“En el centro de esta encíclica -recordó- hay una pregunta clave que el Papa nos quiere dejar: ¿qué mundo queremos dejarle a los que vienen detrás? ¿qué mundo queremos dejarle a nuestros niños que van creciendo?”
“Cuando se hace esa pregunta, el Papa dice que no podemos plantear esto de un modo fragmentaria, no solamente desde el ambiente, sino que tiene que haber preguntas más hondas que tienen que ver con nuestra existencia y con nuestra vida social. Entonces se hace las preguntas que dicen: ¿para qué pasamos por este mundo? ¿para qué vinimos a esta vida? ¿para qué trabajamos? ¿para qué luchamos? ¿para qué nos necesita esta vida?”, agregó.
En este sentido, el prelado consideró que “sin hacernos estas preguntas de fondo, es muy difícil que nuestros planteos ecológicos sean profundos y que provoquen un cambio realmente sincero, real”.
“Por eso qué lindo que el Papa nos despierte, nos interrogue, nos interpele con esta encíclica y en este tiempo justo de pandemias que estamos viviendo, en el cual todos nos están invitando a un cambio. Tenemos que cambiar, el mundo no puede seguir igual”, añadió.
El obispo neuquino sostuvo que mediante esta carta el Papa subraya que “nos necesitamos unos a otros, somos responsables uno de los otros. Somos responsables de este mundo y del que queremos dejar, somos responsables de esto”.
Tras afirmar que “ya nos dimos cuenta de que la degradación moral, el ningunear la ética, la fe, la bondad, la honestidad, no nos ha llevado a nada bueno”, planteó: “Necesitamos provocar un cambio, porque si no hay fundamentos fuertes en nuestra vida, quedamos al arbitrio de nuestros egoísmos personales, nuestros intereses y eso va provocando una gran injusticia, nos va haciendo saltar la fraternidad que tantas veces proclamamos”.
Monseñor Croxatto recordó que “todo lo que realmente toca la naturaleza, toca también a nuestros hermanos más pobres, pero el Papa no pierde la esperanza y tiene una frase muy linda que dice: ‘basta un hombre bueno, para que tengamos esperanza’”
“Por eso termina diciendo: caminemos, cantemos, porque aún en medio de las preocupaciones y luchas que hoy tenemos, nunca podemos dejar de tener esperanza”, concluyó antes de impartir la bendición.