Santa Cruz, Patagonia, 29 de agosto de 2020. En las vastas y desoladas estepas de la Patagonia argentina, un silencioso y esquivo habitante recorre miles de hectáreas, desempeñando un papel crucial en el equilibrio ecológico. Sin embargo, su presencia ha sido históricamente malinterpretada y, en ocasiones, temida. Este felino, símbolo de la fauna sudamericana, enfrenta desafíos que ponen en riesgo su supervivencia y la salud del ecosistema que protege.
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El Puma: Perfil de un Superdepredador
El puma (Puma concolor), también conocido como león americano o cougar, es el mayor carnívoro de las estepas patagónicas y andinas. Su adaptabilidad le permite habitar desde Canadá hasta el sur de Argentina, en ambientes tan variados como la puna a más de 4000 m de altura y las húmedas selvas de Misiones. En la Patagonia, su coloración varía entre tonos leonados y grises, y su tamaño puede superar los 70 kg en machos adultos.
Este felino solitario tiene la capacidad de cubrir vastos territorios, lo que le permite controlar las poblaciones de herbívoros locales, principalmente del guanaco, una especie de llama salvaje. Su presencia es esencial para mantener un ecosistema equilibrado, ya que regula las poblaciones de sus presas y proporciona alimento a carroñeros como el cóndor.
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Un rol ecológico clave pero incomprendido
A pesar de su importancia ecológica, el puma ha sido históricamente incomprendido y perseguido. Durante el siglo XX, fue extirpado de gran parte de la Patagonia, aunque en las últimas décadas ha logrado una recuperación notable en la mayoría de su antiguo rango. Sin embargo, esta recuperación ha sido más rápida que la de su principal presa nativa, el guanaco, lo que ha alterado la relación funcional entre ambas especies en gran parte de la región.
La percepción negativa del puma persiste, especialmente entre los ganaderos ovinos de la zona, quienes lo ven como una amenaza para su ganado. Esta visión ha llevado a conflictos y, en algunos casos, a la caza del felino. En provincias como Chubut, se pagan recompensas por la caza de pumas, incentivando su eliminación en lugar de fomentar la coexistencia.
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Rewilding Argentina: transformando conflictos en oportunidades
La fundación Rewilding Argentina trabaja para cambiar esta percepción negativa del puma. A través del «Proyecto Patagonia», buscan transformar la imagen del felino en una oportunidad de crecimiento económico mediante el ecoturismo. En colaboración con las autoridades provinciales, promueven actividades de observación de fauna que generan ingresos para las comunidades locales y fomentan la conservación de la especie.
Sebastián Di Martino, biólogo y director de conservación de Rewilding Argentina, destaca que en regiones como Santa Cruz, nadie ve al puma como algo positivo. Sin embargo, al desarrollar actividades de ecoturismo basadas en la observación de fauna, se crea un sector de la sociedad cuya economía depende de la presencia de estas especies, incentivando su protección.
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El Parque Nacional Patagonia: Un refugio para el puma
El noroeste de la provincia de Santa Cruz alberga el Parque Nacional Patagonia una de las zonas más bellas de Argentina, compuesta por la cordillera de los Andes al oeste y una extensa meseta de estepa patagónica al este. Esta región, caracterizada por cañadones gigantescos como el del río Pinturas, es uno de los hábitats preferidos por los pumas.
Desde principios de 2019, Rewilding Argentina trabaja en esta región con el puma en el marco del «Proyecto Patagonia», que consiste en la regeneración del parque con la reintroducción de las especies que le son propias. Uno de los principales lugares de trabajo de la fundación está ubicado en el Cañadón Pinturas, caracterizado por imponentes paredes de roca de hasta 300 metros de altura, donde muchas especies han desaparecido o visto reducida su población de forma considerable.
Desafíos en la conservación del puma
A pesar de los esfuerzos de conservación, el puma enfrenta múltiples desafíos. La conflictiva relación entre el animal y los habitantes de la región, especialmente los ganaderos ovinos, ha llevado a una disminución significativa de su población en los últimos años. Además, la falta de comprensión sobre su rol ecológico y la percepción negativa que se tiene de él dificultan su protección.
En Argentina y Chile, hasta 100 pumas son asesinados anualmente, según Nicolás Lagos Silva, investigador de conservación del programa de pumas en Panthera, una organización global de conservación de felinos salvajes.
Estrategias para la coexistencia
Para fomentar la coexistencia entre pumas y comunidades humanas, se han implementado diversas estrategias. En Chile, por ejemplo, la caza del puma está prohibida, y se han encontrado formas de equilibrio entre la ganadería y la conservación. Organizaciones como Panthera trabajan en proyectos que promueven el uso de medidas no letales, como luces LED y collares GPS, para proteger a los animales domésticos.
Además, el ecoturismo se presenta como una alternativa viable para generar ingresos y proteger al puma. En el Parque Nacional Torres del Paine, en Chile, se registra la mayor densidad mundial de pumas, y los ganaderos están generando ingresos mediante el turismo en lugar de matar felinos.
El futuro del puma en la Patagonia
El futuro del puma en la Patagonia depende de la capacidad de las comunidades locales, organizaciones de conservación y autoridades gubernamentales para trabajar juntos en la protección de esta especie clave. Es esencial continuar con los esfuerzos de educación y concienciación para cambiar la percepción negativa del puma y promover su conservación.
La implementación de estrategias de coexistencia, el fomento del ecoturismo y la protección legal del puma son pasos fundamentales para garantizar su supervivencia y la salud del ecosistema patagónico.
Un llamado a la acción
El puma, como guardián del ecosistema patagónico, merece ser protegido y valorado. Su conservación no solo beneficia a la biodiversidad de la región, sino que también ofrece oportunidades económicas y sociales para las comunidades locales. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para garantizar un futuro en el que humanos y pumas puedan coexistir en armonía en las vastas y hermosas tierras de la Patagonia.
