La jefa del Comando Sur de EEUU visitará Buenos Aires con la intención de convencer al Gobierno de Javier Milei del peligro de la base de espacio lejano que China tiene desde 2017 en su territorio. En diálogo con Sputnik, el experto Germán Mangione advirtió que “ante las proyecciones de las nuevas guerras, el control de los cielos es fundamental”.
Si bien la jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, ya había explicitado en más de una oportunidad la preocupación de su país por la “influencia” de China en Sudamérica y el avance de algunos proyectos chinos en Argentina, la representante del Ejército estadounidense dio un paso más allá en los días previos a su segunda visita a Buenos Aires: puso en la mira una estación espacial que China y Argentina comparten en la provincia de Neuquén.
Durante un evento organizado por el Atlantic Council, Richardson no ocultó su preocupación por esta estación, inaugurada en 2017, pero que es fruto de un acuerdo firmado en 2012. “Es un acuerdo de 50 años y una de las tres estaciones más grandes de espacio profundo que China tiene. Eso es obviamente una gran preocupación para mí como militar“, admitió la comandante, en declaraciones recogidas por el sitio argentino Infobae.
Richardson atribuyó su preocupación a “la capacidad de lo que esa estación hace” y “lo que hace para China, contra aliados y compañeros” de EEUU.
Ubicada en la localidad de Bajada del Agrio, la estación tiene como objetivo el desarrollo de conocimiento científico sobre lo que se conoce como espacio lejano (o espacio profundo, en sintonía con el término deep space utilizado en inglés). Estas bases apuntan a lograr observar el espacio exterior a distancias que superan los 300.000 kilómetros desde la Tierra. Para cumplir ese objetivo, la estación cuenta con una antena de 35 metros de diámetro, conectada a una red integrada por otras dos estaciones similares ubicadas en territorio chino.
Un comunicado del Gobierno argentino publicado en 2023 explicaba que la elección de Bajada del Agrio como sitio para la base responde a que se trata de una zona abierta, “libre de interferencia, distante de centros urbanos, adecuada geológicamente, con baja precipitación, poca actividad sísmica y adecuado perfil topográfico”.
El mismo artículo remarca que la antena permite a la estación tener “comunicación continua con sus ondas de exploración espacial” y que se trata de “una pieza vital en su plan para poder llegar a la Luna y a Marte y explorar el espacio lejano”.
Richardson reconoció que EEUU “trabaja en conjunto” con el actual Gobierno argentino para compartir su preocupación por la estación, a la que acusó de no permitir el ingreso de científicos argentinos. Consultada en el evento sobre si Washington accionaría para que Argentina cierre la estación, la jefa militar apuntó que “Argentina decidirá sobre si la base permanecerá ahí y cuál es el camino adelante”.
Una cuestión de defensa, en “un mundo en guerra”
En diálogo con Sputnik, el investigador argentino Germán Mangione, especializado en la relación entre Argentina y China, consideró que este tipo de disputas sobre Argentina son históricas debido a que “es un país dependiente y disputado históricamente por una multiplicidad de potencias”. En la actualidad, además, estas tensiones se enmarcan dentro de “un mundo en guerra en el que los recursos se han transformado en armas y muchos de los temas que parecían comerciales son claramente temas de defensa”.
“Creo que con la alineación expresa del gobierno de Javier Milei con las potencias de Occidente, pero fundamentalmente con EEUU, Gran Bretaña e Israel, el Gobierno estadounidense hoy se siente habilitado para actuar más abiertamente en el territorio y expresar más claramente cuales son ‘sus’ intereses”, explicó el analista.
Para Mangione, en ese contexto Washington busca disputar “los avances que hizo el Gobierno chino durante anteriores gestiones“, tanto en los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007), Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) pero también el de Mauricio Macri (2015-2019). Además, consignó el especialista, EEUU intenta avanzar en otros territorios como el control de la hidrovía Paraguay-Paraná.
El investigador argentino explicó que la actividad de la estación espacial china en Neuquén preocupa especialmente a EEUU “porque puede ser parte de un sistema de defensa global china en torno al control del espacio aéreo y del espacio exterior”.
“En el marco de las proyecciones de las nuevas guerras, el control de los cielos así como el control de las comunicaciones son un aspecto central”, aventuró Mangione.
El investigador recordó que la base espacial china ha generado, desde su instalación, algunas “sospechas” por parte de la diplomacia estadounidense y de algunos sectores argentinos debido a la reserva con la que China opera dentro de sus instalaciones o el grado de participación de las fuerzas armadas chinas en el proyecto.
Para Mangione, la tensión entre EEUU y China respecto a la base demuestra que los recursos argentinos “son un botín en disputa por estas grandes potencias“, lo que ratifica que los acuerdos de este tipo están “precedidos por una mirada de defensa, en un mundo en guerra”. “El control de sus cursos fluviales, o de su espacio aéreo, no son un problema solo comercial o científico, sino esencialmente de defensa nacional”, subrayó.
¿Es posible una ruptura de Argentina con China?
Se presume que la continuidad de la base china en Neuquén sea uno de los temas que Richardson prevé tocar con el jefe de Gabinete argentino, Nicolás Posse, en el encuentro que mantendrán el 3 de abril, primera jornada de la visita de la jefa del Comando Sur a Buenos Aires.
El tema ya había sido tocado días atrás en otro encuentro que Posse mantuvo, esa vez, con el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), William Burns, que también estuvo en la Casa Rosada.
“La alineación del Gobierno argentino con EEUU es incluso más profunda y acelerada que la que se vivió durante las ‘relaciones carnales de los 90. Y por el lado chino, la desaceleración de su economía y algunos cambios en la estrategia política en el exterior en búsqueda de consensos y mercados, diferencia el momento del vivido en las décadas anteriores en donde el ‘crecimiento a tasas chinas’ se instaló como concepto de éxito”, diagnosticó el analista.
Mangione consideró que en esta postura de la Casa Rosada “lo que hay es una necesidad de mostrar coherencia con el discurso antichino de la campaña, como parte de la ‘batalla cultural’ que viene dando el sector libertario y profundizada por la falta de logros económicos”.
De todos modos, destacó que la administración de Milei mantiene “un claro pragmatismo en los hechos concretos”, lo que podría morigerar las actitudes hacia una y otra potencia. “Claramente, la balanza se va a inclinar hacia EEUU, pero no da la sensación que eso implique hoy una ruptura con China“, sintetizó.
Fuente: Sputnik