Los países de América Latina han sido considerados tradicionalmente como un patio trasero de Estados Unidos. Pero, China está cambiando la geopolítica de la región.
China, que ha surgido como el principal rival global de la «única superpotencia» del mundo, ha logrado avances significativos en esta región rica en recursos y a menudo volátil en los últimos tiempos.
La influencia de China en América Latina
Desde principios de siglo, China ha sido un actor importante en América Latina, lo que ha generado preocupaciones sobre la influencia de Beijing y al mismo tiempo ofrece oportunidades económicas.
China es ahora el mayor socio comercial de América del Sur, superando a Estados Unidos, y sus empresas estatales son importantes inversionistas en los sectores de energía, infraestructura y espacio.
China ha aumentado su influencia militar, diplomática y cultural en la región. Recientemente utilizó su influencia para ayudar durante la pandemia, enviando cientos de millones de dosis de vacunas, préstamos y suministros médicos a los países de América Latina.
Sin embargo, a Estados Unidos y sus aliados les preocupa que Beijing esté aprovechando estos vínculos para promover sus objetivos geopolíticos, que incluyen aislar aún más a Taiwán y apoyar a gobiernos autoritarios como los de Cuba y Venezuela.
Aunque algunos observadores sostienen que Estados Unidos podría estar haciendo más, el presidente estadounidense Joe Biden se ha comprometido a aumentar la cooperación económica con América Latina.
Biden ve a China como un “competidor estratégico” en la región.
China estableció conexiones con la región por primera vez en el siglo XVI, cuando la ruta comercial del Galeón de Manila facilitó a China y México el intercambio de porcelana, seda y especias.
En la década de 1840, miles de inmigrantes chinos estaban siendo enviados a Perú y Cuba como “culis” o esclavos contratados; frecuentemente eran empleados en plantaciones de azúcar o en minas de plata.
Las relaciones de China con la región se basaron principalmente en la migración durante el transcurso del siglo siguiente, mientras Beijing continuaba sumido en la agitación interna.
China realizó 73 mil millones de dólares en inversiones en materias primas en América Latina entre 2000 y 2018, incluida la construcción de refinerías e instalaciones de procesamiento en naciones con reservas sustanciales de carbón, cobre, gas natural, petróleo y uranio.
En los últimos tiempos, China ha dirigido sus inversiones a la producción de litio en los países conocidos colectivamente como el Triángulo del Litio: Argentina, Bolivia y Chile. Estos tres países tienen en conjunto alrededor del 50% de las reservas de litio conocidas del mundo, un metal crucial necesario para la fabricación de baterías.
Como miembros del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay tienen cada uno un cierto poder de voto
Además, Beijing ha proporcionado financiación para iniciativas de construcción regional, con énfasis en ferrocarriles, puertos y aeropuertos.
Fuente: pluralidadz