Casi un centenar de trampas balsa fueron colocadas en el río de las Vueltas, en el departamento santacruceño de Lago Argentino, suroeste de esa provincia, para frenar la invasión del visón americano, que amenaza al pato de los torrentes, una especie ícono en la localidad de El Chaltén y en riesgo de extinción.
El visón americano también “es una de las principales amenazas que tiene el macá tobiano en sus áreas de reproducción”, agregó Moreno.
El funcionario nacional aseguró que como parte del plan además, la temporada pasada empezó una prueba con perros adiestrados para rastrear madrigueras, en un método combinado que ha dado buen resultado y es intención ampliarla en la próxima temporada.
El visón americano fue introducido entre las décadas del 40 y 50 para peletería. Cuando cerraron los criaderos se expandió desde el norte de Neuquén hasta Tierra del Fuego y se transformó en una amenaza para distintas especies nativas.
Moreno advirtió que “incluso en las últimas reuniones bilaterales con Chile se ha tocado este tema para empezar a trabajar en articulación entre ambos países, como lo hicimos con el castor en Tierra del Fuego”.
Además de Aves Argentinas, convocada por su experiencia con el proyecto Macá Tobiano, la expansión del plan involucra a la Administración del Parque Nacional los Glaciares, Consejo Agrario Provincial (CAP), Secretaría de Ambiente de la provincia y al municipio de El Chaltén.
Ignacio Roesler, director de Conservación de Aves Argentinas e investigador del CONICET destacó: la idea es desarrollar como un plan modelo de trabajo interinstitucional comunitario, con mucho abordaje de trabajo con la gente, que sirva para trasladarlo a otras regiones del país.
Desde los primeros registros a comienzos de 2000, “el visón americano se ha expandido en el río de las Vueltas, que nace en el Lago del Desierto y desemboca en el Lago Viedma y hay un claro riesgo de que desaparezca el pato de los torrentes, que es un ícono para Parques Nacionales y la población de El Chaltén”. subrayó el ambientalista.
Según un monitoreo local, la especie tiene entre diez y 20 parejas reproductoras. “Casi la totalidad del río fue cubierto con poco menos de cien trampas balsa que fueron instaladas en más de dos meses y activadas hace unos diez días”, detalló Roesler.
Mientras que ahora “empieza lo complicado, una vez por semana gente en el campo chequeando trampas durante todo el año”, concluyó.