Los trabajos se orientaron a analizar las floraciones planctónicas de cianobacterias y de diatomeas en el Río de la Plata a través de la obtención simultánea de datos de calidad de agua —mediante tomas de muestras—, radiométricos e imágenes satelitales. Ello servirá como información de base para la elaboración de mapas de presencia de floraciones de dichos microorganismos, que permitan estimar su distribución en la cuenca y contribuir a la delimitación de un sistema de alerta temprana. Asimismo, los datos obtenidos son claves para explorar y profundizar sobre las posibles causas y los orígenes del fenómeno.
El operativo conjunto fue realizado a bordo del buque científico SPA-1 “Dr. Leloir” de la Prefectura Naval Argentina. Participaron integrantes de la Brigada de Control Ambiental (BCA) de la cartera de Ambiente nacional y formaron parte también técnicos, técnicas e investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), junto con personal de Prefectura. Del lado argentino, los estudios se realizaron en diversos sectores cercanos a las localidades bonaerenses de Punta Lara, Berazategui y Quilmes; junto con el puerto de Buenos Aires y Palermo, linderos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por su parte, un equipo perteneciente al Gobierno de la República Oriental del Uruguay se encargó de llevar adelante las acciones en dicho país.
Cabe destacar que la cartera ambiental nacional creó una comisión interinstitucional para darle un abordaje articulado a la proliferación desmedida de las citadas bacterias en el Río de la Plata, la que ya mantuvo dos reuniones. En tal contexto, se acordó la implementación de campañas de control y monitoreo sistemáticas, como la presente, entre otras medidas relevantes. Dicho cuerpo está conformado por autoridades y personal de la Secretaría de Control y Monitoreo Ambiental, a cargo de Sergio Federovisky; de la Secretaría de Política Ambiental en Recursos Naturales, cuya titular es Florencia Gómez; por las provincias involucradas a través del Consejo Federal de Medio Ambiente (COFEMA); del Ministerio de Salud de la Nación; de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA); y por investigadores del CONICET. Asimismo, también la integran desde el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Infraestructura a través de la Subsecretaría de Recursos Hídricos; y la Autoridad del Agua (ADA). Por último, también forma parte Aguas Bonaerenses S.A. (ABSA).
Vale recordar que la BCA realizó anteriormente tomas de muestras de agua en el Río de la Plata para analizar el grado de toxicidad presente por efecto de las cianobacterias en los distritos de Tigre, Berazategui y Ensenada de la provincia de Buenos Aires. En tal sentido, Federovisky afirmó a comienzos de diciembre que las últimas mediciones indicaron “grados de toxicidad preocupantes”, frente a lo cual el Ministerio de Ambiente nacional “desarrolla políticas activas para conocer la capacidad de potabilización del agua de las empresas proveedoras y así establecer protocolos con los municipios que determinen en qué momento debe prohibirse el acceso, la ingesta e incluso la pesca en zonas que estén con altos niveles de floración de cianobacterias y por lo tanto de toxicidad”, agregó.
Por otro lado, las acciones de control y monitoreo continuarán de forma sostenida durante la temporada estival habida cuenta que se prevé que la problemática continúe por las altas temperaturas. Por tal motivo, entre otras iniciativas, se realizarán cuatro muestreos más de iguales características al desarrollado durante la jornada de ayer, estipulados para enero y febrero de 2021.
Las cianobacterias se distinguen por su coloración azul verdosa, son microorganismos capaces de realizar fotosíntesis y se nutren de la materia orgánica presente en el agua. Dado que liberan toxinas al medio en el que se encuentran, pueden constituir una amenaza para la salud humana y ambiental. Algunos factores significativos que explican su inusual proliferación son las sequías y bajantes acontecidas en diversos cursos de agua; la contaminación vertida con motivo de la actividad antrópica, que resulta concentrada por los inferiores caudales de agua existentes; y las altas temperaturas estacionales y por los impactos del cambio climático.
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Fuente: Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación