Las aves, que pasaron entre dos y tres años en rehabilitación en el CRAR (Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces), pasaron a un  recinto de preliberación donde permanecerán dos meses en aclimatación, antes de ser liberadas.

La ingesta de tóxicos, la caza, la colisión con tendidos eléctricos y la disminución de sus fuentes de alimento, son algunas de las amenazas a las que se ve enfrentada esta especie.

En un trabajo colaborativo entre la Fundación Rewilding Chile, Proyecto Manku, Filantropía Cortés Solari, el Servicio Agrícola y Ganadero, Zoológico Parquemet y CONAF, tres cóndores machos y una hembra fueron trasladados vía aérea al Parque Nacional Patagonia en la región de Aysén, para su inserción en el medio natural. Esto, luego de largos procesos de manejo y recuperación en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de AvesChile (CRAR), donde llegaron por diversas causas de origen humano.  

El cóndor C44, macho joven de 3 años, fue encontrado en la zona del Cajón del Maipo  con una intoxicación severa por cebos.  Bagual, por su parte, es un macho de dos años que llegó desde Villa O´Higgins en la región de Aysén, siendo sólo un polluelo. Los otros dos, Cuyén y Eclipse, una hembra y un macho, nacieron en el centro de reproducción del CRAR, de padres que llegaron al centro de rehabilitación, pero que no son liberables.  

Tras una exhaustiva evaluación médica realizada por el Zoológico Metropolitano, se determinó que los 4 cóndores estaban en estado óptimo para su traslado. Éste se realizó hace pocos días en un vuelo comercial, en compañía del encargado de Vida Silvestre del Servicio Agrícola y Ganadero, desde el aeropuerto de Santiago hasta el aeropuerto de Balmaceda, en la región de Aysén, en un recorrido de casi 2.000 kilómetros. 

El Director Nacional del SAG, José Guajardo Reyes, destacó el trabajo coordinado entre los diferentes actores públicos y privados: “Gracias al esfuerzo de todos, estamos dando un paso importante en el proceso de reinserción de estas emblemáticas aves a la naturaleza. El cóndor es una especie protegida por ley, ya que cumple un papel fundamental en los ecosistemas. Por eso es fundamental que trabajemos juntos en su protección, como ha sucedido en este caso, con un enorme compromiso de diferentes organizaciones, de las que como SAG nos sentimos muy agradecidos”.

Conociendo el entorno 

Una vez en tierras australes, los cóndores, en sus respectivas cajas de  transporte fueron trasladados al Parque Nacional Patagonia, en un trayecto que duró más de 8 horas. Aquí comenzaron una etapa clave para su liberación: la aclimatación en un centro de preliberación, proceso fundamental para que los cóndores puedan familiarizarse con el territorio y estar listos para insertarse en el medio silvestre.

Eduardo Pavez, Director del Proyecto Manku y experto en el manejo de la especie en el Centro de Rehabilitación de Aves Rapaces de AvesChile, explica que los cóndores “pasan ahí dos meses, en esa jaula, habituándose al entorno. Siguen desarrollando vínculos de bandada entre los pájaros que se van a liberar, muchas veces reciben también visitas de cóndores de vida libre, con los cuales interactúan. Toda la interacción con las personas se anula, todo lo que es la provisión de alimento y agua se hace de noche de forma tal de que no tengan contacto con seres humanos. Y después de dos meses en esa jaula, se liberan y comienza otra etapa también muy importante, que es el seguimiento de estos cóndores a partir de las señales que recibimos de sus transmisores de radio y satelitales”.

“El Parque Nacional Patagonia es un excelente sitio para liberar cóndores, dado que hay diferentes grupos de esta especie que ocupan el parque como corredor, como ruta constante de vuelo. Esto hace que la posibilidad de integración de los nuevos cóndores sea más alta”, explicó Cristián Saucedo, Director del Programa de Vida Silvestre de Fundación Rewilding Chile, organización  legado de Tompkins Conservation.

Pavez recalcó que el proceso de inserción en el medio natural no termina el día de la liberación, que si bien es simbólico y emocionante para todos quienes lo presencian, el objetivo no se cumple con ese hito. Luego hay todo un seguimiento para poder garantizar que los animales gradualmente se vayan integrando a este territorio y a la población de cóndores de la zona.

Por ello, se deberá esperar hasta mediados de febrero para ver volar a estas bellas aves por los cielos de la Patagonia y asegurar el éxito final de esta compleja misión que ha unido tantas voluntades y esfuerzos públicos y privados en pos del cuidado de nuestra fauna.

Fuente: www.rutadelosparques.org