gasser, y no solamente porque “retornar a niveles más bajos es extremadamente difícil”, sino que durante este período de emisiones más intensas el permahielo va a derretirse de una manera acelerada, liberando cada vez más CO2 en la atmósfera, lo que complica el modelo entero de la gestión de las emisiones.
“Desde que aceptamos oficialmente que se pueden exceder los límites, tenemos que estar preparados para la posibilidad de que nunca podamos regresar a niveles más seguros”, enfatizó.
En este sentido, el científico espera que su estudio incentive a los políticos a revisar su actitud hacia el concepto de los ‘presupuestos de carbono’, que resultó más complicado de lo que se pensaba antes.