Paisajes de estepa, mesetas de altura, cañadones profundos y fauna salvaje son algunos de los atractivos naturales que están posicionando al Parque Patagonia Argentina como un destino obligado de turismo de naturaleza. Ahora, los viajeros que visiten el Portal Cañadón Pinturas encontrarán un nuevo espacio para recorrer y disfrutar sus maravillas: La Señalada.
El sector La Señalada se ubica a solo cinco kilómetros del majestuoso cañadón del río Pinturas. «Estamos adentrados en la estepa. Aquí abundan el coirón y el calafate, que ahora está en fruta, y guanacos y choiques atraídos por el mallín con agua que corre por al lado del puesto» cuenta Anabella Panchetti, emprendedora y responsable del almacén de campo.
La proveeduría abrió hace pocas semanas y ya es uno de los lugares más visitados del portal. «La mayoría pasa porque quiere hacer el sendero Bajada de los Toldos y visitar Cueva de las Manos. Hay mucha gente que nunca había venido al Parque. Entran, descubren el lugar y les encanta».
No hay otra proveeduría dentro del parque, por lo que este almacén es fundamental para quienes llegan hasta el lugar. «Ofrecemos comidas, empanadas, tartas, sándwiches —con opciones vegetarianas—, bebidas frescas y productos variados que van desde frutos secos hasta jabones y desodorantes artesanales», elaborados por la misma Ana. «En Patagonia las distancias son muy extensas. Si te olvidaste algo, yerba o algo para comer, acá estamos, ofreciendo esos productos “esenciales” para la gente que pasa y que quiere conocer».
La variedad de productos que ofrece el almacén de campo, como un almuerzo saludable “al paso” o una cerveza bien helada— pueden disfrutarse en las mesas de picnic, en el fogón comunitario, o en los mismos senderos a la hora de hacer una pausa. Es importante regresar con tus residuos. Foto: Horacio Barbieri
A cien metros de la proveeduría cruzando el camino vehicular se encuentra el área de acampe, que lleva el mismo nombre, La Señalada. Cuenta con seis espacios reparados del viento para el armado de carpas, baños secos y un fogón comunitario. Cada sitio tiene una mesa con bancos y el suelo nivelado para poner la carpa, donde los visitantes hacen de este paisaje su primera postal de la mañana.
En este sector también comienzan —y culminan— los senderos auto-guiados La Vertiente y Cañadón Pinturas, que pueden combinarse con otros para diseñar un recorrido personalizado con opciones diversas de distancia y dificultad, que incluyen atravesar la estepa, bajar al río y recorrer el fondo del cañadón.
«Muy cerca tenemos una hermosa vista panorámica del cañadón» describe Ana, compañera de Mariano, coordinador del equipo de sendas. Junto a sus dos pequeñas hijas, la familia hizo del Parque Patagonia su centro de vida. Gracias al trabajo intenso del equipo local, hoy es posible disfrutar de una perspectiva diferente del cañadón Pinturas y la Cueva de las Manos a través de nuevos senderos que fueron desarrollados durante el invierno. Esta temporada el portal ofrece más de cincuenta kilómetros de senderos de acceso público y gratuito.
Un fogón de uso público, construido en piedra local y reparado del viento, completa la experiencia de acampe del sector La Señalada. Foto: Horacio Barbieri
El público que visita La Señalada va desde familias enteras con niños y niñas de edades diversas a viajeros que andan en bicicleta, motos o en casas rodantes. «El parque ofrece tantas opciones de senderos para recorrer que quienes no llegan a hacerlos en una tarde tienen a disposición el camping y la proveeduría, que les permiten continuarlos al día siguiente» señala Ana.
La Señalada enriquece la experiencia del viajero en un circuito de turismo de naturaleza que va ganando cada vez más adeptos y que invita a conocer la vida silvestre patagónica, contribuyendo a la construcción de una cultura basada en su conservación y recuperación.
Fuente: www.parquepatagoniaargentina.org