Rawson – En Cholila aseguran que el incendio está contenido pero la gran preocupación de los pobladores será cuando llegue la época de lluvia. La bióloga Silvia Ortubay, vecina del lugar, aseguró que deben estar atentos a las precipitaciones porque la zona arrasada por el fuego puede sufrir inundaciones. Se trabaja con un grupo en un plan de restauración para recuperar la zona afectada y solicitó el acompañamiento estatal.
Dijo la especialista que son muchas hectáreas de bosque quemado y es mucha la ceniza; el “primer horizonte del suelo” sufrió el fuego, como las raíces de los árboles nativos. “Cuando comiencen las primeras lluvias en abril o mayo traerá sus consecuencias”, manifestó preocupada Ortubay. Primero se lavará la ceniza, de más de medio metro, tapará los poros y el suelo al no poder retener esa agua que “va a correr y se va a escurrir por la superficie en vez de filtrarse”.
Esta agua que correrá arrastrará troncos quemados y todo en su camino dañando viviendas. “Hay que prestar mucha atención a las viviendas cerca del río porque vamos a tener grandes crecientes”, dijo la bióloga.
Agregó que el bosque al retener la lluvia, luego la cede de a poco durante la época más seca. “Los cursos de agua mantienen un nivel y no se secan porque el bosque sigue drenando a las napas esa agua que retuvo”, explicó. En la época de sequía “vamos a tener menos agua y no va a quedar nada para el verano próximo”, señaló.
El colchón de ceniza acumulado en la zona del desastre con las lluvias se trasladará al lago y a los ríos. “Toda esa ceniza va a enturbiar el agua y va a dañar las branquias a los peces, dañando a toda la fauna nativa no sólo a los peces sino a los invertebrados que sirven de alimento a los peces”, indicó.
“Las pérdidas en la fauna nativa son tremendas y especialistas del Parque Nacional que estudiaron durante tiempo a los huemules encontraron un par muertos”, dijo. Agregó que los pocos que quedan se van a morir porque no van a tener qué comer porque el cordón Cholila donde vive esta especie se quemó completamente.
Los animales de la zona también sufren mucho teniendo en cuenta que luego de más de 20 días de fuego están bajando al valle en búsqueda de comida o huyen despavoridos. “En la puerta de la casa de mi hijo apareció una oveja muerta a zarpazos por un puma”, explicó.
Pese a las pérdidas cuantiosas explicó Ortubay que “estamos organizando entre vecinos un plan de restauración”. Se necesita el acompañamiento del Estado y señaló que existe la ley 26.331 de presupuestos mínimos para el cuidado del bosque nativo. “Por ley el Estado debe apoyar a los ganaderos para que cuando se requiera recuperar un bosque por un incendio se le pague a los ganaderos para que no introduzcan vacas por lo menos por 10 años para que se recupere parte del área quemada”, informó. “Esto seguramente el Estado no va a querer hacerlo por lo tanto estamos organizándonos con los privados”.
La idea es poder no meter animales en la zona quemada. “Quedaron pequeños bosquetes que van a semillar y si no hay vacas, primero se evita que el suelo se compacte”. Agregó en este sentido que la lenga no crece en un suelo compactado. Se evita que el ganado vacuno no se coma la semilla y que cuando las vacas defecan dispersen la plaga de la rosa mosqueta y pastos exóticos.
“Existe un grupo de investigadores de la Universidad que estudian los incendios de Chile y Argentina y concluyeron que en los campos con ganado se perdió el bosque con pastizales, neneo y poa, un pasto exótico”.
En los lugares donde hubo planes de restauración con parcelas cerradas cuidando el bosque quemado incluso de las liebres, el bosque se recuperó pero lleva años. “Los alerces no se van a recuperar porque crecen milímetros por año y lo que tenemos en la zona datan de 2 mil o 3 mil años; recuperar el lengal es importante porque le da el sostén al suelo y es el que no va a guardar el agua para el verano”.
FUENTE: Diario Jornada