Antártida.-La meteoróloga tandilense realiza su novena misión en la base antártica, desplegando su labor científica. Junto al jefe de Marambio recordaron el medio siglo de existencia del pionero espacio.
El Eco
El 29 de octubre de 1969 se fundó la base Marambio en la Antártida -nombrada en honor a Gustavo Marambio, aviador pionero en sobrevolar ese territorio-, luego de que un avión Fokker F-27 aterrizara por primera vez en la historia en la pista construida durante tres meses a pico y pala por un contingente de oficiales y suboficiales de las Fuerzas Armadas.
Los 21 hombres trabajaron durante tres meses sometidos a la exposición del frío polar para dar forma a un sector adecuado de 30 metros de ancho por 600 metros de largo que posibilitó que Argentina fuera el primer país en tener pista de tierra en el lugar.
Medio siglo de trabajo
En la base hay una dotación anual de 45 personas, que con las dotaciones temporarias se incrementa a casi 80 en invierno y en verano puede haber hasta 170 personas trabajando, debido a que es la época climática más propicia. De todas esas personas, apenas el 10 por ciento son mujeres.
Noemí Troche es una meteoróloga tandilense que trabaja para la VI Brigada Aérea, y está desarrollando su novena misión en el continente blanco. Al cumplirse el medio siglo de tamaña proeza para el país, Troche concedió una entrevista telefónica y vía skype al programa “La ciudad” (ECO TV y 104.1 Tandil FM) para narrar su experiencia en las gélidas tierras.
En contacto virtual, Noemí contó que la ceremonia oficial será el día 5 de noviembre y que el viernes pasado realizaron una fiesta de disfraces para celebrar el año de la dotación en la base. Además, relató risueña que este martes almorzaron milanesas con puré, “una comida típica y deseada”, para festejar.
La vida en la base
Su trabajo incansable y su pasión por la Antártida la han llevado a formar parte de las dotaciones que desempeñan tareas de investigación en la base Marambio, la principal estación científica y militar de las seis bases permanentes que Argentina mantiene allí, bajo el control de la Fuerza Aérea Argentina.
La base propiamente dicha está erigida en una meseta a 200 metros sobre el nivel del mar, pero a nivel del océano, sobre la playa, hay refugios y los científicos pueden asentarse para desarrollar sus investigaciones.
“Necesitan conocer cómo va a ser el tiempo en esos días para planificar su tarea de campo y que no los agarre un temporal”, especificó Noemí en una entrevista realizada por este Diario el año pasado.
De ahí, la vital importancia que tiene su trabajo pronosticador para que todas las demás actividades puedan desarrollarse de manera segura, por ejemplo, la pista de aterrizaje y despegue tiene que mantenerse operable todos los días puede suceder una emergencia en cualquier momento.
Orgullo nacional
El jefe de Marambio, comodoro Lucas Carol Lugones, también participó de la charla y señaló que “es un lujo a través suyo estar en la ciudad de Tandil y contar nuestros actividad a todos nuestros connacionales”.
Aparte de la dotación permanente, a la base llegan especialistas para efectuar actividades específicas de ciencia o de pronóstico, como es el caso de Noemí, que está en el lugar desde hace diez meses y ya consideran una de las suyos.
“La base al tener pista y aviones todo el año, hace de epicentro de operaciones con el resto de las bases argentinas y algunas extranjeras. Los que la construyeron en aquel invierno son nuestros héroes y representan el sacrificio, la voluntad, la perseverancia y la paciencia, son un ejemplo”, concluyó.
No es un detalle menor que en Tandil resida uno de los hombres que ayudó a preparar la pista de aterrizaje: Omar Juan Aimaretti, que este viernes será entrevistado en el programa “La ciudad” para relatar su aventura en aquella porción de soberanía hace cincuenta años.
Fuente: https://www.eleco.com.ar/interes-general/desde-la-antartida-la-tandilense-noemi-troche-celebro-el-medio-siglo-de-la-base-marambio/