San Carlos de Bariloche, Rio Negro, 23 de septiembre de 2021. – En el corazón del lago Nahuel Huapi yace una joya natural y cultural que, a pesar de su cercanía con la ciudad de San Carlos de Bariloche, permanece envuelta en abandono e indiferencia: la Isla Huemul. Un espacio cargado de historia, biodiversidad y paisajes únicos que, con una adecuada gestión ambiental, podría convertirse en un emblema de turismo sostenible y memoria colectiva.
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Este enclave singular ha sido objeto de análisis por el investigador Marcos Pariani, quien, en una serie de entregas, revela no solo el valor ecológico y cultural del lugar, sino también sus fragilidades. En esta segunda parte de su estudio, el autor realiza un diagnóstico integral y presenta un análisis FODA para proyectar un plan de recuperación y puesta en valor de la isla.
Un paisaje que dialoga con la historia
La Isla Huemul no es solo un territorio físico, sino también un espacio simbólico donde convergen la naturaleza prístina, las huellas de la historia argentina y los relatos del imaginario colectivo. Su condición de isla le otorga cualidades únicas: aislamiento natural, ausencia de contaminación urbana y una atmósfera de misterio que ha sido explotada por la literatura y el cine a lo largo de los siglos.
La atracción que ejercen las islas en el inconsciente colectivo se relaciona con ideas de refugio, descubrimiento y exclusividad. La cultura popular, a través de relatos como La isla del tesoro o Robinson Crusoe, así como producciones cinematográficas, han reforzado esa imagen de territorios mágicos, inaccesibles y llenos de secretos.
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Isla Huemul: realidad y ficción entrelazadas
Pero más allá del mito, Isla Huemul tiene una historia concreta. Allí se desarrolló uno de los proyectos científicos más ambiciosos de la Argentina del siglo XX: el Proyecto Huemul. Bajo la dirección de Ronald Richter, un físico alemán vinculado a la tecnología nuclear, se intentó poner en marcha un desarrollo atómico nacional que, aunque fallido, dejó como legado una serie de construcciones en ruinas que hoy forman parte del patrimonio histórico nacional.
La relación del gobierno de aquel entonces con el movimiento nazi, el secretismo del proyecto y los rumores sobre poderes extraordinarios otorgados a su líder agregan un condimento de intriga a esta historia real, intensificando el interés turístico y cultural por el sitio.
Una reserva sin custodia
A pesar de su alto valor patrimonial, la Isla Huemul no cuenta con un plan de manejo efectivo ni con una autoridad que regule su uso y estado. La falta de mantenimiento ha permitido la proliferación de vandalismo, residuos y disturbios que afectan tanto a la infraestructura histórica como al ecosistema natural.
Los visitantes espontáneos —muchas veces mal informados— generan impactos negativos como el pisoteo de flora nativa, encendido de fogatas en áreas no habilitadas y abandono de residuos, mientras que la infraestructura turística existente, construida décadas atrás, se encuentra en evidente deterioro.
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Bosques únicos, paisajes múltiples
Desde lo natural, la isla forma parte del ecosistema de los bosques andino-patagónicos, con una riqueza de unidades de paisaje en apenas unas hectáreas. Aquí conviven bosques puros de Nothofagus, cipresales, salientes rocosas y playas protegidas del viento, todo en un entorno de bajo nivel de disturbio ambiental, lo que convierte a la isla en un aula abierta para la educación ambiental y científica.
El contraste visual entre el estrato bajo y alto de la vegetación genera una experiencia sensorial única para los visitantes, además de un hábitat propicio para una gran diversidad de especies.
Biodiversidad amenazada
No obstante, el equilibrio ecológico de la isla está en riesgo. La llegada de propágulos de plantas exóticas, transportados por aves, turistas o incluso el viento, ha permitido el avance de especies invasoras sobre la vegetación nativa. Las zonas más afectadas coinciden con aquellas que han sufrido mayores alteraciones humanas en los últimos 70 años: los alrededores del Proyecto Huemul, las áreas de uso militar y los puntos de recreación intensiva.
Este proceso de colonización vegetal afecta la biodiversidad local, disminuye la resiliencia del ecosistema y amenaza con alterar definitivamente el paisaje natural de la isla.
Una oportunidad para el turismo responsable
Frente a este diagnóstico preocupante, también emergen oportunidades. La Isla Huemul tiene el potencial para transformarse en un ícono del turismo cultural, científico y ambiental. Su cercanía con Bariloche facilita el acceso desde playas con bajadas náuticas o el puerto de San Carlos, y sus vistas panorámicas abarcan la estepa, la cordillera y la ciudad, un espectáculo visual en 360 grados.
La implementación de un programa de visitas guiadas, educación ambiental, actividades lacustres de bajo impacto y senderos interpretativos puede generar empleo local, promover la conservación y fomentar el conocimiento sobre la historia nuclear del país y la cultura mapuche que también tiene raíces en este lugar.
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Recuperar la memoria y el ambiente
El análisis FODA presentado por Pariani señala fortalezas clave como la diversidad de paisajes, el resguardo natural contra la contaminación urbana y el valor histórico del sitio. A su vez, destaca debilidades como la falta de servicios, el deterioro edilicio y la escasa presencia institucional.
Las amenazas, como la expansión de especies invasoras y la posible concesión del lugar con fines privados no alineados al plan de manejo, deben ser atendidas con urgencia para evitar la pérdida irreversible de este patrimonio mixto.
Identidad, sostenibilidad y futuro
Para que Isla Huemul cumpla su rol como reserva histórica, ecológica y cultural, es indispensable la acción articulada entre organismos gubernamentales, universidades, ONGs y la sociedad civil. La puesta en valor de sus ruinas, la restauración del entorno natural y la implementación de un modelo de uso sostenible no solo beneficiarían a Bariloche, sino que posicionarían a la isla como un ejemplo de integración entre conservación y desarrollo.
La historia atómica, el acervo indígena, la riqueza paisajística y la biodiversidad convergen en este pequeño territorio insular que, con voluntad y planificación, podría brillar como un faro de conciencia ambiental y memoria colectiva en la Patagonia.
Imagen: Puntos de acceso a la isla y medios de transporte.

Fuente: Elaboración propia en base de Google Earth.

Estratos de los bosques andino patagónicos Fuente: inibioma.conicet.gov.ar

Estado de infraestructura turística. Fuente: Google, 2020

Estado de edificios históricos. Fuente: Google, 2020.

Estado de edificios históricos. Fuente: Google, 2020.
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